Foros Semana
“Quisiera ver un proceso de paz real como el que vivió Sudáfrica con Mandela”
Empresarios y familiares víctimas de secuestro se dieron cita en un nuevo Espacio de Escucha organizado por la Comisión de la Verdad. Permitió conocer conmovedores testimonios que llevaron a una profunda reflexión social de las secuelas que ha dejado la guerra en Colombia.
En el encuentro participaron Maurice Armitage, empresario y exalcalde de Cali; Juliana Villegas, quien fue secuestrada a los 17 años; María Luisa Posada, esposa de Alfonso Ospina, empresario y político secuestrado y asesinado por los paramilitares; y Aníbal Rodríguez, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1970 y 2010 se presentaron 20.385 casos en este sector de la población.
El Espacio inició con el relato de Maurice Armitage, empresario y político vallecaucano, quien relató con lágrimas los dos sucesos en los que la violencia le arrebató la libertad. El primer secuestro sucedió en el 2001, mientras iba de pesca al Pacífico. Fue secuestrado junto a otras cinco personas por el frente 57 de las Farc.
El segundo, al que catalogó como “más corto, pero más violento”, afirma fue el que le generó un cambio en su vida. “Tuve un dilema luego de mis dos secuestros: irme del país o quedarme tratando de resolver las angustias sociales para generar desarrollo. Sin embargo, decidí quedarme con el fin de generar empleo, riqueza y prosperidad para tratar de amainar las desigualdades”.
El empresario confesó el perdón que le otorgó a sus secuestradores e invitó a toda la sociedad a que se reconcilie. “Tomé la decisión de perdonar a mis secuestradores. Esto es una invitación a quitarnos el odio y a que nos reconciliemos. Les puedo decir que el haber perdonado me ha hecho feliz”.
A su turno, habló Juliana Villegas, politóloga, hija de Luis Carlos Villegas, reconocido dirigente empresarial y quien años más tarde se convirtió en ministro de Defensa del Gobierno de Juan Manuel Santos.
Relató que, a los 17 años, al salir de clases en la Universidad Javeriana en compañía de una amiga, fueron abordadas por dos hombres. Estuvo secuestrada desde el 28 de noviembre de 2000 al 2 de marzo de 2001 y aseguró que “la incertidumbre es muy dolorosa para el ser humano, genera mucha angustia, dolor, y tiene implicaciones mentales y físicas, no solo en el secuestrado, sino en sus familiares”. Y añadió: “No es justo que a Colombia le siga pasando esto. Nada justifica el dolor y los costos que implica el secuestro”, finalizó Villegas.
Por otro lado, María Luisa Posada, esposa de Alfonso Ospina, político secuestrado y asesinado por el paramilitar Fidel Castaño, relató el infierno que vivieron.
Ospina era poseedor de varias propiedades en el alto Sinú, zona en la cual el jefe paramilitar tenía una gran influencia. Ante la negativa de vender sus tierras y financiar a este grupo armado, Ospina fue secuestrado y después asesinado.
Su esposa vivió en carne propia el dolor, el exilio y la incertidumbre del secuestro. Al final, la familia pagó 100 millones de pesos para que el cadáver de Ospina les fuera entregado y así darle un entierro digno.
“Me duele profundamente ver el país enfrentado como nunca. Quisiera ver un proceso de paz real como el que vivió Sudáfrica con Mandela. La vida no es una guerra, sino un momento único para amar y ser felices”, dijo Posada.
Por último, se escuchó el relato del presidente de Camacol, Aníbal Rodríguez, quien fue secuestrado por la guerrilla de las Farc durante 39 meses, en el 2001, junto a su hija de 15 años, en su apartamento del Edificio Miraflores.
“Nos coartaron la libertad, pero con el secuestro no pudieron pisotearnos la dignidad humana. Nos repusimos y aquí estamos contribuyendo al fortalecimiento del país. Entre todos debemos empujar hacia adelante”, finalizó Rodríguez.
Este Espacio de Escucha concluyó con las palabras de la comisionada de la verdad Lucía González, quien resaltó la valentía de los protagonistas de este encuentro: “Se necesita coraje y sentido de ciudadanía y de responsabilidad para poner el dolor en la escena pública. Esperamos que sus palabras sirvan de ejemplo a muchas personas y que estas se sumen a la búsqueda de la paz”.
Organizaron la Comisión de la Verdad en alianza con Foros Semana, con el auspicio de la Unión Europea.