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   Estos inmuebles, que más parecen escombros y no han sido derrumbados por negligencia de las autoridades distritales, se han convertido en sitios de tortura y muerte para enviar mensajes de advertencia a grupos rivales en el tráfico de drogas.
Estos inmuebles, que más parecen escombros y no han sido derrumbados por negligencia de las autoridades distritales, se han convertido en sitios de tortura y muerte para enviar mensajes de advertencia a grupos rivales en el tráfico de drogas.

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¿Quiénes están tras las “casas de la muerte” en Bogotá?

La Policía avanza en las investigaciones por los casos de hombres asesinados y arrojados en bolsas de basura en Bogotá.

23 de abril de 2022

Los cuerpos que aparecieron en bolsas de basura en el centro y occidente de Bogotá tienen en alerta a la comunidad y atentas a las autoridades. SEMANA estableció el origen de esta terrorífica práctica que en los últimos días fue objeto de investigación. Las víctimas fueron asesinadas en las llamadas “casas de masajes”, antros en ruinas que son usados para torturar y asesinar a personas en Bogotá.

Los agentes de la Sijín en la Metropolitana de Bogotá y del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, construyeron las hipótesis alrededor de esa macabra historia y todo apunta a las principales redes dedicadas al tráfico de estupefacientes en la ciudad que se disputan el control de las zonas.

Los investigadores tienen una georeferenciación del crimen y de quiénes estarían tras los asesinatos. Hay, en criterio de los expertos, una reacomodación de las organizaciones criminales, de bandas que se disputan el poder, la distribución y hasta el consumo de estupefacientes.

La disputa en esta coyuntura señala a organizaciones criminales integradas o lideradas por ciudadanos venezolanos que se enfrentaron a los colombianos con la ambición criminal de quedarse con las zonas y las personas encargadas del tráfico de las drogas. La asonada asesina en el último mes dejó al menos seis víctimas, todos hombres entre los 25 y 35 años de edad.

Las víctimas no tienen identificación, llegan como NN a las instalaciones de Medicina Legal, que a través de los estudios de necropsia detectaron varios hechos comunes en las causas y mecanismo de la muerte. Todos aparecieron amarrados de manos y pies, con signos de tortura, quemaduras y asfixia. Los datos se entregaron a los investigadores que tenían información sobre posibles responsables.

   En una de estas viejas y lúgubres casas, se ve una carreta de las que utilizan para mover los cuerpos luego de ser torturados, asesinados y picados. Posteriormente, son tirados a la calle en basureros.
En una de estas viejas y lúgubres casas, se ve una carreta de las que utilizan para mover los cuerpos luego de ser torturados, asesinados y picados. Posteriormente, son tirados a la calle en basureros.

Las personas asesinadas, envueltas en bolsas, costales y colchones, se convirtieron en víctimas y al mismo tiempo en mensajes macabros entre las organizaciones criminales. Los restos se dejan en un determinado sitio y una hora específica, los rivales saben que su secuaz está desaparecido, luego de la noticia del hallazgo.

La investigación reveló que las personas eran llevadas hasta casas que funcionan como “paga diarios”, improvisados hoteles en el centro de Bogotá que cobran hasta 5.000 pesos por una noche de hospedaje, pero que en el caso del barrio San Bernardo, se ubicaron en casas que, en teoría no existen, pues estaban en el plan de renovación del centro y para el Distrito están demolidas, pero no.

Esas ruinas son conocidas como las “casas de masajes”, tenebrosos espacios que no solo ofrecen alojamiento, se convierten en las escenas de crimen, de muerte, tortura. lugares que fueron identificados por un triangulo de autoridades, entre la Alcaldía Mayor, la Metropolitana de Bogotá y un batallón del Ejército.

| Foto: FOTO: policía

La Policía y la Fiscalía avanzan en las investigaciones y en los próximos días se conocerán resultados por los asesinatos de hombres en medio de esta disputa criminal entre los traficantes de droga en Bogotá. Los agentes tienen identificadas las redes, los protagonistas y los posibles responsables de los asesinatos, que no son simples sicarios, son personajes sádicos que ven en la tortura una actividad de trabajo.