Macro
Recesión en Colombia: el presidente Petro encendió las alarmas; esto es lo que se viene para el país en materia económica, el bolsillo de todos está en riesgo
Las estimaciones del comportamiento de la economía para 2023 no son las mejores en el mundo. La recesión parece inevitable. ¿Cómo le pegará a Colombia?
Desde hace varias semanas soplan vientos de recesión en el planeta. Pero, tras los recientes anuncios del Fondo Monetario Internacional (FMI), la tormenta se está convirtiendo en un fuerte huracán. La entidad rebajó las previsiones para 2023 y todo indica que lo peor está por venir.
La economía global en 2021 tuvo una expansión de 6 por ciento, para este año será de 3,2 por ciento y para 2023, de 2,7 por ciento. Pero también deja planteada la posibilidad de que el crecimiento mundial en un año caiga por debajo de 2 por ciento y en el escenario más pesimista crezca 1 por ciento.
Los riesgos siguen siendo grandes: la inflación desbordada, el aumento de tasas ‘sincronizado’ de los bancos centrales de los países, una mayor apreciación del dólar, las tensiones geopolíticas causadas por la guerra entre Rusia y Ucrania, fuera de los shocks en los precios de la energía y los alimentos, que impulsarán los costos por más tiempo.
Una de las mayores preocupaciones es Estados Unidos, pues, de acuerdo con el FMI, crecería el año entrante un modesto 1 por ciento. De hecho, ya distintos analistas han advertido que está en recesión técnica.
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El presidente Joe Biden, en una entrevista con CNN, señaló que no cree que haya recesión, pero si la hay será una “recesión muy ligera”. También hay nerviosismo por la zona euro, cuyo crecimiento se estima en 0,5 por ciento y persisten las alertas por la posibilidad de que algunos de sus países entren en recesión.
¿Y Colombia?Aquí la desaceleración puede ser aún más fuerte que en el mundo. Para este año, todavía los analistas siguen corrigiendo sus cálculos de crecimiento al alza y la cifra podría estar bordeando el 8 por ciento, una de las mejores en la región y dentro de los países de la Ocde.
El viento de cola de la recuperación de la economía que viene de 2021, impulsado por el consumo de los hogares, ha mantenido una fuerte dinámica en el comportamiento de la actividad productiva. Esto ha hecho que, por ejemplo, Corficolombiana, en su más reciente estimación, pasara de 6,5 a 8 por ciento su cálculo de crecimiento de la economía este año. Davivienda lo fijó en 7,8 por ciento y hasta el Banco de la República aumentó sus previsiones de 6,9 a 7,8 por ciento.
Sin embargo, a juicio de los analistas el huracán llegará en 2023. Una de las estimaciones más dramáticas es del mismo Banco de la República, que pasó de 1,1 a 0,7 por ciento, mientras que uno de los más optimistas es Davivienda, pues, junto con entidades internacionales como el FMI, considera que el país crecerá 2,2 por ciento el año entrante. Incluso, hasta el presidente Gustavo Petro ya alertó que se aproxima una recesión económica que se puede profundizar por el crecimiento de las tasas de interés, el cual será “la correa de transmisión de la recesión mundial”.
En cualquier caso, la desaceleración será profunda. Una suma de factores presionará la economía en el país en 2023. El agotamiento de la demanda represada tras la pandemia, los efectos de una mayor inflación y su persistencia por factores como el incremento en el precio de la gasolina y el invierno; el aumento de las tasas de interés y el impacto de la trepada del dólar, que además encarecerán el capital, y los riesgos asociados a un contexto internacional adverso están conformando ya no la tormenta, sino el huracán perfecto.
Sin embargo, no son los únicos factores que presionarán la economía el año entrante. Como advierte Davivienda en un estudio, hay que sumar otros dos factores de incertidumbre específicos: “El alcance de las políticas que implementará el nuevo Gobierno nacional y el efecto que puede llegar a tener la reforma tributaria sobre el crecimiento.
Sobre este último punto vale la pena resaltar que los programas de ajuste fiscal caracterizados por un aumento en los impuestos y una disminución del gasto, tradicionalmente, suelen tener efectos recesivos. En esta oportunidad, sin embargo, no se aplicará la receta tradicional, pues si bien hay un aumento en los impuestos, también se espera una expansión del gasto. Los resultados de esta combinación de políticas son, intrínsecamente, difíciles de pronosticar”, señala.
Para el año entrante no solo habrá desaceleración, sino también la discusión de reformas clave, como la laboral, la pensional y la de salud, que ya anunció el Gobierno. El huracán se aproxima. ¿De qué nivel será y qué tan resguardado está el país? Amanecerá y veremos.