Historia de vida
“Resucité”, la historia del joven actor que dice haber ido al más allá y ser producto de un milagro
Hay cosas que la ciencia aún no puede explicar. Andrés Bueno está diagnosticado con muerte cerebral, pero lejos de estar en un estado vegetativo, él camina, habla, estudia. Dice que todo fue a raíz de un hecho sobrenatural.
“Uno, dos, tres”, gritaban los paramédicos con las manos sobre el pecho de Andrés Bueno, de 19 años al que trataban de reanimar. Víctima de accidente de tránsito. Era la 1:22 a.m. del primero de mayo de 2015. Estaba sobre el asfalto frente al conjunto en el que vivía. Todo pasó justo cuando estaba cruzando la calle para ir a descansar. Durante 20 minutos trataron de devolverlo a la vida, según se evidencia en su historia clínica.
El intento por traerlo de vuelta continuó en la ambulancia camino al Hospital de Méderi y 40 minutos más en la sala de urgencias. Al no ver avance el médico dijo: “Déjenlo ir”, según relata aún conmovida Indira Durán, madre del joven. Justo cuando medicamente no había nada que hacer, el corazón de Andrés vuelve a latir.
Los principales medios de comunicación dieron la noticia de que un joven actor se debatía entre la vida y la muerte luego de que un taxista lo arroyara en el Norte de Bogotá. El conductor huyó. Del hecho noticioso no pasó, pero el drama para la familia del artista continuó.
Bueno, quien fue diagnosticado con muerte cerebral, llegó a Bogotá a los 8 años, buscando ser actor. es oriundo de Cúcuta, Trabajó en teatro y protagonizó dos cortometrajes. Mientras estaba en coma recibió una mención de honor a mejor actor internacional en el Festival de Luna de Cortos León de España. En sus papeles siempre moría y cuando su mamá le manifestaba que esos desenlaces no le gustaban, él respondía: “Tranquila que lo ‘Bueno’ nunca muere”, de esa frase se aferró Indira para negarse a desconectar a su hijo de las máquinas que lo mantenían con vida.
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El choque le generó una lesión cerebral axonal difusa grado 3 – el exfutbolista Freddy Rincón falleció tras padecer la misma lesión, pero en un grado menor (2) - Le aseguraron que si su hijo sobrevivía permanecería en estado vegetativo. “9 médicos me dijeron que lo mejor era desconectarlo”, cuenta Indira. Ella se negaba a ese final porque sentía que a Andrés le faltaba cumplir sus sueños y propósitos en la vida. Asegura que la tildaron de egoísta y loca.
“Ese día oré tanto que me quedé dormida ahogada en llanto”, recuerda. Pedía una señal para saber cómo actuar, en ese instante timbró el teléfono anunciando que su hijo había abierto los ojos. Para los médicos fue un simple reflejo, para ella la respuesta que estaba esperando. 7 años después Andrés cuenta que sabía todo lo que pasaba a su alrededor. Según él, fue al cielo y volvió. “Yo bajé a la tierra y me vi feito, con raspones y mi mamá al lado derecho de la camilla me hablaba. Yo era como un fantasma”, narra consciente que muchos desconfiarán de esa historia, pero asegurando que sí hay vida después de la muerte.
Dice que recuerda al menos tres oportunidades en las que escuchó a los médicos decir que lo tenían que desconectar y él intentaba hablar para decir: “Yo estoy acá, no lo hagan”, lo único que pudo hacer fue abrir los ojos. Cinco meses duró hospitalizado. Luego lo mandaron a casa, sin esperanza. No hablaba, no veía, no caminaba, ni se movía. Con el paso de los meses fue mostrando mejoría clínicamente inexplicable. Mientras las enfermeras le decían que no podía volver a caminar, él buscaba la manera de pararse. “100 veces me caí y 101 me levanté”, afirma.
Pasaron dos años y entró a la universidad a estudiar producción audiovisual y cine, becado por méritos académicos. Inicialmente le manifestaron que no podían recibir a alguien con muerte cerebral – diagnóstico que aparece en su certificado de discapacidad – “Yo les refutaba: ¿no me ven acá parado?”. Ese papel le ha cerrado puertas, ahora busca que le den una oportunidad laboral y que lo valore de nuevo Medicina Legal para que las empresas dejen de pensar que está en estado vegetativo. Así ha tenido que sortear la vida demostrando que no es fácil pero posible.