Judicial
Reventa de los partidos de la Selección Colombia: ¿Por qué no avanza el proceso contra los directivos de la Federación?
Pese a que hace cinco años estalló el escándalo por la venta de boletería solamente han sido vinculados penalmente los representantes de TicketShop.
El 5 de septiembre se iba a disputar el partido entre la Selección Colombia y Brasil para las Eliminatorias al Mundial de Rusia de 2018. Los hinchas se volcaron a comprar las boletas para poder ver este atractivo juego en el Estadio Metropolitano de Barranquilla.
Brasil ya estaba clasificado y Colombia, fiel a su historia, no tenía muchas posibilidades de sacar los tres puntos. La ‘verdemareiha’ iba a jugar con todas sus figuras. En el ambiente existía un tufo de revancha por lo ocurrido en el polémico partido por los octavos de final del Mundial de Brasil 2014 en cual una patada de Camilo Zúñiga sacó de la competencia a Neymar, la gran figura brasileña.
Cuando los hinchas quisieron comprar las boletas en la página web de TicketShop se encontraron con el aviso que en más de una ocasión ha generado caos: Error 404. Pese a los constantes intentos la página no daba señales de vida, las líneas telefónicas no funcionaban y las redes sociales se convirtieron en el medio para desahogar la frustración y la rabia.
Cuando la página volvió a funcionar se les anunciaba a los ya desesperados compradores que las boletas se habían agotado. Pese a que las fallas ya se habían presentado en los juegos anteriores, esta era la primera vez el daño había durado tanto tiempo.
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Dicha situación alertó a las autoridades que abrieron una inspección para verificar lo que realmente había ocurrido. Las dudas aumentaron con el pasar de los días cuando en las mismas redes empezaron a aparecer quejas por la gran cantidad de boletas que estaban en manos de los conocidos revendedores y los exorbitantes precios que estaban pidiendo, el cual casi que triplicaba al real.
Una boleta en una tribuna normal que tenía un valor establecido de 60 mil pesos llegó a ofrecerse en $270 mil por los revendedores, representando un aumento del valor del 350%. Esto generó un desfalco en las finanzas de la Federación y un enriquecimiento para el cartel de los revendedores.
El día del partido el Estadio estaba totalmente lleno. Pese a que la Selección Colombia sacó un empate que la acercaba al Mundial a muchos le quedó un sabor amargo, eran evidentes las irregularidades que se habían presentado en la venta de las boletas.
La primera en intervenir fue la Superintendencia de Industria Comercio que le retiró el contrato a TicketShop debido a las constantes quejas en la venta de la boletería para la segunda ronda de las Eliminatorias. Una fuente cercana le comentó a SEMANA que las irregularidades se presentaron en ocho de los nueve partidos que disputó la Selección en condición de local.
Tras verificar el proceso de licitación se encontró un sistema extraño, muy similar al que se presentó en el denominado ‘FIFAgate’, para garantizar la entrega del millonario contrato. Por medio de una “invitación a cotizar” se logró que las empresas TicketYa y TicketShop conocieran de manera anticipada los requisitos de la licitación y pudieran presentar sus ofertas.
Las dos empresas pagaron un anticipo de 10 mil millones de pesos por acceder a esta información confidencial en la licitación convocada por la Federación Colombiana de Fútbol y recibir el aval. El 12 de agosto de 2015, fecha fijada para la presentación de las ofertas, en un acto atípico, se conocieron los detalles de las otras propuestas y se coordinó el valor de la propuesta que debería presentar TicketShop.
Fue debido a esto que antes que venciera el plazo para presentar oferta por 40.124 millones de pesos, lo que les mejoraba considerablemente la puntación. Con los documentos sobre la mesa el Comité Ejecutivo de la Federación eligió por unanimidad y sin ningún tipo de análisis y deliberación la propuesta de TicketShop.
Para evitar levantar cualquier tipo de sospecha se suscribió un contrato de cuentas en participación. Esto les permitió continuar con el desvío de boletería de la empresa TicketShop a TicketYa para los partidos que la Selección iba a enfrentar de local contra Perú, Argentina, Ecuador, Venezuela, Uruguay, Chile, Bolivia y Brasil.
Esto pese a que no contaban con las boletas disponibles para la venta al público ya que toda había sido desviada para los revendedores. De esta forma, se engañaron a los hinchas que querían ver el partido y que tuvieron que tocar las puertas de la reventa para lograr cumplir el sueño de ver en vivo y en directo un partido de la ‘tricolor’.
Tras verificar las múltiples irregularidades en todo el proceso de licitación y la venta de boletas la Superintendencia, en julio de 2020, emitió una multa de 18 mil millones de pesos en contra de nueve directivos de la Federación Colombiana al considerar que tuvieron responsabilidad, por acción y omisión, en las irregularidades en el proceso de licitación. Igualmente, fueron sancionados los representantes de TicketShop y TicketYa.
En la decisión se pidió adelantar las respectivas pesquisas penales para establecer una responsabilidad delictiva por parte de todos los implicados en este contrato. Fue así como se vincularon a una investigación a César Ronaldo Carreño, Iván Darío Arce, Medardo Alberto Romero y Elías José Yamhure Daccarett, socios de la empresa TicketShop, así como al expresidente del Real Cartagena, Rodrigo Rendón.
Los dos primeros aceptaron cargos en la imputación de cargos, reconociendo su participación en los hechos de corrupción que se presentaron en el proceso de licitación del millonario contrato y la forma en cómo se dividieron las boletas. Por estos hechos fueron condenados a 40 meses de prisión, sin embargo, por el monto de la pena y su colaboración quedaron en libertad.
Rendón, quien habría sido el “cerebro” detrás de toda la entrega de dinero, falleció en julio de 2019. Romero y Yamhure no aceptaron cargos y actualmente se enfrentan a un juicio por mover los sobornos para que la empresa TicketShop / TicketYa fuera la beneficiada con los contratos, además de recibir 1.300 boletas para la reventa.
La entrega de los 3 mil millones de pesos
En medio de la investigación se conoció que los empresarios, con el único fin de garantizar la entrega de contrato se entregaron tres mil millones de pesos a la “cúpula” de la Federación Colombiana, Luis Bedoya, Ramón Jesurún y Álvaro González. La entrega de este soborno se hizo el 19 de agosto de 2015 y, para evitar llamar la atención de las autoridades, se utilizaron carros de valores para hacer el traslado hasta una casa el sector Yerbabuena, Chía.
La revelación fue hecha por el entonces presidente de la Dimayor, Jorge Fernando Perdomo, señalando que Rendón le contó cómo fue la repartija del dinero y quiénes fueron los principales beneficiados. Pese a que desde hace dos años se pidió investigar a los directivos el caso no se han tomado decisiones de fondo.
Una fuente consultada por SEMANA aseguró que la indagación no ha tenido mayores avances debido a que existe una complejidad para certificar la veracidad de la versión de Perdomo puesto que la fuente principal ya falleció y hasta el momento no hay otro testigo de lo dicho por el exdirectivo.
Igualmente, pese a los constantes intentos, ha sido imposible entrevistar a Luis Bedoya –quien se encuentra desde hace cinco años en los Estados Unidos colaborando activamente con el FIFAGate entregando información sobre corrupción en la Conmebol pero muy poco ha dicho sobre los escándalos en el balompié colombiano.
La actuación más reciente en medio de estas indagaciones e adelantó el pasado 16 de septiembre cuando un fiscal de la Unidad contra el lavado de Activos pidió identificar los bienes inmuebles y el pago de impuestos de siete dirigentes de la Federación Colombiana.
Por el momento, ni la Comisión Disciplinaria de la Dimayor ni el Ministerio del Deporte han emitido pronunciamientos sobre este hecho de corrupción que volvió a la memoria de muchos después de lo ocurrido en el partido Llaneros-Unión Magdalena por la Primera B y el caso de los vetos a futbolistas.