Nación
Quién es y a qué vino a Colombia Vince-Tong Sozio, el canadiense que golpeó al policía en el aeropuerto El Dorado
Desde la URI del barrio La Granja, en la localidad de Engativá, el ciudadano extranjero contó destalles de su vida.
En video quedó registrado el reprochable caso de agresión contra el patrullero Jhon Favio Largacha, quien fue sorprendido por el extranjero cuando, enfurecido, se abalanzó contra el uniformado para quitarle su arma de dotación, frente la mirada atónita de quienes esperaban en la terminal su vuelo este martes 11 de julio.
Hasta hace poco se desconocía la identidad del canadiense y lo que lo trajo a suelo colombiano. Sin embargo, este miércoles 12 de julio, previo a ser presentado ante un juez de control de garantías por parte de la Fiscalía General, quien le imputará el delito de agresión a servidor público, el hombre se refirió a su visita a Colombia.
Desde una Unidad de Reacción Inmediata (URI) del barrio La Granja, en la localidad de Engativá, el hombre identificado Vince-Tong Sozio aseguró que es boxeador, sin especificar si era profesional o aficionado. Además, hizo una reveladora confesión: afirmó que llegó a Colombia procedente de Panamá para someterse, supuestamente, a un tratamiento de desintoxicación de drogas. Pese a esto, la Policía aeroportuaria confirmó que entró en calidad de turista.
Vea la audiencia de imputación de cargos:
Estos nuevos detalles han añadido un giro inesperado a los acontecimientos del incidente en el aeropuerto El Dorado, ya que no se conoce hasta el momento qué hacía en la terminal aérea, a donde llegó vestido con un saco verde, pantaloneta negra y en chanclas.
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De acuerdo con el Código Penal, el delito que se le imputaría a Vince-Tong Sozio sería agresión contra servidor público y podría representarle una condena de 4 a 8 años de prisión.
“El que ejerza violencia contra servidor público, por razón de sus funciones o para obligarlo a ejecutar u omitir algún acto propio de su cargo o a realizar uno contrario a sus deberes oficiales, incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años”, dice el artículo 429 de la Ley 599 del año 2000. No obstante, habrá que esperar a la Fiscalía.
En las próximas horas se conocerá el dictamen médico del patrullero Jhon Favio Largacha, víctima del violento ataque a golpes por parte del canadiense. El coronel Octavio Gil, comandante de la Policía del aeropuerto, habló con SEMANA sobre este episodio.
El oficial explicó que, “efectivamente, a las 6:30 de la mañana, se presenta un hecho de agresión por parte de un ciudadano extranjero de nacionalidad canadiense. Esta persona agrede a nuestro uniformado, quien está adscrito a la seccional de Tránsito y Transporte, y tiene el grado de patrullero”.
Agregó que, “una vez verificados los videos de aquí de las instalaciones del aeropuerto, se logra evidenciar que este ciudadano va transitando por el segundo piso del aeropuerto. Cuando observa al uniformado se le abalanza específicamente a quitarle su armamento de dotación oficial. Estos son los hechos que ocasionan esta agresión. Lo que hace el compañero es actuar de una manera transparente en el marco del protocolo de la actuación del sistema táctico, básico policial, que lo que hace uno es defender la integridad personal y la de terceros, por eso es que él lo aleja, toma una distancia prudente porque este sujeto estaba alterado y pide apoyo por radio”.
De igual manera, el Coronel Gil explicó que “este ciudadano está siendo dejado a disposición de autoridad competente por el delito de lesiones personales. No hubo algún motivo, alguna justificación, el compañero no estaba realizando ningún procedimiento, no habían hablado antes, no había ninguna solicitud de registro de antecedentes, comparendos y movilizaciones”.
Sobre el canadiense capturado, el coronel dijo que “se verificó que él ingresó al país el 4 de julio, es turista, no venía a realizar ninguna diligencia o algo que se evidenciara y no conocemos por qué se encontraba aquí en el aeropuerto, teniendo en cuenta que no presenta ningún pasaje”.
Así mismo, explicó el oficial que el uniformado actuó acorde con los protocolos y era el no dejarse quitar el arma de dotación por parte del extranjero, quien, según las autoridades, no tenía boleto de regreso a su país o a otro.
“En el momento exacto, donde él le va a quitar el armamento, el compañero es donde pide de manera inmediata el apoyo y el apoyo llega”, señaló el coronel Gil.
Habla patrullero atacado brutalmente por el canadiense
La solidaridad con el patrullero Jhon Favio Largacha fue nacional, aunque algunos se atrevieron a criticar la actuación del uniformado, que soportó los golpes de un enfurecido canadiense que estaba decidido a quedarse con su arma de dotación. Largacha habló con SEMANA y contó el minuto a minuto del ataque.
Lo primero que dijo el uniformado fue que su actuación, que incluyó soportar los golpes de su agresor, evitó una tragedia, pues la intención, sin saber el motivo del canadiense, era quedarse con su arma de dotación y en ese momento el resultado pudo ser peor.
“Decidí ir al baño. Al salir del mismo, un sujeto se me abalanza por la espalda y trata de quitarme mi pistola de dotación; me doy vuelta, le pregunto al señor qué le pasa, no me contesta, hace caso omiso y caminó unos pasos adelante, yo al ver obviamente la actitud del señor pido apoyo por el radio de comunicaciones para poder individualizar”, explicó el uniformado.
Jhon Favio, oriundo de Chocó, completó más de seis años al servicio de la Policía y cuatro en la unidad de tránsito. Aseguró que, a pesar de los reproches de quienes nunca han estado en una situación semejante, su respuesta a las agresiones fue proteger su vida, la de su agresor y la del resto de ciudadanos.
“Yo trato de alejarlo con mi mano izquierda, el armamento lo tengo en el lado derecho de mi cintura, lo colocó en un lugar donde no lo pueda coger. Lo trato de alejar para evitar que el señor me despoje del armamento y ocurra una tragedia, porque inicialmente lo que el señor quería era despojarme del armamento”, explicó el uniformado.
Aseguró que tras repasar los videos en los que aparece junto al canadiense, piensa en la gravedad de los hechos y de lo que pudo ocurrir si este agresor le hubiese quitado su arma de dotación. Las imágenes son perturbadoras, no solo por la violencia, sino por la actitud del atacante que no se detuvo un segundo en la golpiza; hasta que los ciudadanos intercedieron en favor del policía.