SALUD

El relato de Valeria, hija de Roy Barreras, quien contrajo coronavirus

Esta médica, residente en el hospital Johns Hopkins, de EE.UU., le contó en Semana en vivo cómo vive su recuperación y cómo es la situación de los médicos allí.

30 de marzo de 2020
"Estará 14 días aislada. Acabo de sentir la impotencia de saber que estará sola", escribió Roy al contar que su hija enfermó. | Foto: Fotomontaje SEMANA

El senador Roy Barreras le contó al país que su hija Valeria, médica, contrajo hace pocas horas coronavirus. Valeria es residente de neurología en el prestigioso hospital Johns Hopkins, de Estados Unidos, y relató en Semana en vivo su experiencia atendiendo la pandemia, y ahora viviéndola en carne propia.

Valeria trabaja en el hospital que referencia en tiempo real el avance del coronavirus en el mundo, así que desde antes que llegara la pandemia a la ciudad de Baltimore, en Maryland, donde está ubicado, el hospital ya se estaba preparando. Empezaron a planear cómo serían los equipos manejo especial de coronavirus, designaron ciertas áreas especiales en el hospital solo para atender a esos pacientes, y a pensar cómo tener más ventiladores disponibles, así que optaron por cancelar todas las cirugías ambulatorias que no fueran urgentes, para liberar los ventiladores de los quirófanos.

Maryland todavía no tiene una ola de casos de coronavirus. Sin embargo, Valeria relata que desde la semana pasada se empezó a “sentir” en mayor medida la magnitud de la pandemia. “En urgencias se llenó el área de coronavirus. Todos los pacientes llegan con síntomas respiratorios y automáticamente los ponen en las áreas de contención con habitaciones de presión negativa. Y comenzó a bajar un poco el volumen de otras patologías, porque empezó el mensaje de que la gente no vaya a los hospitales”, dijo.

Los médicos internistas empezaron a trabajar más horas, debido al aumento de los casos, y Valeria también tuvo que unirse al grupo de médicos que atienden a los pacientes con coronavirus. “El hospital hizo algo que a mí me parece inteligente, pero también un poquito difícil para los médicos: dividió los equipos en dos. La mitad de los residentes los mandaron a la casa y a la otra mitad nos pusieron a hacer turnos el doble de seguido con la idea de que si se infecta uno, se infectan los demás. Pero queda la otra mitad disponible para volver”.

Valeria estaba atendiendo pacientes en urgencia en la UCI, así que tenía contacto frecuente con los enfermos. Dice con gran tranquilidad que por eso es “cuestión de tiempo” infectarse, pese a contar con elementos de protección.

“El sistema no es perfecto. Hay gente que de pronto no es apropiadamente identificada al inicio. Yo tenía un compañero que ya había sido positivo. Yo estuve expuesta a él, pero estaba sin síntomas. Como se necesitan médicos en el sistema, al menos aquí, no están mandando a los contactos necesariamente a aislarse. La instrucción es: siga trabajando y póngase una máscara. Entonces, pues eso hice”, relata.

Al principio, Valeria no cumplía con la lista de chequeo para que le realizaran el test porque no tenía fiebre. Sin embargo, insistió hasta que le hicieron la prueba. En 24 horas tuvo el resultado: positivo para covid-19. Ahora espera recuperarse para volver al hospital Johns Hopkins y seguir ayudando.

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