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¿Quién es el asesor político Germán Chica?

Este hombre resultó envuelto en los dos escándalos que sacudieron las campañas presidenciales de Santos y Zuluaga.

10 de mayo de 2014
Tanto la pelea de Germán Chica con Jota Jota Rendón, como su salida de la Casa de Nariño, en enero de 2012, se dan poco después del episodio Comba. Chica desde ese momento se convirtió en el presidente de la Federación de Departamentos a la que renunció la semana pasada, tras el escándalo.

Los dos grandes escándalos de la semana pasada, que zarandearon la campaña presidencial en Colombia, tuvieron algo en común: detrás de ellos como protagonistas o actores de reparto aparecieron Juan José Rendón (más conocido como J.J.) y Germán Chica. Sobre el primero, el estratega de campañas políticas venezolano, es mucho lo que se ha escrito. Pero sobre el segundo, a pesar de haber sido alto consejero presidencial para asuntos políticos de Juan Manuel Santos y hasta la semana pasada, presidente de la Federación de Departamentos, es poco lo que el país sabe.

En el primer escándalo, el de la confesión de alias Comba, según el cual este capo del narcotráfico le pagó a J.J. Rendón 12 millones de dólares para “ventilar y hacer la fórmula” de sometimiento a la Justicia, Chica es uno de los que sale más mal librado. Tanto Rendón como Francisco Galán, el exjefe del ELN, dicen que fue Chica quien les habló del interés de los narcos. Y es Chica, además, el único que da pie para pensar que el supuesto pago pudo ser verdad pues le dijo al columnista de SEMANA Daniel Coronell que él “oyó que le habían entregado al asesor venezolano ‘5, 7, 9 o 10 millones de dólares’”.

En el otro escándalo, el de la captura del hacker, Andrés Sepúlveda, que interceptaba correos para “afectar el proceso de paz” y trabajaba para la campaña de Óscar Iván Zuluaga, la conexión radica en que la esposa del pirata informático, la actriz Lina Luna, trabajó varios meses con Chica cuando era consejero presidencial.

Más allá de si existe algún vínculo o no entre los dos hechos, la coincidencia puso sobre el tapete el nombre de Germán Chica. Un pereirano, de 41 años, hijo de un comerciante de repuestos para carros y una aguerrida ama de casa, que les brindaron tanto a él como a sus cuatro hermanas educación en buenos colegios.

Desde muy joven se vinculó con la Fundación Buen Gobierno que en 1995 creó el hoy presidente Juan Manuel Santos. El propio Chica cuenta que en 1994, cuando estaba en segundo semestre de Relaciones Internacionales en la Universidad Externado, organizó conferencias para Santos, entonces saliente ministro de Comercio Exterior, y posteriormente fue asesor en asuntos legislativos del Ministerio de Hacienda, cuando Santos era el jefe de esa cartera.

En 2003 se hizo elegir como secretario general del Partido Liberal, pero renunció muy pronto por diferencias con Piedad Córdoba. De Bogotá se fue a Risaralda para ocupar el cargo de secretario de Hacienda del entonces y actual repitente gobernador Carlos Botero. En ese cargo lo recuerdan porque lideró el saneamiento fiscal del departamento y dio la batalla contra el contrabando de licores y cigarrillos.

Se devolvió a Bogotá en 2005 para integrarse al equipo de asesores en la creación de Partido de la U. A la hora de elegir un estratega para la campaña, él recomendó a J.J. Rendón, a quien había conocido como profesor en un seminario en el Centro Interamericano de Gerencia Política de Miami. La amistad con Rendón fue creciendo a medida que compartían la asesoría de campañas políticas

Entre 2006 y 2010 fue una de las mejores épocas para ellos. Con el impulso de La U se convirtieron en la dupla más apetecida de políticos para sus campañas electorales. Personas que trabajaron con candidatos de La U, en las elecciones locales, cuentan que Chica y Rendón no solo ofrecían servicios de estrategia política sino también su gestión para que La U les diera el aval a ciertos candidatos, sobre todo en regiones alejadas. “A la campaña llegaron quejas de candidatos que decían que les estaban cobrando muy caro los avales”, dijo una fuente que trabajó allí en ese entonces.

La amistad llegó a ser tal que Luis David Duque, quien fue el socio de Chica en una empresa de marketing que se llamaba Buró Político, entre 2005 y 2008, es hoy la mano derecha de Rendón. Todos ellos trabajaron juntos no solo en Colombia, sino en otros países como Ecuador, Honduras y México.

En estas dos últimas campañas, así como en la de Uribe (2006) y Santos (2010) cabe anotar que también, curiosamente, trabajó con ellos el hacker Andrés Sepúlveda. El del otro escándalo.

Chica cree que esa sociedad con Rendón, es la causa de sus desgracias, porque mucha gente lo aisló debido a esa cercanía con el estratega venezolano y dice que sus diferencias con él son producto de los celos por cuanto no lo incluía en todas las asesorías que le llegaban. “Mi error fue casar mal una pelea con J.J. Rendón. Me equivoqué por orgullo”, reconoció a esta revista.

Llama la atención que tanto la pelea de Chica con Rendón, como la salida de Chica de la Casa de Nariño, en enero de 2012, se dan poco después del episodio Comba.

Al llegar a la Presidencia, en agosto de 2010, Juan Manuel Santos nombró a Chica como alto consejero para asuntos políticos. Desde ahí manejó el famoso ‘computador de Palacio’, que es donde se lleva el registro minucioso de los puestos.

Entre los documentos de dicho computador, que filtró el uribismo en enero de este año a distintos medios de comunicación, aparecen las recomendaciones escritas por Chica, de su puño y letra, en las que sugería hojas de vida de personas cercanas a los congresistas para ocupar puestos en todo tipo de entidades.

Mientras estaba en ese cargo, en los pasillos del Congreso se escuchaban comentarios en contra de Chica. Un senador de La U, por ejemplo, cuenta que se enteró de que un contrato asignado a él (del cual da datos exactos) nunca lo pudo manejar porque, según dice, Chica dispuso de él. Otro congresista le comentó a esta revista que el gobierno le había asignado la dirección de una entidad y, sin que él supiera, Chica citó a su oficina a la persona que iba a ser nombrada para decirle que faltaba un último empujón y que él le podía ayudar por algo a cambio. Y, tal vez el que más mencionan dos fuentes consultadas por SEMANA, es que Chica habría recibido una suma de un candidato que quería el apoyo del presidente para ser elegido por el Congreso como cabeza de una importante entidad. El candidato, sin embargo, nunca fue elegido y, dicen las fuentes, en ese momento no sabía cómo pedirle a Chica que le devolviera su dinero.

Personas que trabajaban en la Casa de Nariño cuentan que cuando aún no había pasado un año de gobierno, Chica comenzó a perder terreno con el presidente Santos. No se sabe si por todos los rumores que circulaban sobre él o si por haber estado enredado en el tema de Comba. Lo cierto es que él contaba con ser el embajador en la OEA, e incluso, estuvo en Washington viendo la que sería su oficina y buscando dónde vivir. Sin embargo, de repente, salió del gobierno y terminó como presidente de la Federación de Gobernadores.

Daniel Coronell, en su columna del domingo pasado dice: “J.J. Rendón dice que desconfía de su antiguo aliado, Germán Chica, porque estrenaba con frecuencia apartamentos, carros lujosos y poseía valiosas obras de arte. Nada de eso cuadraba con sus ingresos”. Y precisamente entre 2010 y 2013 se dan algunos síntomas del cambio de estilo de vida de Chica, no solo por la compra de una camioneta BMW que se sumaba al Land Rover de Chica, sino porque en 2013 la pareja compró un apartamento en Bosque Medina, de 570 metros cuadrados, en un exclusivo sector de Bogotá.

Según certificados, la propiedad tuvo un valor de 1.120 millones de pesos y se le compró a una empresa que fue liquidada un mes después de la transacción. La empresa se llama Global Inversión Colombia SAS, cuyo representante legal liquidador es el señor Justo Humberto Vargas Guzmán, exmiembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Pereira.

Cuando esta revista contactó al señor Vargas Guzmán en Pereira para preguntarle por la venta de esa propiedad en Bogotá, este se asustó, dijo no tener conocimiento del tema y colgó. No volvió a responder su teléfono.

En Bogotá, el apoderado de Chica, Jesús Albeiro Yepes, presentó documentos en los que mostraba que él compró el apartamento con un crédito y con el pago que recibió de la venta de otro apartamento que tenía en la misma urbanización. También mostró fotografías según las cuales el apartamento está en obra negra por dentro. Yepes dice que no entiende a qué se debe el señalamiento pues, asegura, que una persona como Chica que ha trabajado asesorando campañas políticas dentro y fuera del país puede acceder, legítimamente, a un bien como ese.

En cuanto a los otros cuestionamientos, Chica rechaza todos tajantemente. Deja saber que quien recibía insinuaciones indecorosas por parte de los congresistas era él. Y que si alguien es capaz de sostener esa acusación que dé la cara porque “defenderse de un anónimo es imposible”.

Chica renunció el miércoles a la Federación y el viernes el procurador, Alejandro Ordóñez, abrió investigación disciplinaria en su contra, cuando era consejero presidencial, por el caso Comba.

Cuando Chica fue contactado por esta revista para que explicara el origen de su patrimonio, resumió el asunto con la siguiente frase: “La próxima semana no tengo para las pensiones del colegio de mis dos hijos, ni el crédito de la casa”.