SERVICIOS PÚBLICOS
Si Bogotá no recicla, el nuevo sistema de aseo no funcionará
Desde este lunes empezó a funcionar el nuevo sistema de aseo pero todavía no se conoce dónde quedarán los 1.000 contenedores para separar los residuos. Además, aún hay tres puntos críticos en la ciudad en las localidades de Barrios Unidos y Engativá.
Tras 11 días de crisis sanitaria y ambiental debido al paro y las protestas de los trabajadores de Aguas Bogotá, todavía hay zonas en la capital que no han recibido el servicio de aseo. En Barrios Unidos y Engativá hay tres puntos críticos donde la acumulación de basura está al límite. Sin embargo, el secretario de Hábitat, Guillermo Rivera, aseguró que se puede dar por superada la emergencia ya que para este lunes esos tres puntos estarán atendidos por la nueva operadora de esta localidad, Bogotá Limpia. Rivera también dijo que en esos 11 días se recolectaron más de 26.511 toneladas de residuos y se alivió la situación de 738 puntos críticos.
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La directora de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos (Uaesp), Beatriz Helena Cárdenas, por su parte, aseguró que desde la noche del domingo pasado están funcionando los nuevos operadores privados (Promoambiental, Lime, Ciudad Limpia, Bogotá Limpia y Área Limpia) con normalidad y fluidez gracias a que también fueron parte del grupo que ayudó en el plan de contingencia, y además ya cuentan con la capacitación y la información necesaria para trabajar sin contratiempos.
Otra de las grandes deudas del Distrito es saber en dónde van a estar ubicados los 1.000 contenedores donde los ciudadanos van a separar los residuos. Con el nuevo sistema en marcha pero sin conocer los puntos de selección el sistema empieza cojo.
El primer cambio que verán los ciudadanos es la reducción del 10 por ciento en la tarifa de aseo que se aplicará a partir de mayo. Pero además se tendría que ver una ciudad más limpia, con horarios de barrido y lavado adecuado de las vías y los puentes, mobiliario urbano en cestas renovado, corte de césped y poda de árboles con maquinaria adecuada.
Una de las partes fundamentales para que este nuevo modelo funcione será la transformación en la cultura ciudadana. Los recicladores, los nuevos operadores y el Distrito planean desarrollar en conjunto campañas de concientización sobre la importancia de que los ciudadanos reciclen. Si los habitantes de Bogotá no lo hacen es probable que haya una nueva crisis. Los camiones de los nuevos operadores se llevarían las bolsas negras donde se supone que estarán únicamente los residuos no aprovechables, y los recicladores podrán acceder a las bolsas blancas donde deberá estar el material reciclable (papel, cartón, vidrio, plástico, metales, etc). De no ser así, la comunidad recicladora se quedará sin la materia prima de su trabajo y podrían entrar en una situación más difícil de la que viven hoy.
Por eso desde el Distrito, además de campañas de reciclaje —que hasta ahora han sido ineficaces— se tiene planeada la emisión de decretos que buscarán sancionar a las personas, empresas, escuelas y universidades que no reciclen, y también habría multas para carros recolectores que se lleven las bolsas blancas. Este dinero tendría que ser invertido en los recicladores. Sin embargo, en el Distrito esperan que no se tengan que hacer efectivas estas medidas sino que la ciudadanía se una para mantener limpia a Bogotá, donde se recicla poco menos del 15 por ciento de sus residuos, del 90 por ciento de los desechos que son aprovechables.
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Además de las campañas de reciclaje y los decretos todavía quedan varios puntos pendientes. Uno de ellos es qué va a pasar con los recicladores. Si bien desde el Distrito se asegura que más de 1.200 personas ya fueron contratadas, hay empleados que se quejan pues están siendo despedidos. Las entidades de control, Personería, Procuraduría y Contraloría, han hecho un llamado al Distrito y a los sindicados para que se siente una mesa de diálogo para tratar de solucionar la situación de los trabajadores que están sin empleo. La Procuraduría además está por dar respuesta al informe que entregó la Alcaldía sobre el plan de contingencia. Pero además su mayor preocupación es revisar qué tan bien se hace el empalme entre los pasados operadores y los actuales. “Lo que nos enseña esta crisis es que estamos presos de los operadores, que no hay personal adicional preparado para manejar un paro de esta magnitud y en esto se tendrá que trabajar más adelante”, dijo a SEMANA el viceprocurador general, Juan Carlos Cortés.
Tras la crisis, la Procuraduría lo que le pide al Distrito es que suministren los planes de emergencias y contingencias diseñados para la entrada en operación de los nuevos concesionarios del servicio de aseo de la ciudad. Esto para que en caso de que se presenten hechos similares la ciudad no se inunde de basuras y haya cómo responder rápidamente.
Otra de las grandes deudas del Distrito es saber en dónde van a estar ubicados los 1.000 contenedores donde los ciudadanos van a separar los residuos. Con el nuevo sistema en marcha pero sin conocer los puntos de selección el sistema empieza cojo. Precisamente esta es la preocupación de Omar Oróstegui Restrepo, director del programa Bogotá Cómo Vamos, quien se pregunta "¿cómo van a entrar a operar los recicladores?, ¿cómo se van a articular con los de residuos no aprovechables?, ¿cuáles son los requerimientos técnicos que ayudarán a definir dónde ubicar los contenedores? Esto puede generar tensiones con los vecinos porque a nadie le gustaría tener uno al lado de su casa”.
Por otro lado, tan solo un 10 por ciento de la flota de vehículos recolectores que ya están operando son amigables con el ambiente pero para el 12 de agosto ya tendrían que estar funcionando los carros nuevos con tecnologías limpias. Mientras tanto, las empresas que no contaban con toda la flota, han rentado parte de los vehículos a Aguas Bogotá para cumplir con su compromiso.
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El concejal de Cambio Radical José David Castellanos aseguró que logró que la ciudad tenga una bolsa de 174.000 millones de pesos, para que las empresas prestadoras del servicio de aseo en la ciudad, asuman tareas adicionales de alto impacto de limpieza, sin que eso represente incremento en la factura para los usuarios. Los beneficios, serían entre otros “cestas y canecas modernas, corte de césped y lavado de áreas públicas, atención de puntos críticos por arrojo de escombros y basuras, remoción de grafitis, recolección de árboles caídos, recolección de animales muertos, entre otros”. Pero está pendiente una licitación para la recolección de llantas, pendones y limpieza de postes. Habrá que ver si este dinero se le entrega a los operadores actuales o entrarán a participar otras empresas.