CONSULTA ANTICORRUPCIÓN
Medellín y Bogotá: el agua y el aceite en los resultados de la consulta
Las ciudades pusieron más del 70 por ciento de la consulta. En Bogotá le fue muy bien, con una participación del 44 por ciento de los ciudadanos habilitados para votar. En contraste, en Medellín solo la apoyó la tercera parte de su censo electoral. El Congreso tiene un mandato.
Durante la semana pasada, en todos los corrillos políticos se hicieron pollas sobre los resultados de la consulta anticorrupcion. Los más optimistas nunca superaron cálculos de más de 7 millones de votos. Los menos creían que podía sacar 4 millones.
Las cifras de la futurología, al igual que las de la pasada elección presidencial, se hicieron sobre la convicción de que en Colombia las máquinas tradicionales son las que determinan los resultados. Los colombianos son escépticos ante la posibilidad de que sin tamal ni lechona, la gente salga a votar a las calles. “Sin buses eso no va a prosperar”, decían algunos. Otros, en cambio, señalaban que al ser una elección en una fecha atípica, y no estar jalonada por la elección de presidencia o Congreso, muy pocos saldrían a las urnas.
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Pero la mayoría de esos vaticinios fallaron. Los más de 11 millones y medio que salieron a votar la consulta anticorrupción, representan casi la tercera parte del potencial electoral del país, que hoy es de 36 millones de personas. A diferencia de las elecciones convencionales, esta vez no hubo políticos movilizando votantes y los promotores de la causa, en cabeza de Claudia López, Angélica Lozano, Antonio Navarro, Jorge Robledo, y otras figuras, no hicieron proselitismo tradicional. La estrategia para invitar a votar se hizo con argumentos relacionados con el cuidado de lo público y, con la excepción de las volanteadas en la calle y apoyo de líderes y formadores de opinión, la movilización no se hizo por los mismos canales de la elección a Congreso o a presidencia.
Si esta eleccion se hubiera hecho en la misma fecha de las elecciones presidenciales, o incluso un día antes, cuando el país estaba en modo electoral, es probable que hubiera pasado los umbrales. Sin embargo, el Centro Democrático ganó una batalla desvinculándola de la primera y la segunda vuelta. Con el resultado se demostró además, que el cansancio contra la corrupción no tiene color político. El resultado de la consulta fue mayor que el que sacaron Gustavo Petro o Iván Duque en las presidenciales.
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El tema también jaló. La secuencia de escándalos como el de Odebrecht, el cartel de la toga, la Fifa y los carteles del papel higiénico, los cuadernos, la hemofilia…llevaron a muchos colombianos informados a depositar un voto con alto contenido simbólico. Según el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, y su encuesta Barómetro de las Américas, la corrupción es uno de los problemas que más preocupa en el país. El porcentaje de apoyo al sistema político ha venido cayendo desde 2014 y hoy se ubica cerca del 50 por ciento, y el 10 por ciento de los colombianos cree que la corrupción es el problema más grave que tiene Colombia. Esta cifra duplica a la percepción que existía hace una década. Mientras hace diez años el 42 por ciento de la gente creía que la corrupción estaba muy generalizada, hoy lo cree cerca del 60 por ciento. Esa percepción es más grande en las grandes ciudades, lo cual se debe a una realidad paradójica: a mayor contacto con el Estado tienen los ciudadanos, mayor es la idea de que las instituciones no funcionan. Es por eso también que a la consulta le fue bien en las grandes ciudades.
Bogotá volvió a ser la ciudad rebelde. Con un potencial electoral de 5.727.000 votos, sufragaron 2.572.000, que equivalen al 45 por ciento de la votación. En la pasada elección presidencial, en la ciudad ganó Sergio Fajardo y en la de Congreso, Mockus se convirtió en el principal elector. El exalcalde de Medellín y el de Bogotá militan en la Alianza Verde, cuna de los promotores de la consulta.
En Medellín, en contraste, las cifras no fueron tan alentadoras. El potencial electoral de esta ciudad es de cerca de un millón y medio de votantes, y votó medio millón, que equivale al 33 por ciento. Esto puede explicarse además a la oposición que el expresidente Álvaro Uribe le hizo a la consulta en los últimos días, en los que incluso la calificó de “engañosa”.
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Para el académico Francisco Gutiérrez, este y otros resultados como los de la elección del Congreso, son evidencia de que las formas de hacer política están cambiando. Sin embargo, el hecho de que las maquinarias tradicionales no operen de manera tan clara, no significa que las campañas no tengan estructura. En términos de organización, los Verdes fueron organizados en el mundo digital, y tuvieron militantes trabajando por conseguir apoyos.
Lo que viene
En este tipo de elecciones, en las que los votantes no asisten para poner nombres en cargos de eleccion popular, sino para enviar un mensaje, los triunfos se miden sobre las expectativas. En este caso, más de 11.600.000 votantes mandaron un mensaje de rechazo a la clase política frente a las prácticas tradicionales.
No importan tanto las medidas puntuales, como reducir a tres los períodos de permanencia de los congresistas, establecer los pliegos tipo para todos los contratos con el Estado o reducir el sueldo de los parlamentarios. Lo relevante para los electores que depositaron su voto a favor de la consulta es que, con ese resultado tan positivo y a pesar de no haber pasado el umbral, será muy difícil que el Congerso no tramite alguna de las iniciativas contempladas.
Eso favorece políticamente a los promotores: López, Lozano, Mockus y Petro. Pero también ayuda al gobierno de Iván Duque. El presidente logró separarse del uribismo más radical, que el mismo día de su posesión se mostró crítico de la consulta, para respaldar la iniciativa. A primera hora del domingo, Duque salió a votar en la plaza de Bolívar de la mano de su esposa e invitó a los colombianos a hacer lo mismo. Su imagen de subalterno de Uribe también se vio rota. Mientras el expresdiente trinaba que no votaría la consulta engañosa, el mandatario insistía en la relevancia de la misma.
Y si bien en algún momento la consulta se presentó como la antítesis de los proyectos gubernamentales contra la corrupción, en los que se incluyen varios de los aspectos considerados en el tarjetón, el resultado electoral de la misma va a terminar impulsándolos. A eso se suma que la senadora Claudia López aseguró el domingo que presentará las mismas iniciativas contempladas en la consulta a consideración del Ejecutivo. En términos de legitimidad, sería absurdo que el Congreso desconociera la voz de tantos votantes.
Desde que se posesionó, el presidente Duque ha venido hablando de un pacto nacional. Hasta ahora ese pacto no ha tenido ni contenido ni método. Tal vez el buen resultado de la consulta sirva para articular la expresión de la ciudadanía y de los independientes, con una de las banderas de su gobierno. Al haber votado la consulta favorablemente, el mandatario tiene una buena oportunidad. Su gran dificultad, paradójicamente, sería acercar a Uribe y sus seguidores acérrimos, a participar de ese pacto.
Escuche el análisis de la consulta de María Jimena Duzán con Cristina Castro: