Nacion
Raúl Gasca pide celeridad en investigación por muerte del chimpancé ‘Pancho’: “Era como mi hijo, no era agresivo ni salvaje”
El dueño del Circo Hermanos Gasca donó al animal hace unos años al zoológico de Pereira para su cuidado. Dice que no era necesario el sacrificio y que un dardo tranquilizante era suficiente. Además, se pregunta por qué a la hembra también la mataron.
SEMANA: En unos videos se ven a los chimpancés caminando y, al parecer, sin generar riesgo alguno. ¿Había necesidad de sacrificarlos?
Raúl Gasca (R. G.): No puedo decir si había necesidad o no porque no estuve allí en el momento. Lo que sí puedo decir es que ‘Panchito’ hace unos años se escapó del zoológico que estaba frente al aeropuerto Matecaña de Pereira. Yo a ‘Panchito’ no se lo doné al Bioparque Ukumarí, yo se lo di al zoológico de Matecaña en su momento. Sé que la gente de Ukumarí compró todo el zoológico y ahí iba ‘Panchito’ también, incluso unos elefantes que también había donado. ‘Panchito’ ya se había escapado una vez, si buscan en internet encontrarán que ‘Panchito’ cerró el aeropuerto de Pereira como por 3 o 4 horas porque él andaba corriendo por todo el aeropuerto cuando se escapó. La gente se tomaba fotos con él, se hacían selfis con él, la gente grababa el chimpancé corriendo por todos lados y en esa oportunidad simple y sencillamente lo durmieron y lo regresaron al zoológico de Pereira. No sé ahora por qué le dispararon con un fusil, te lo juro que me partió el corazón porque dispararle ya es muy grave y más con un fusil, esto de verdad es muy fuerte.
SEMANA: Entonces ‘Pancho’ no era bravo...
R. G.: Si tú me dices a mí si ‘Panchito’ era bravo o mansito, pues diré que ya por su edad era un chimpancé con su temperamento, pero tampoco era un chimpancé salvaje que nunca había convivido con la gente. Incluso él se ve ahí caminando como desubicado, como un poquito perdido. Cuando ellos se escapan y andan donde no conocen, así se la pasan. Entonces dicen que atacó al cuidador, ¿pero para qué se le acercan? De lejos tenían que dispararle un dardo, esperar que se durmiera. Y ahora, por qué a la otra chimpancé también la mataron. Hay que investigar porque esto está muy raro.
Lo más leído
SEMANA: Aunque no hay claridad sobre lo que pasó, lo que mucha gente se pregunta es por qué no lo durmieron. ¿Hubieran podido dispararle tranquilizantes?
R. G.: Claro y esperar un tiempo a que hiciera efecto. Nadie debió acercarse al chimpancé. ‘Pancho’ era muy tranquilo, estuvo sentado conmigo muchos años. Yo tomaba café con él en las mañanas. Quiero que sepan que ‘Panchito’ sabía abrir puertas, candados, si tú le dabas una llave lo abre tranquilamente, sabía abrir ventanas, o sea era un chimpancé muy inteligente y cercano a los humanos porque vivió conmigo 12 años, desde chiquito hasta que lo entregué al zoológico. Lo que se ha dicho es que se quería evitar una situación en donde se pusieran en riesgo las vidas humanas, pero también pensaría uno que por la hora porque ya era la madrugada, hubieran podido darle otro manejo. Esperamos que se conozcan las investigaciones para saber qué fue lo que pasó. Uno pensaría que esta situación hubiera podido tener otro manejo.
SEMANA: Esa noticia de la escapada fue el 4 de diciembre de 2007 y no hay registro de ataque alguno y por el contrario muchas fotos de curiosos que estuvieron cerca de él en el aeropuerto de Pereira...
R. G.: A nadie y andaba entre la gente y corriendo en el aeropuerto, pero sin atacar a nadie. Lo durmieron y lo regresaron al zoológico y pues yo anoche me imaginé que pasaría algo así. Incluso en unos días iba a ir a visitarlo porque con el circo iremos a Pereira.
SEMANA: ¿'Chita’ también era suya?
R. G.: No, en ese lugar vi que había tres 3 chimpancés hace dos, tres años que fui. No sé qué habrá pasado con el otro chimpancé. Cuando lo doné, yo mismo me aseguré de que le hicieran un hábitat nuevo en el otro zoológico, yo di el dinero para que hicieran su hábitat, porque los tenían en una jaula muy feíta. Y yo di el dinero para que lo tuvieran bien. O sea yo hice todo lo posible para que quedaran bien. Incluso con el zoológico anterior buscamos chimpancés hembras para que ‘Panchito’ no estuviera solo y no se sintiera tan mal, porque vuelvo y te repito, él era como mi hijo.
SEMANA: ¿Cuántos años tenía ‘Pancho’?
R. G.: Aproximadamente unos 23 o 24 años.
SEMANA: Como usted lo conoció tan bien tengo que preguntárselo, ¿'Pancho’ era un peligro para los humanos?, ¿podía hacerles daño o asesinarlos?
R. G.: Es una pregunta difícil y no te puedo decir si mataría a alguien porque era un animal acostumbrado a ver la gente. Él vivía aquí conmigo en el tráiler, se acostaba aquí y compartía con nosotros. Pero no sé qué habrá pasado en ese momento, yo no estuve allí, pero vuelvo y repito, él no era un chimpancé salvaje. Ahora, a la chimpancé también le hicieron lo mismo, ¿por qué? El chimpancé hembra es más dócil, no son tan peleadores ni agresivos. El macho, a veces cuando siente que le van a hacer algo o sienten peligro se puede poner agresivo, pero la hembra no y los dos tuvieron el mismo final. Entonces esto está un poco raro.
SEMANA: En el Ukumarí dicen que aplicaron los protocolos que se activan en este tipo de casos, pero si el animal no siente riesgo no hubiera pasado nada...
R. G.: Estoy seguro de que ‘Panchito’ si no sentía que le iban a hacer algo, él no le iba a hacer nada a nadie. A lo mejor lo quisieron agarrar o algo y ahí sí puede ser que se ponga agresivo. De mí se dejaba agarrar, jugar o lo que sea, pero de otra gente no. Pero en el zoológico saben qué hacer en estos casos: hay que dejarlo quieto y desde lejos tirarle un dardo hasta que le den para que se duerma y ya está.
SEMANA: Usted donó a ‘Pancho’ por una ley que prohibía a los animales en los circos...
R. G.: Antes de que la ley entrara. Nosotros nos dimos cuenta de que los grupos animalistas nos la estaban montando, como dicen en Colombia, y se inventaban historias que de maltrato y todo. Nos cansamos de estar desmintiendo y siempre que nos hicieron revisiones los animales estaban perfectos. Pero nos dimos cuenta para dónde iba el tema, entonces poco a poco fuimos saliendo de algunos animales para que cuando llegara la ley, ya tuviéramos muy pocos y efectivamente cuando entró la ley solamente teníamos dos elefantes y tres tigres nada más. Teníamos la opción de irnos a otro país y quedarnos con nuestros animales, pero yo amo este país que se llama Colombia y yo no iba a dejar de venir por tener los animales.
SEMANA: ¿Y qué hizo con ellos?
R. G.: Todos los animales fueron donados a diferentes zoológicos. Llevamos unos elefantes y tigres a la hacienda Nápoles. Y otros los donamos a zoológicos que hay en otras partes de Colombia. Pero yo tenía muy presente a ‘Panchito’ y al zoológico de Pereira porque también quedaron unos elefantes. No sé qué habrá pasado y por qué se les escapó, pero la última vez que lo vi estaba bien. Pero fíjate que los del zoológico eran como muy alejados conmigo, yo siempre los sentía raros, como distantes. Yo iba con buena onda y nadie me hablaba, así que compraba mi boleto y me metía a ver los animales.
SEMANA: ¿Cuándo vio a ‘Pancho’ lo reconoció?
R. G.: Totalmente y ‘Panchito’ cuando me veía se volvía loco, pero lo que era muy triste era la despedida porque quedaba muy triste. Siempre pensé que se quedaba enojado conmigo porque lo dejaba en el zoológico. Pero no tenía otra opción. El final de ‘Panchito’ es lo que me duele mucho en el corazón. ¿Cómo va a morir con varios disparos de fusil?