Judicial
Rafael Uribe, el asesino de la niña Yuliana Samboní, está disminuyendo la pena por sus buenas obras, ¿cuáles son?
El arquitecto que se robó los titulares por el macabro crimen de una niña indígena en Bogotá está disminuyendo su condena.
El temido hombre que se ganó el desprecio por los hechos que ocurrieron en la localidad de Chapinero en diciembre de 2016, cuando decidió acabar con la vida de Yuliana Samboní, una pequeña de tan solo siete años que había llegado a vivir a Bogotá huyendo de la difícil situación económica y de orden público que se vive en Cauca, goza de rebaja de la pena.
Uribe fue condenado a 58 años de prisión por los delitos de feminicidio agravado, acceso carnal violento agravado y secuestro.
Fue el Tribunal Superior de Bogotá el que le impuso, el 29 de marzo de 2017, una pena de 696 meses de cárcel. Para muchos, una condena justa frente a todos los vejámenes que cometió con la pequeña; para otros, insuficiente frente a todo el daño causado a un ser indefenso.
Uribe Noguera ahora paga su sentencia en la cárcel de Valledupar, pero desde que estaba en La Picota, en Bogotá, está contabilizando descuentos. Incluso el buen comportamiento y el trabajo que hizo en la penitenciaría antes de que le fuera impuesta una condena le contabilizan para ganar descuentos.
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Y es que la defensa del arquitecto se ha esmerado en hacer que periódicamente le contabilicen su buen comportamiento y sus obras para que la larga condena disminuya. Revisando el sistema de la rama judicial, el radicado que da cuenta del proceso de ejecución de penas contra Rafael Uribe Noguera muestra que desde junio de 2018 se evidencia que, a través de un auto oficial, se le solicita al centro carcelario un informe con destino al juzgado de ejecución de penas.
Este documento daría cuenta de “los cómputos que ha redimido el interno Rafael Manuel Uribe Noguera, por concepto de trabajo, estudio, y/o enseñanza, que no hayan sido objeto de estudio con los correspondientes certificados de conducta que avalen dichos periodos, cartilla biográfica y resolución que autoriza laborar domingos y festivos”.
El 25 de enero de 2019 hay registro de una primera rebaja así: “Se resuelve reconocer al sentenciado Rafael Uribe Noguera por concepto de redención de pena por trabajo y estudio un término de 1 mes, 9 días y 12 horas”.
El 11 de marzo de 2019 aparece otra rebaja casi exacta a la primera: “Se resuelve reconocer al sentenciado, por concepto de redención de pena por trabajo, un término de 1 mes y 12 horas”.
El 13 de julio de 2019, Uribe Noguera registra un descuento más significativo: por trabajo le redimen 2 meses y 1 día y 12 horas. Ese descuento se repite en enero del año siguiente.
Para el 2020, cuando él tan solo había pagado casi tres años y medio de su condena, ya el Estado le había brindado seis meses de descuento. Poco a poco ha logrado que ese beneficio se multiplique. En 2022 logró un poco más de descuento, completado 14 meses y 17 días.
Este hombre está detenido en la cárcel de máxima seguridad La Tramacúa de Valledupar, a sus celdas han llegado los hombres más peligrosos del país, incluso asesinos y abusadores sexuales en serie de menores de edad, como el caso de Alfredo Garavito.
Desde esa cárcel Uribe Noguera ha estado realizando trabajo ocupacional. Adelanta actividades en papel. Enfocadas en la profesión que estudió cuando estaba en libertad (planos de arquitectura), le confirmó a SEMANA el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
“Como todos los privados de la libertad condenados, el Inpec debe ofrecerles una actividad ocupacional enfocada a tres áreas: trabajo, estudio o enseñanza, en las cuales ellos escogen si participan en un programa de formación, trabajan o si cuentan con los requisitos enseñan, como monitores o docentes”, señalan fuentes oficiales de la entidad.
Sin embargo, dejan claro que la redención de pena la da el juez de ejecución de penas una vez evalúa los avances en su programa de reinserción, que van enfocadas en comportamiento, buena conducta y las actividades ocupacionales que les valen cómo tiempo de redención. Tendría que hacer muchas indulgencias para evitar que pase al menos décadas tras las rejas.
Es de resaltar que, en abril de 2021, SEMANA reveló la manera en la que vive Rafael Uribe Noguera. La celda es muy pequeña. Tiene una cama de cemento que está empotrada de pared a pared. Es de aproximadamente un metro de ancho y menos de dos metros de largo. El colchón es sencillo y está cubierto por una sábana blanca, y encima tiene una almohada.
A los pies, en la pared, tiene un pequeño ventilador, ya que las temperaturas en el centro penitenciario a veces superan los 40 grados centígrados. Las paredes están pintadas de blanco y la reja con barrotes es azul.