“Los potes de mermelada deben estar llegando a los sótanos del Congreso”

Como si se tratara de las 297 páginas del acuerdo de paz que se firmó en La Habana, el senador Jorge Robledo ya hizo la tarea con la reforma tributaria y se leyó las 452 páginas del documento. Junto a los economistas de su oficina, les dio una primera mirada a los 331 artículos. Le falta mucho por analizar, confiesa, pero dice tener los suficientes argumentos para calificarla, y lo hace con dos palabras: “regresiva y retardataria”. “La más regresiva de la historia, más que la del 2012”, insiste. Y cuando se le pregunta qué de bueno tiene el proyecto del Gobierno, no pensó un segundo la respuesta. Hasta el momento nada.

En frases del senador del Polo Democrático, la reforma tributaria se podría resumir en algunas. Por ejemplo, “a los pobres y a la clase media, nueve billones de impuestos. A los magnates y a las trasnacionales, dos billones menos de impuestos”; “con la reforma, la empresa más poderosa de  Colombia, propiedad de uno de los cinco más ricos del mundo, pagará la misma tasa de impuestos que una pequeña o mediana empresa”; “la retención en la fuente les va a caer a quienes ganen 1,5 millones”; o “la reforma no gravará las ganancias sino las ventas netas. ¿Eso qué es?”, se pregunta.

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Para Robledo, los argumentos del Gobierno para impulsar la reforma tributaria son “unos cuentazos”. Si le dicen que la reforma tributaria le va a significar a la Nación ingresos adicionales por nueve billones, necesarios en épocas de crisis, o que será un alivio para las empresas que generen empleo, el senador dice que todos son “manipulaciones” del Gobierno. “Jean-Baptiste Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV, decía que la reforma tributaria es el arte de desplumar el ganso sin que chille demasiado. El doctor Santos y el doctor Cárdenas pretenden echarnos un cuentazo para dejarnos sin una pluma, pero sonrientes para la foto”.

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Por ejemplo, el senador del Polo dice que el mayor “cuentazo” que el Gobierno está metiendo es el de llevar a la cárcel a los evasores de impuestos. “El evasor de impuestos es igual que un ladrón de un banco, tiene que ir a la cárcel como pasa en Estados Unidos, Chile y España. Pero es que el siguiente parágrafo dice que si el evasor enmienda la culpa, devuelve lo que evadió y paga una multa, no irá a la cárcel. Entonces no irá a la cárcel”.

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Pero lo que a Robledo más le preocupa de la reforma tributaria es que un tema tan complejo, que en su criterio golpea a las clases medias y a los sectores más populares, va a ser aprobado en menos de siete semanas, un mes y medio. “Tiene todo el peligro de pasar. Los potes de mermelada ya deben estar llegando a los sótanos del Congreso”.

Dice que estará muy vigilante del uribismo, pues cree que si este partido está en verdadera oposición al Gobierno Santos, debe oponerse a la reforma. “Yo espero que en esto no los acompañe el Centro Democrático porque ya van varias leyes malas para a Colombia aprobadas al alimón  por Unidad Nacional y Centro Democrático”.

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Sin embargo, el senador no se hace ilusiones con lo que pase en el Congreso, prefiere la movilización. "Cómo así que esta reforma de calibre no la puedan debatir en las ciudades, la democracia no es elegir a unos tipos y ya, también son las formas como se hacen las cosas. El pupitrazo, la ferrocarrileada que tienen pensada, no se ve en ningún Congreso en el mundo (...) Si en el 2012 los estudiantes de la MANE tumbaron una reforma educativa, es la única forma de hundir la reforma tributaria". 

En un diálogo en vivo con Semana.com, Robledo anunció que este jueves, a partir de las 9 de la mañana, el Comando Nacional Unitario, que reúne las cuatro centrales sindicales de trabajadores, marchará contra la reforma. “Es hora de que la clase media empresarial no acepte que los impuestos de las pequeñas y medianas empresas sean iguales a los de las trasnacionales”.

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Robledo se perfila como uno de los huesos duros de roer para el ministro de Hacienda en el trámite de la reforma tributaria. No sólo dará pelea en el capitolio, dice que saldrá a la calle.