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NACIÓN

Renunció el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo

El funcionario dejará esa oficina para ser el nuevo embajador de Colombia en Bruselas. El exministro de Defensa, Rodrigo Rivera, será el nuevo ocupante del cargo.

31 de julio de 2017

Uno de los más fieles escuderos del presidente Santos se despidió de su cargo este lunes. Sergio Jaramillo, alto comisionado para la paz dejará su oficina para ser el nuevo embajador de Colombia en Bélgica. El mandatario también anunció que el nuevo alto comisionado será el exministro de Defensa, Rodrigo Rivera.

Con la salida de Jaramillo se configurará un ‘enroque’, como lo denominó Juan Manuel Santos. Jaramillo viajará a Bruselas a reemplazar como embajador a Rodrigo Rivera, quien regresará a Bogotá para ser el nuevo alto comisionado para la paz.

Y mientras se oficializa la llegada del nuevo alto comisionado para la paz, el cargo será ocupado por Mónica Cifuentes, mano derecha de Sergio Jaramillo durante estos años. La funcionaria trabajó con el presidente Santos cuando estuvo al frente del ministerio de Defensa.

La noticia de la salida de Jaramillo fue anunciada por el mismo presidente, quien lamentó la salida de Jaramillo. Pieza clave de las negociaciones de paz con las Farc, Santos recordó que el saliente alto comisionado ha sido uno de sus más fieles servidores, desde sus épocas como ministro de Defensa.

En ese entonces, Jaramillo fue designado como viceministro de Defensa, cartera que lideraba el presidente Santos. Desde allí, el entonces viceministro se enfocó en los territorios y en la búsqueda de la legitimidad del Estado en ellos.

Pero a pesar de que en esos años la política de estado frente a la insurgencia era otra, este lunes Santos dijo que desde su época en el ministerio él y Jaramillo hablaban de “la necesidad de buscar una negociación con las Farc para terminar el conflicto armado”.

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Así, cuando Santos asumió la presidencia en 2010, supo que Jaramillo sería su hombre clave de cara a un posible proceso de paz. Discreto al extremo, persistente y sin aspiraciones políticas, Santos vio en Jaramillo a un funcionario leal y que iría hasta el final de cualquier reto. Por eso, el presidente le pidió liderar la fase secreta de negociaciones con las Farc.

“Sergio Jaramillo fue uno de los que empezó a negociar de forma secreta la agenda con las Farc. Una negociación difícil que produjo un resultado muy importante”, dijo presidente Santos al anunciar la renuncia del alto comisionado.

La fase secreta fue compleja. Y difícil porque ya la relación del presidente con sus críticos estaba muy agrietada y un sector de militares, leales al expresidente Álvaro Uribe, escarbaba información y la filtraba para sabotear los acercamientos.

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En los primeros encuentros, por su experiencia en el ministerio de Defensa, Jaramillo supo que las Farc tenían una dimensión política mayor a la que se pensaba. El alto comisionado conocía los bloques y frentes con mapas y organigramas. Había dado un giro al programa de desmovilizados para privilegiar la información y dedicó mucho tiempo a hablar con ellos. Sabía mucho de sus enemigos, pero no tanto como lo que aprendió en Cuba.

“En esta negociación el doctor Sergio Jaramillo cumplió un papel muy importante, con un equipo de personas extraordinarias que ayudaron en todos los sentidos posibles y que fue fundamental para el éxito de este proceso”, dijo Juan Manuel Santos este lunes.

Junto con Humberto de la Calle, que era el jefe negociador, Jaramillo lideró la negociación de paz y fue quien manejó toda la estrategia conceptual del proceso.

Desde Bogotá, el saliente alto comisionado puso a parte de su equipo, de cerca de 50 personas, a viajar por el país para escuchar a la gente y socializar los avances de la negociación. Jaramillo entendió que si algo le ha faltado al país para que la paz se sienta de verdad en los territorios, es lo que John Paul Lederach, uno de sus autores de cabecera en materia de construcción de paz, llama diálogos entre diferentes.

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Gran parte del esfuerzo de Jaramillo en estos años ha sido rodear de apoyo internacional al proceso. Tuvo las ideas cruciales de acudir al Consejo de Seguridad de la ONU y vincular a Estados Unidos y a los militares activos.

Jaramillo dejó la oficina del alto comisionado para la paz en un día simbólico para el proceso de paz con las Farc. Este lunes, la ONU anunció que la zona veredal de Monterredondo, en el norte del Cauca, se convirtió en la primera en dejar oficialmente de existir.

“Es un día muy importante porque esto quiere decir que el fin del proceso se está protocolizando. El fin de la dejación de las armas”, dijo Santos.

El presidente resaltó la labor realizada por Jaramillo y espera que desde Bruselas continúe trabajando por el bien del proceso de paz que ayudó a conformar y que hoy se encuentra en sus fases definitivas.