POLÍTICA
“Quienes se oponen a la modificación de la Ley de Garantías no piensan en la gente y en los más pobres”
El director de la Federación Colombiana de Municipios, Gilberto Toro, celebró la modificación de la Ley de Garantías que permite el giro de recursos de la Nación a los departamentos en elecciones. Dijo que el dinero debe invertirse.
SEMANA: ¿Cómo le pareció la modificación de la Ley de Garantías?
GILBERTO TORO: En estricto sentido no hubo eliminación de la Ley de Garantías, hubo una modificación muy importante. Salir de un período crítico de pandemia, cuando los alcaldes se tuvieron que dedicar a atender las consecuencias del covid, para que la Ley de Garantías les impida que los recursos fluyan entre el Gobierno y las entidades territoriales, sería fatal. Quienes se oponían a esto no piensan en la gente, en los pobres que son los más beneficiados de una gestión que se hace necesaria con recursos entre el Gobierno y los gobiernos locales.
SEMANA: Pero la oposición no piensa lo mismo. Gran parte de la clase política cree que aumentará la corrupción
G.T.: Aquí para la oposición y muchos sectores todo es corrupción. Aquí gobernar se convirtió en sinónimo de corrupción. Mi mamá me enseñó que el ladrón juzga por su condición. Aquí la mayoría de alcaldes lo único que quiere es poder complementar con dineros de la Nación sus propios recursos para avanzar en el cumplimiento de sus planes de desarrollo que no han arrancado en forma por la pandemia. Lo único que se quiere es que no tengamos ya dos años parados en los municipios y la gente necesitando obras, inversión social, generación de empleo, reactivación económica de la que todo el mundo habla. Me parece muy curioso que gente de izquierda, que supuestamente critica el poder del sector financiero, termine tratando de fortalecer que las platas que necesita el pueblo colombiano para mejorar sus condiciones de vida se paralicen en las arcas de los bancos. Esto no tiene sentido. No se está diciendo que el alcalde va a poder hacer lo que se le da gana y le asignará los contratos a sus amigos o a quien sea. No. Estamos hablando que los recursos que transfiere el Gobierno a través de convenios no se paralicen más. Obviamente el alcalde tiene que ejecutarlos de acuerdo con la Ley 80, y las normas de contratación. En los municipios la gente ya aprendió a hacerle un seguimiento, una vigilancia al uso de los recursos. La Ley de Garantías fue inventada para evitar que desde el Gobierno se dirigieran recursos, de pronto buscando favorecer la candidatura de un presidente- candidato en una reelección, pero ya no hay reelección. Entonces, ¿antes de que existiera la Ley de Garantías era el imperio de la corrupción? No. Ya es hora de que dejen de decirle mentiras al país, de engañar al pueblo que pretenden perjudicar manteniendo esta inactividad en la gobernabilidad local.
SEMANA: ¿No teme que esta modificación se caiga en la Corte Constitucional? Ya hay varios congresistas alistando las demandas…
G.T.: En este país todo se manda, esperemos que la Corte tenga en consideración el impacto social que tiene esta aprobación y que deje que los gobiernos locales puedan trabajar. No es justo que sigamos privando a la gente de recibir los recursos que fluyen entre el Gobierno y los departamentos y municipios. Se ha dado un gran paso para que definitivamente evitemos otra cosa que pareciera que prefieren quienes se oponen a esto: parece que prefieren esa feria de la improvisación, esa carrera contrarreloj para hacer aprobar convenios que lamentablemente tienen unos periodos muy largos por todos esos procesos burocráticos en el país y que no se logran firmar antes de la entrada en vigencia de la Ley de Garantías. Eso conduce a que si hay improvisación no hay planeación, se hacen las cosas mal y se puede incurrir incluso en prácticas no transparentes. Eso es lo que hay que evitar.
SEMANA: Es decir, usted cree que con la modificación de la Ley de Garantías los alcaldes no correrán con la contratación de los recursos que le llegan del Gobierno y no se incurrirá en errores.
G.T.: Exactamente. Ahora lo que pasará es que muchos recursos que llegan desde el Gobierno o los departamentos a los municipios se podrán ejecutar de una manera planeada, tranquila, sin improvisaciones, sin carreras, o mejor aún: sin que la plata se tenga que quedar más tiempo en los bancos esperando a que pasen las elecciones.
SEMANA: Por último, ¿qué decirle a quienes dicen que con esta modificación la derecha pretende sostenerse otros cuatro años?
G.T.: Hay sectores interesados en conducir este debate a lo político-electoral y no es así. Lo que se trata es que los recursos que tiene la Nación y que llegan a los municipios ayuden a cumplir los planes de gobierno, los planes de desarrollo, a dar soluciones a las problemáticas más sentidas de las comunidades locales. Aquí hay gente que está más interesada en tratar de que la democracia que tenemos no logre dar los resultados que tienen que dar y por eso tratan de paralizar el país, para de pronto inducir a mucha gente a que crean que son otras alternativas las mejores. Y esas alternativas, está comprobado en el mundo, son la peor expresión de corrupción y la peor falta de libertad que hay.