POLÍTICA

“Queremos que el Congreso pueda legislar sobre sustancias psicoactivas” Gustavo Bolívar

En conversación con SEMANA, el senador Gustavo Bolívar explica la idea de un grupo multipartidista de parlamentarios que buscan cambiar la política antidrogas en el país.

20 de junio de 2019
Senador Gustavo Bolívar | Foto: Esteban Vega

SEMANA: ¿Quiénes componen este nuevo bloque parlamentario para cambiar la política de drogas y qué pretenden lograr?

Gustavo Bolívar: Este tema era una de las ilusiones que yo tenía al llegar al Congreso e incluso lo había plasmado en algunas de mis series. Ya en ‘El Capo 3‘ hablada de la legalización. Siempre he creído que esa es la vía para acabar tanto con el narcotráfico como con la guerra. Primero decidimos apoyarnos en organizaciones internacionales y en experiencias de otros países que ya han recorrido este camino como Canadá, Bolivia o Uruguay. Lo que nos quedó claro de esos acercamientos es que teníamos que conformar una alianza parlamentaria interpartidista y nos dimos a la tarea. Pero no creíamos que la cosa fuera a tener tanta acogida.

SEMANA: Es decir, ¿Esta es una idea suya y otros partidos se le han ido sumando?

G.B.: No quiero ganarme los créditos yo solo porque la realidad es que aquí me asesoraron varias personas. La idea fue mía pero la forma de ejecutarla ha sido consultada con varios expertos. Como le digo, debíamos buscar una alianza para no quedar yo como el loco solitario que está proponiendo que se legalice y se regule el consumo de marihuana. Hemos tenidos varias reuniones, hemos escuchado a la gente en las regiones, hicimos ya una audiencia pública en el Cauca sobre el tema e incluso estamos haciendo un documental.

 SEMANA: En términos políticos, ¿Quién más lo acompañará en esta nueva tarea?

G.B.: Pues esa fue justamente la sorpresa. Se nos han ido sumando pesos pesados de varios partidos con los que en principio no esperábamos contar. Por los lados de La U ya nos acompañan Roy Barreras, Benedetti y otros. Por los liberales está Luis Fernando Velasco. De Cambio Radical contamos con Richard Aguilar y Temístocles Ortega. Entonces digamos que ya hemos ido recogiendo unos apoyos importantes y cada día somos más. De los Verdes el senador Sanguino está con nosotros y Juanita Goebertus suscribió el primer documento. Yo creo que al final contaremos con el apoyo de los Verdes, del Polo, del Mais, de la UP, y de muchos otros que entenderán que llegó la hora de replantear estas políticas de lucha contra las drogas.

Yo creo que al final contaremos con el apoyo de los Verdes, del Polo, del Mais, de la UP, y de muchos otros que entenderán que llegó la hora de replantear estas políticas de lucha contra las drogas.

 SEMANA: ¿Concretamente, cuáles serán las acciones legislativas y los pasos a seguir de esta alianza parlamentaria?

G.B.: Hay varios pasos. El primero es levantar la veda que hoy existe en la Constitución para legislar sobre sustancias psicoativas que es el artículo 49. Si no levantamos ese artículo todo esto sería un show porque cualquier modificación se caería luego por inconstitucional. Se requiere entonces una reforma con ocho vueltas en el Congreso. Si logramos eso, el año entrante podríamos estar radicando los primeros proyectos de ley. Algunos de esos buscarán corregir ciertos aspectos de la ley de marihuana medicinal u otros recogerán la experiencia de los países que ya legalizaron y que hemos estado visitando.

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 SEMANA: ¿Esto estará enfocado únicamente en la marihuana o se van a meter con sustancias más fuertes como la cocaína?

G.B.: Yo quisiera que fuera todo. En esto no soy hipócrita. Lo que pasa es que en estos temas hay que buscar consensos y se requieren decisiones multilaterales. Con la marihuana ya no tendríamos problema porque Estados Unidos, el país que más ha manejado la doble moral en este asunto, ya está regulando el consumo y la producción en varios de sus estados. Así las cosas, ya no podrían regañarnos como a unos niños chiquitos por legalizar el consumo de marihuana. Con la cocaína la cosa es mucho más difícil. Al ser una sustancia que no está permitida ni regulada prácticamente en ninguna parte, esto requeriría de un lobby internacional muy grande y que seguramente tendría que ser a nivel de gobiernos y no de parlamentarios. Al ser Colombia el primer productor de cocaína, la posibilidad de que se legalice se ve muy lejana.

Con la marihuana ya no tendríamos problema porque Estados Unidos, el país que más ha manejado la doble moral en este asunto, ya está regulando el consumo y la producción en varios de sus estados.

 SEMANA: ¿Van a buscar que se establezcan a nivel nacional los centros de consumo controlado como los que hizo Petro en Bogotá?

G.B.: Ese es uno de los puntos centrales de la iniciativa. La gente que quiere conseguir drogas las va a conseguir estén o no reguladas y al precio que sea. Por eso vamos a plantear la creación de unos centros de consumo regulados y controlados. Curiosamente eso sería mucho más efectivo para sacar a los jíbaros y a los consumidores de los parques que la estrategia de represión que está planteando el Gobierno.

 SEMANA: ¿Se planteará en los proyectos de ley darle una destinación específica a los recursos que salgan de esos centros de consumo?

G.B.: Así es. El punto central de la ley sería quitarle el dinero a los narcotraficantes para dárselo al Estado. Y esa plata tiene que revertirse. Lo que vamos a plantear es que el Congreso establezca que un porcentaje importante del recaudo de los centros de consumo sea invertido en prevención. Aunque hoy el consumo sigue creciendo todos los días, las campañas de prevención se acabaron y eso no tiene ningún sentido.

Lo que vamos a plantear es que el Congreso establezca que un porcentaje importante del recaudo de los centros de consumo sea invertido en prevención.

SEMANA: Lo que usted afirma parece una estrategia diametralmente opuesta a la que hoy está empleando el Gobierno nacional. ¿Cómo entender esa diferencia de concepciones?

G.B.: Pues es que en el Gobierno están dejando que la ideología se mezcle con la lógica y eso no puede ser. Hay que aceptar unas realidades como la de que el consumo de drogas nunca se va a acabar. Entonces hay quienes tratan de venderle la idea a la gente de que eso es posible y eso es una mentira. Hay suficientes cifras que demuestran lo que le estoy diciendo. Otra cosa que se sabe es que al fomentar la prohibición lo que se logra es aumentar el precio y enriquecer a los narcotraficantes. Es cierto que el glifosato sirvió para combatir los cultivos ilícitos en algunas regiones. Pero lo que pasó es que al seguir aumentando el consumo, esos cultivos se fueron para otro lado. Cuando empezó el Plan Colombia había coca sembrada en 12 departamentos. Hoy son 23. Entonces es más que evidente que esta estrategia no funcionó y lo que no funciona hay que cambiarlo. Quien le diga a la gente que si votan por él  va a acabar con el narcotráfico no es más que un mentiroso.

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 SEMANA: Eso en términos de consumo. ¿Por el lado de la producción, qué estrategias van a buscar implementar para reducir los cultivos ilícitos?

G.B.: Yo tengo una idea loca que es difícil de implementar pero no imposible. Hoy una hectárea de marihuana produce más que una de coca. Esta última los campesinos la venden por unos 12 millones de pesos. Una hectárea de marihuana podría producir más. En cinco años van a ser muchos los países que legalizaron la marihuana. Entonces, si Colombia logra un sistema regulado y sin persecución en el que los campesinos puedan cultivar esta mata para exportación, podríamos estar ante el nacimiento de un negocio muy próspero. Aunque suene loco, si se tiene en cuenta que la marihuana colombiana siempre ha sido la más apetecida del mundo, este país podría incluso tener más ingresos por ese negocio que por el petróleo.

 Si Colombia logra un sistema regulado y sin persecución en el que los campesinos puedan cultivar esta mata para exportación, podríamos estar ante el nacimiento de un negocio muy próspero.

SEMANA: Pero si es tan evidente que ese camino da mejores resultados que la política que hasta ahora se ha implementado, ¿Por qué no se ha logrado cambiar el enfoque?

G.B.: Porque Estados Unidos manda. El jefe de la Policía Antinarcóticos del mundo es ese país. Entonces, mientras los gringos no cambien su política, nosotros obedecemos.

 SEMANA: Desde el punto de vista del cálculo político, ¿Le ve futuro a esta iniciativa?

G.B.: Al comienzo no le vimos. Pero fuimos a la Comisión Primera cabeza por cabeza y ya tenemos las mayorías. Entonces, cuando se presente, el proyecto entra y tendrá su primer éxito. Ya después viene el trabajo en la plenaria que es más difícil. Pero si logramos que nos acompañen la mayoría de los miembros de La U, del Partido Liberal y de Cambio Radical, ya seguramente podríamos hacer que la cosa pase en plenaria. Esto nació como algo utópico pero hoy ya la realidad política ha empezado a jugarnos a favor.

 SEMANA: ¿Qué papel jugarían la víctimas dentro del nuevo esquema de lucha contra las drogas que ustedes van a impulsar?

G.B.: Las víctimas y los campesinos que han sido perseguidos por años van a estar en el centro de este asunto. A esto le hemos llamado entre nosotros una regulación con justicia social. Es decir, que las víctimas participen activamente del negocio. Ahora que el mundo empieza a ver la marihuana con menos animadversión, son las grandes multinacionales las que quieren quedarse con todo. Eso no lo vamos a permitir. Luego de tanto sufrimiento es hora de que los campesinos colombianos también perciban un beneficio económico.

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