NACIÓN

Soñadora y protectora: así era Juliana Giraldo, la mujer asesinada por un soldado

Tenía 36 años, era estilista y su hermana la describe como su “alma gemela”.

24 de septiembre de 2020
Juliana Giraldo tenía 35 años y vivía en Miranda, Cauca.
Juliana Giraldo tenía 35 años y vivía en Miranda, Cauca. | Foto: Francisco Larrañiaga

Aura María Díaz recuerda que su hermana, Juliana Giraldo, jamás le permitió que montara en bicicleta. La razón: no quería que ella, su hermana menor, se raspara las piernas o se ensuciara al hacer deporte. “Éramos almas gemelas, nos llevábamos un año de diferencia y yo siento que era la niña de sus ojos, siempre me lo manifestó”, le contó a SEMANA Noticias.

Una llamada de su madre, Gloria, residente en España, fue la que alertó a Aura María. Eran las 11:50 de la mañana del jueves 24 de septiembre. “¿Es cierto lo que le pasó a Juliana?”, fue lo que le preguntó. Así fue como tomó su celular y vio los videos que ya eran virales. Juliana, su hermana, la que le llevaba un año, había muerto dentro de un carro en una carretera del Cauca. Le había disparado un soldado del Ejército.

Juliana Giraldo era una mujer transgénero de 36 años. Había nacido en Jamundí, en el Valle del Cauca, y allí vivió hasta hace más o menos año y medio, cuando decidió irse a vivir a Miranda, Cauca, junto con su pareja, Francisco Larrañiaga. “Llevábamos año y medio viviendo en la casa de mis padres”, dijo.

Francisco comercializaba pollo y pescado, pero también sabía de mecánica, por lo que solía arreglar vehículos en Miranda. Justamente en la mañana del jueves, él, Juliana y dos amigos se dirigían a conseguir un repuesto en el sector de Guatemala. Allí vieron un grupo de militares en la carretera y decidieron detenerse para regresar a Miranda por los papeles de su vehículo, que había olvidado. Sin embargo, cuando estaba dando la vuelta, soldados que estaban camuflados al borde de la carretera aparecieron y tras unos segundos abrieron fuego contra el vehículo. Uno de los tiros mató a Juliana y los otros impactaron en el vehículo. “Nosotros también fuimos víctimas de intento de homicidio”, dijo.

Sin embargo, después de los hechos, tal vez la frase más contundente para describir a Juliana Giraldo fue expresada desde el dolor: “¿Por qué me matan a la persona que me da felicidad?”.

Cuando Juliana se graduó del colegio, se fue a vivir a España. Allí su mamá, Gloria Díaz, la animó para que estudiara ingeniería informática. Sin embargo, ella le dijo que no: “Yo me la traje (a España), le tenía todo listo, su matrícula. Pero me dijo que ella quería era trabajar: ‘Usted vaya a cuidar a mis abuelos’", recordó su madre. “En ese tiempo mi madre murió y yo me quedé cuidando a mi padre; luego se murió mi papá y ella se devolvió a Colombia”.

Juliana estudió cuatro semestres de ingeniería de sistemas en la Universidad Autónoma de Occidente, en Cali, pero no terminó la carrera. Gloria recordó que antes de su transición, Carlos Julio –el nombre que recibió al nacer y que estaba intentando cambiarse oficialmente– siempre fue un buen estudiante, pero tenía un proyecto de vida distinto al que ella, como madre, quería.

“Juliana era muy soñadora”, dijo Aura María. Su hermana era estilista y aspiraba a tener su propio salón de belleza. Por su parte, Francisco la describió como “una persona muy alegre, muy colaborativa; era una persona íntegra. Era una calidad de persona".

Juliana, a los 18 años, aún se llamaba Carlos Julio. Según su mamá, era perfeccionista: si ella le planchaba las camisas, él las planchaba de nuevo. A los 18 años Carlos Julio decidió salir del armario: “Ya uno venía sospechando, pero aceptarlo es difícil. Pero bueno, se aceptó en la casa y él fue feliz”. Después, cuando tenía 28 años, dio el paso definitivo en su transición de género: “Se vistió de mujer, de día y de noche. Se dejó crecer el pelo, tenía un pelo precioso. Era muy guapa”.

Aura María recuerda que desde que era niña ella sabía de la decisión que tomaría Juliana: “¡Éramos almas gemelas! Fui una de las personas que la motivó a hacer esa transición a mujer, a dejarse crecer el cabello, maquillarse sus uñas, yo creo que ella veía en mí lo que ella quería ser y no podía”, señaló.

Juliana siempre fue colaboradora. Su mamá recuerda que cuando era un niño, aprendió a hacer trabajos de construcción y que incluso, una vez, cambió el techo de la casa después de que se dañó por un aguacero.

Juliana Giraldo y su hermana, Aura María.
Juliana Giraldo y su hermana, Aura María. | Foto: Cortesía de la familia de Juliana Giraldo

Y aunque el dinero era importante, a Juliana poco le importaba. Aura recuerda sonriendo y con lágrimas en los ojos que cuando dejó la universidad y decidió dedicarse a su pasión, ser estilista, comenzó a ofrecer servicios de peluquería “Si alguien iba para que lo peluqueara y no tenía con qué pagarle, ella le decía: ‘Andá, traeme un pan de 2.000’. ¡Ella era mi Juliana!".

Sin embargo, cuando le preguntaron a Aura María si creía que esto podía ser un homicidio motivado por la identidad de género de Juliana, ella lo descartó por completo: “Mi hermana nunca fue rechazada por su condición sexual ni en la familia, ni el municipio. En Miranda, a pesar del poco tiempo que llevaba viviendo allá, la querían mucho. No creo que tenga que ver con violencia de género”, precisó.

Como anécdota, Aura agregó que Juliana inspiró a la comunidad LGBTI de Miranda. “Al principio, su llegada fue noticia en ese municipio, pero ella sirvió para que muchas personas salieran del clóset", dijo. "Juliana llegó a Miranda y transformó esa comunidad”.

Aura María y Gloria, quien tomará un vuelo gestionado por el Gobierno para darle el último adiós a su hija, han pedido que en medio de esta tragedia no se cree más violencia. Apoyan las manifestaciones pacíficas a favor de que este hecho no se repita, pero no quieren estigmatizar a todo el Ejército. Han aceptado el perdón de la familia del soldado y también del comandante de la institución, el general Eduardo Zapateiro. Pero, eso sí, quieren justicia.

Aura recuerda a su hermana como una persona tranquila, a quien no le gustaba ver noticias ni enterarse de la violencia que sucedía en el país o en el mundo. “Me decía que por qué había estudiado periodismo”, dice ella. “Era una persona muy pacífica”.

Sin embargo, terminó convertida en una noticia que hoy pone a reflexionar al país: “Mi hermana no era una amenaza para la sociedad. Ella no merecía morir como murió”, dijo Aura María. Su madre, por su parte, le hizo un llamado al presidente Iván Duque: "Le pido que por favor nos arregle al país, queremos regresar y tener esa Colombia hermosa que siempre hemos tenido”.