Política
¿Quién es Rodrigo Lara Sánchez y qué le puede sumar a la candidatura de Fico Gutiérrez?
Después de la especulación y concertación con los demás líderes del Equipo por Colombia, el segundo candidato con más opción a la Presidencia se decidió por el exalcalde de Neiva.
Este sábado se conoció la decisión de Federico Gutiérrez frente a quién lo acompañará en su disputa por la Presidencia de la República. Se trata de Rodrigo Lara Sánchez, hijo del asesinado exministro Rodrigo Lara Bonilla, político y médico cirujano. La fuerza de su elección no se compara al golpe de opinión de Gustavo Petro con Francia Márquez, pero por seguro tiene connotaciones que podrían aportar a vencer al puntero en las encuestas.
Lara Sánchez es el primer hijo de Lara Bonilla, quien lo tuvo junto a Lilia Sánchez antes de contraer matrimonio con Nancy Restrepo. Lleva el mismo nombre que Rodrigo Lara Restrepo, su medio hermano mayor.
Su padre era una figura distante para él. Su abuela le decía que era famoso y la relación no era estrecha. Entre ellos solo existieron algunos breves saludos. No se enteró que el exministro era su padre hasta los 5 años y para tener el apellido tuvo que acudir a una prueba de ADN.
Por esta relación distante, su carrera también ha sido a pulso. Estudió en un colegio público y logró entrar a estudiar medicina en la Universidad del Cauca por sus buenas calificaciones. Desde ahí, con esfuerzo, se especializó en cirugía del tórax y trabajó en prestigiosos hospitales de Bogotá.
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Su entrada a la política fue posterior. En alianza con Sergio Fajardo, se lanzó al Senado de la República por medio del movimiento Compromiso Ciudadano. La línea política lo alejó de Lara Restrepo, su medio hermano, que militaba en Cambio Radical.
En 2015, durante las elecciones regionales, Neiva se encontraba dividida por los hermanos Lara. Por Cambio Radical, Lara Restrepo apoyó a Germán Bahamón a la alcaldía del municipio. Por otro lado, con aval de la Alianza Verde, Lara Sánchez le apostó al mismo cargo. El hijo de Lilia Sánchez ganó el pulso con 74.212 votos a su favor contra 15.985.
Se posesionó en enero de 2016 y dejó el cargo en 2019. Desde ahí, al igual que Gutiérrez tras el fin de su administración en Medellín, no volvió a pretender cargos públicos. Estaba dedicado a opinar en medios locales, a ser profesor universitario y a ejercer la medicina.
¿Qué suma?
Evidentemente, con Lara Sánchez, Gutiérrez está un paso más cerca del centro político, que en este momento se encuentra huérfano e indeciso. Sergio Fajardo, candidato ganador de la Coalición Centro Esperanza, dejó un mal sabor de boca con la baja votación y cada vez desciende más en intención de voto.
Lara Sánchez no solo trabajó de forma cercana a Sergio Fajardo durante 15 años, sino que se destacó como un fiel colaborador de otras causas de centro. Después de su fallida apuesta por llegar al Senado, hizo parte de la coordinación de la campaña presidencial de Antanas Mockus en el Huila.
Gutiérrez está cada vez más cerca de un uribismo desgastado por la actual administración. El apoyo de la colectividad fue clave para su contundente victoria del 13 de marzo, pero hasta el mismo Álvaro Uribe Vélez acepta que ser asociado con el candidato podría perjudicarlo. Este acercamiento podría llamar votantes moderados del sector alternativo y matizar la inminente unión con el Centro Democrático.
También concreta la propuesta de Gutiérrez de acercarse a las regiones. El liderazgo de Lara en el Huila, junto al propio en Medellín, podría ofrecer una dupla con pocos rivales en la puja por la descentralización.
Finalmente, tal como lo ha reiterado en los debates, esto prueba el talante conciliador de Gutiérrez. Según él, quiere unir en su apuesta a varias fuerzas políticas e incluso llamó a la Alianza Verde a construir junto a él. Dice ser respetuoso de las diferencias dibujando la línea roja en el Pacto Histórico.
Este nombramiento deja a Gutiérrez como un candidato que puede conciliar con la diferencia, atraer al centro indeciso, gobernar desde las regiones y que puede matizar su clara orientación hacia la derecha. Por otro lado, corre el riesgo de que los puristas, como María Fernanda Cabal, pierdan la fe en que pueda representar fielmente al sector político.