JUSTICIA
El fiscal del caso de Mauricio Leal tuvo contacto en su momento con la peluquería del estilista
Se trata del mismo fiscal que llamó la atención por la forma en que tuteaba a Jhonier Leal durante las audiencias.
Mario Andrés Burgos es el fiscal encargado del caso de la trágica muerte del estilista Mauricio Leal y su madre Marleny Hernández a manos del hermano Jhonier Leal.
“No existió ninguna otra persona, quien acabó con la vida de tu señora madre y de Mauricio. No existió distinta persona a ti, una persona que usando guantes modificó la escena con el único fin de hacer parecer que era un suicidio. Los mataste con sevicia”, fue una de las formas en que Burgos se dirigió al acusado.
Sin embargo, en el programa Los informantes, dirigido por la periodista María Elvira Arango se reveló que el fiscal era conocido de la familia Leal y por eso le habría hablado con tanta cercanía al confeso asesino.
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Esto no ha sido confirmado oficialmente por el fiscal y se desconoce si tendría alguna incidencia en el caso.
Justamente, el fiscal Mario Andrés Burgos ha resuelto varios casos de gran importancia mediática para el país, como el proceso de Sergio Urrego y Enrique Vives.
La Fiscalía se mostró sumamente diligente en este caso, tanto logró acorralar al también estilista y lo hizo confesar el macabro crimen de su madre y su hermano, después de un alegato impecable, donde expuso detalladamente todos los hechos.
Burgos es funcionario público hace más de una década y se ha desempeñado por varios años como juez en el departamento de Nariño. Asimismo, es fiscal delegado ante el Tribunal del Distrito desde el 2012, resolviendo diferentes procesos de alto calibre.
Revelan que Jhonier se encontró con su exesposa luego de asesinar a Mauricio Leal y su mamá
Luz Elena Betancourt, exesposa del confeso asesino de Mauricio Leal y Marleny Hernández, fue una de las personas entrevistadas por la Fiscalía General de la Nación durante las investigaciones para esclarecer este mediático caso.
“Elenita, voy bajando, voy a ir a donde Fernando un rato. De bajada me arrimo a la casa y de ahí me subo otra vez para acá. Me vengo porque mi mamá y Mauricio se quedaron profundos y nada que despiertan”, manifestó el vallecaucano en la grabación.
De acuerdo con el testimonio de Betancourt, el acusado le volvió a escribir en la mañana del 22 de noviembre luego de haber cometido el atroz crimen. Incluso, señaló que se vieron como si nada hubiera pasado.
La exesposa del confeso asesino también puntualizó en su declaración que no notó ningún comportamiento extraño en Johnier Leal durante el encuentro que sostuvieron, el cual se presentó en su casa (ubicada en el barrio El Polo).
“Hola, Elenita, mi vida, ya voy para allá. Ya voy para allá, qué pena contigo. Esta gente no se levanta y yo me quedé profundo otra vez, qué pena con vos”, fueron las palabras que le envió el acusado antes de reunirse con ella.
Pese a que estuvieron en contacto casi toda la mañana, la mujer señaló que le escribió al también peluquero para saber qué había pasado, puesto que anteriormente le había dicho que no sabía nada de Mauricio y su mamá.
“En ese momento yo lo llamo y él me cuenta que los encontraron muertos. Yo empecé a gritar como loca, me tire al piso y me descontrolé horrible. Las clientas me auxiliaron, yo gritaba que eso no era posible. No hablamos más, yo ya no pude atender la clienta porque me puse a llorar, ella me llevó hasta la casa y me dejó allá”, agregó.
SEMANA, sin embargo, pudo conocer que la expareja sentimental del confeso asesino sería una de las personas responsables de que los dos hermanos tuvieran constantes peleas, ya que consideraba que Mauricio nunca les dio el lugar que merecían dentro del salón de belleza.
De acuerdo con las investigaciones, las primeras en chocar fueron Marleny y Luz Elena. A la mujer de Jhonier Leal le gustaba el dinero y quería ganar más que el resto de los estilistas. Igualmente, le insistía a su esposo que reclamara lo que le pertenecía, que debía conseguir que lo nombraran administrador.
Cuando Jhonier le propuso a Mauricio que lo dejara a cargo de los salones de belleza, el famoso peluquero lo puso en su lugar y le recordó que era un estilista más.
Los roces continuaron debido a que el confeso asesino y Betancourt gastaban más productos que los demás peluqueros sin ninguna explicación. Además, se profundizaron cuando se encegueció por ser igual a su hermano menor.