NACIÓN
Reapertura de la frontera con Venezuela, ¿una papa caliente?
Hay más preguntas que respuestas sobre cómo será la nueva cotidianidad en el corredor binacional.
A una semana de la cita, el Gobierno no ha nombrado director de Migración Colombia ni del funcionario que reemplazará al saliente gerente de Fronteras, y parece no haber una hoja de ruta binacional totalmente acordada de cómo se manejará el paso desde y hacia Venezuela de gente y carga; el gobernador del vecino estado Táchira ya reconoció que la reapertura será básicamente simbólica.
El avance que significó la regularización de 2,47 millones de venezolanos, a juicio de los expertos, podría sufrir un retroceso importante si el Gobierno Petro no conserva las estructuras ya montadas que permitieron caracterizar con detalle a los migrantes, y saber cuántos son, dónde están y qué necesitan.
“El tema perdió relevancia en el actual Gobierno, la migración no es una prioridad y así ha quedado demostrado; la dinámica que ha manejado el Gobierno durante el primer mes de gestión es bastante diciente, el presidente no se ha pronunciado ni en una sola oportunidad frente al tema migratorio, tampoco lo ha hecho el canciller”, explica Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
Y eso, de cara a la apertura de las fronteras entre Colombia y Venezuela prevista para el 26 de septiembre, supone más dudas que certezas. La primera es que la frontera es muy diferente a la que se cerró, y la dinámica social que hoy maneja la economía y el tránsito pendular por las trochas, se trasladara a los pasos formales, donde nadie sabe a ciencia cierta cuántas personas y vehículos van a pasar.
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Según declaró a SEMANA Víctor Bautista, asesor de fronteras de Norte de Santander, “en las últimas tres semanas hemos visto un crecimiento significativo migratorio, con gente muy vulnerable, con madres cabeza de familia, con niños que están caminando en las carreteras nuevamente”.
La llegada de más migrantes, en este caso sin regularizar, implica el desafío, de que crucen formalmente por los puestos de Migración Colombia, pero muchos de ellos ni siquiera tienen un documento de identificación.
Por otro lado, ya están cruzando hacia Cúcuta a solicitar servicios médicos para regresar a su país una vez son atendidos, y eso causa mucha congestión.
“Más del 98 % no viven en Colombia y viene circunstancialmente a demandar servicios; eso ocurre en múltiples centros de atención médica de la región”, confirmó el funcionario.
A pesar de los anuncios de autoridades binacionales, apenas se está consolidando la estrategia para estructurar el paso de carga, al que el Gobierno le apuesta como una de los pilares de la reactivación económica.
Pero no existe una reglamentación totalmente acordada que les garantice de forma plena a los transportadores seguridad para los vehículos, la carga, los conductores y la provisión de gasolina y carga de regreso a Colombia.
“Debe generarse una política de desarrollo que permita que la zona de frontera tenga unas mejores condiciones de competitividad y de generación de beneficios para sus habitantes”, aseguró Carlos Luna, presidente del Comité Intergremial de Norte de Santander.
En el tema del tránsito automotor en la frontera se está trabajando en evaluar cómo los vehículos se adaptarán a la nueva realidad, porque deberán pasar por revisiones tecno mecánicas, garantizar la identidad del propietario, ajustarse al pago del SOAT y cumplir con el protocolo de emisión de gases.
Nada de eso está totalmente listo, y según Víctor Bautista, “se estima que pueden pasar diariamente entre 15 mil y 20 mil vehículos, que es un número significativo, y los aspectos de seguridad y control juegan un papel importante en los indicadores de inseguridad que hay la frontera; de ahí que el tema de una cooperación judicial y con la fuerza pública será fundamental”.
En temas de conexión aérea, tres empresas colombianas recibieron el visto bueno de Aerocivil para volar al vecino país, pero todavía no tienen resueltos todos sus requerimientos operativos para activar las rutas desde allá hacia Colombia.
Para Fredy Bernal, gobernador de Táchira, la apertura del 26 de septiembre, con el paso de los primeros camiones con carga “sería un acto simbólico, porque las condiciones metodológicas de intercambio de productos aún no están dadas, porque tenemos siete años sin relaciones”.
De hecho, el mismo funcionario resumió en una frase lo que para muchos es un secreto a voces y que dibuja el cuello de botella que implica el anuncio de reapertura de fronteras: “hay procesos de carácter administrativo y legal que no se resuelven solo con voluntad política”.