PERFIL
Una bala directo al corazón: la historia de Julieth Ramírez
La violencia que se registró durante la noche del miércoles dejó varios muertos en Bogotá y Soacha, entre ellos una joven estudiante que estaba a quince días de cumplir sus 19 años. "No queremos que la violencia se pague con más violencia", dijo uno de sus amigos.
El miércoles por la noche, Harold Ramírez llegó a su casa en el barrio Villamaría, en la localidad de Suba. Estaba exhausto por toda su jornada de trabajo como representante comercial. Quería descansar. Pero depronto recibió una llamada y una mujer desconocida le dijo que a su hija de 19 años, Julieth Ramírez Mesa, la habían matado con un disparo en la cabeza. "“Yo pegué un grito, no lo creía, no lo sigo creyendo. ¿Qué le pasó a mi hija? Me la mataron, fue mi reacción”. Se lo dijeron así. De manera directa. Sin anestesia.
Entonces llamó a su esposa, Diana, y juntos comenzaron la noche más angustiosa de sus vidas.
Llenos de incertidumbre y experimentando el miedo más espantoso, los esposos salieron hacia el Centro de Atención Médica Integral (CAMI) de La Gaitana. Allí encontraron a su hija, tendida en una camilla. En ese momento, todavía tenía la esperanza de que fuera una pesadilla, pero todo era cierto. Lo único es que la bala no le había entrado en su cabeza, sino directo al corazón.
Horas después, cuando habló con SEMANA, expresó: "No pretendo recuperar a mi hija, porque nunca la voy a recuperar. Pero es absolutamente necesario que se investigue lo que sucedió". Uno de sus amigos del colegio también afirmó: "No queremos que la violencia se pague con más violencia".
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Julieth Ramírez nació el 25 de septiembre de 2001 en Bogotá. Siempre vivió con sus padres, Harold y Diana, y su hermana de 10 años, Juanita. Tuvo una infancia amorosa al lado de ellos, quienes lucharon por que a las niñas nunca les faltara nada. En su Colegio República Dominicana, también en Suba, se destacó por su entrega y dedicación. Era muy juiciosa e impecable, como la recuerda su papá, a la hora de hacer sus tareas. En casa siempre fue obediente y generosa, buscando las maneras de ayudar y apoyar a sus padres en medio de cualquier circunstancia de felicidad o dificultad. “Un ángel de los pies a la cabeza”, así la recuerda su padre, Harold.
FOTO: CORTESÍA DE LA FAMILIA RAMÍREZ MEZA.
Julieth tenía la particularidad de ser muy pequeña y de parecer frágil físicamente. Sin embargo, tenía una fortaleza que sorprendía a quienes la conocían. Desde niña, siempre fue muy flexible y le sacó ventaja a su cuerpo para hacer cualquier tipo de acrobacia: hizo parte de un equipo de porristas, lo que le permitió hace varios años comenzar a ser parte de un grupo llamado Cantar y Vivir, que se dedica a hacer shows musicales, especialmente en la época navideña, en centros comerciales, teatros y demás lugares en Bogotá.
Sin embargo, su vena artística, se encontró con una vocación de enseñar. A medida que creció, se apasionó por los niños. Su padre, Harold Ramírez, le contó a SEMANA que Julieth llegó a hacer un técnico de pedagogía infantil y trabajó en un jardín infantil. La falta de recursos nunca fue un obstáculo en su vida, ella buscaba las formas de cumplir con sus sueños. "Yo la animaba", dice su padre. "Le decía que si quería cumplir sus sueños luchara por ellos saliendo, explorando".
Y por eso, aunque no contaban con los métodos suficientes para pagar una universidad, Julieth ingresó a un instituto en donde pudo comenzar a estudiar psicología y otra área que le llamaba la atención, el inglés, ambas de forma vitual debido a la pandemia.
FOTO: CORTESÍA DE LA FAMILIA RAMÍREZ MEZA.
El día anterior a la tragedia, Julieth le pidió permiso a su papá para ir a la casa de una de sus mejores amigas, además de que irían también otras compañeras. Él no le vio problema alguno, pues las jóvenes solían verse con regularidad y compartir ese tipo de momentos.
Pero ni Julieth, ni sus padres, ni sus amigas, sabían que durante esa noche Bogotá iba a estar prendida en llamas y que se había desatado una ola de violencia que los dejaría rotos, incompletos. Según el relato de su amiga, cuando iban en el trayecto al barrio La Toscana quedaron atrapadas por las protestas en La Gaitana, en donde había mucha congestión, desmanes y enfrentamientos. No les dio tiempo de salir de ahí: se escuchó un disparo y Julieth se desplomó. “Nunca me imaginé que en La Gaitana había protesta, porque de haberlo sabido la hubiera llevado”, le dijo Harold a SEMANA.
FOTO: CORTESÍA DE LA FAMILIA RAMÍREZ MEZA.
No hubo quejas, ni lágrimas. Ni siquiera una voz. Julieth quedó tumbada en el suelo, según su amiga. A pesar de que en ese momento apareció de la nada una señora en un vehículo y lograron acercar a la joven al CAMI, ubicado apenas a unas cuadras de distancia, Julieth llegó sin signos vitales. De acuerdo con versiones preliminares de las autoridades que la atendieron, una bala atravesó llegó directamente a su corazón. Julieth no derramó ni una gota de sangre, la perforación solo le causó daños a nivel interno.
Julieta León, al igual que la mayoría de los amigos de Julieth Ramírez, se enteró de su fallecimiento por las redes sociales: "Supe que había fallecido una joven estudiante de psicología y cuando comencé a ver su nombre se me hizo muy conocido, al igual que su cara, y empecé a investigar", relató Julieta a SEMANA. "Jamás me imaginé que una de las víctimas era ella, una persona tan cercana, una niña que estaba empezando una vida, con tantos sueños. Es muy doloroso", dijo.
FOTO: CORTESÍA DE LA FAMILIA RAMÍREZ MEZA.
"Hoy se apaga una brillante luz en este triste escenario de la vida. Hoy, nuestra querida y recordada Julieth ha partido dejandonos un gran vacio pero en el recuerdo una huella imborrable. Julieth, sinonimo de nobleza absoluta, amabilidad y simpatia y un talento como pocos, es el legado que nos deja y q atesoramos en nuestro corazon por siempre", manifestó Guillermo Zillerguelo, director del grupo Cantar y Vivir.
Entretanto, su familia dijo a SEMANA que por el momento no han recibido ninguna atención en términos de asesoría jurídica para acompañarlos y quieren saber cómo proceder ante el incierto camino que viene por delante. Piden que se encuentre al responsable de disparar.
En honor a su memoria, sus amigos más cercanos están convocando a una velatón en frente del Colegio República Dominicana este jueves a las 6:00 p.m. “Esperamos que nos acompañen la mayor cantidad de personas posibles para recordar que la violencia no borra la violencia”, indicaron.