JUSTICIA

La historia del puente Plato, la obra que enreda a Roberto Prieto ante la justicia

El gerente de la campaña de Santos en 2014 será imputado por las supuestas irregularidades alrededor de la contratación de un puente en la costa. Aunque hay diseños avanzados de la obra, aún no se sabe si llegará a ser construida. La audiencia fue aplazada.

26 de febrero de 2018
| Foto: Fotomontaje SEMANA

Para dar el salto entre el departamento de Bolívar y el Magdalena, por el río más importante del país, es necesario atravesar un puente de un kilómetro de largo emplazado sobre la ciénaga de Zambrano. Esa estructura, que funciona desde 1997, se quedó corta desde hace años para la demanda de las vías de la costa Caribe.

La Ruta del Sol, que conecta al centro del país con esa región es una doble calzada, pero cuando llega al puente Plato -de una sola calzada- los vehículos entran en una especie de un embudo que entorpece el tráfico.

Pese a la necesidad de ampliar la estructura, cuando la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) contrató la construcción de la Ruta del Sol, dejó el puente por fuera del paquete obras. Los elevados costos de una estructura de esta magnitud habrían sido la razón para que en el año 2010 fuera adjudicado el tramo tres de la Ruta del Sol a la firma YUMA SA, excluyendo del mapa el puente Plato.

El sinsabor de tener una ruta de 476 kilómetros de cuarta generación, que une a varias capitales del Caribe, pero con un evidente cuello de botella llevó a que el desarrollo del proyeco, se impulsara una adición a su contrato inicial que le permitiera al consorcio ejecutar el puente. Fue ahí donde, según la tésis que investiga la Fiscalía, aparecieron Eduardo Zambrano, el hombre a cargo del área de ingeniería civil de Consultores Unidos, y Roberto Prieto, el gerente de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en 2014. 

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Eduardo Zambrano llegó a Consultores Unidos a finales de la década de 1990 y vivió las vacas flacas. La empresa estaba enfocada en el sector eléctrico, y Zambrano estaba decidido a apostarle a ampliar su participación en las obras civiles del país. El ingeniero presentó proyectos a varias licitaciones con la ANI y con el Ministerio de Transporte, pero terminó frustrado la mayoría de las veces. Los peces gordos del sector siempre se quedaban con los contratos.

Entonces, Zambrano se dio cuenta de que para entrar en el negocio debía dejar de apostarle a ser un contratista directo del Estado, y empezó a buscar alianzas con los grandes jugadores de la infraestructura. La fórmula no era competir contra ellos sino trabajar para ellos. La estrategia funcionó.

Uno de sus primeros éxitos fue la vinculación de Consultores Unidos al megaproyecto hidroeléctrico Porce III, de EPM, donde consiguió un contrato de más de 70.000 millones de pesos, que luego de ser ejecutado le valió aplausos.

La racha continuó cuando logró acercarse a Odebrecht, el gigante de la construcción en América Latina, y empezó a actuar como subcontratista de las grandes obras que la multinacional tenía en el país.

En la lista de proyectos que desarrolló junto a los brasileños está la Ruta del Sol II, así como algunas adiciones, incluyendo el cuestionado otrosí Ocaña-Gamarra. En sus declaraciones a la Fiscalía, Zambrano expuso más contratos en su lista: las APP tercer carril Bogotá-Girardot y Bogotá-Bucaramanga, de los cuales Odebrecht no salió vencedor en las respectivas licitaciones.

Y fue precisamente a punta de inflar esos contratos con Odebrecht, según le explicó a los investigadores, que le entregó los sobornos de la multinacional a Otto Bula y a Federico Gaviria. Plata que, cree, llegó hasta bolsillos de los senadores Musa Besaile y Bernardo el Ñoño Elías.

Trabajando como subcontratista, el área de ingeniercía civil que tenía a su cargo pasó de ser muy pequeña, casi insignificante en la facturación de Consultores Unidos a su llegada, a representar cerca del 40% de sus utilidades anuales. Y siguiendo la estrategia de arrimarse al árbol que más sombra da, Zambrano habría contactado a YUMA para ofrecerse a hacer el diseño del puente Plato.

En contexto: Prieto en la mira

El problema de esa obra es que la plata no estaba autorizada por la ANI. Lo que investiga la Fiscalía es si él empezó a gestionar una adición a la Ruta del Sol III con la intención de que, una vez asignado el dinero, la firma que representaba se quedara con el diseño del proyecto.

Ahí es donde habría entrado en escena Roberto Prieto. Al parecer, Zambrano lo contactó para que hiciera lobby en la ANI, en busca de la adición contractual. Luis Fernando Andrade, expresidente de la Agencia, hoy privado de la libertad, reconoció que en febrero de 2015 se encontró con Prieto, y que él le preguntó por el otrosí. Sin embargo, insiste en que Prieto no ejerció presiones indebidas.

La Fiscalía, por su parte, tiene un documento en su poder con la que cree que se pagó ese lobby a través de la empresa Megaland, cuyo representante es Gilberto Saldarriaga, primo de Andrés Giraldo, amigo de Prieto. Se trataría de una factura falsa por 650 millones de pesos más IVA que se habrían cancelado por los supuestos servicios de topología, geología y sondeos hidroeléctricos.

Lo concreto es que la ANI firmó la adición y Consultores Unidos se llevó el contrato del diseño del puente por 5.700 millones de pesos. En agosto de 2015 comenzaron con los estudios de la estructura de doble calzada, que se ubicaría a 80 metros del puente actual, sobre la ciénaga, por encima del río Magdalena. Un trabajo del que tomaron partida alrededor de 40 personas.

Cuando presentaron sus propuestas a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), aparecieron los inconvenientes para la firma que representaba Zambrano. Inicialmente estaba prevista una estructura de 1,1 kilómetros, pero la autoridad ambiental les pidió que el puente se alargara hasta 1,7 kilómetros, para que su trazado no invadiera la ciénaga, la zona inundable del Magadalena, y no generara perjuicios en el ecosistema, como sí lo hizo el puente actual. Ahí se descuadraron las cuentas para la compañía, pues esos 600 metros extras exigían mayores estudios y más trabajo en el terreno, lo que incrementó los costos del proyecto.

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En Consultores Unidos dicen que se enteraron de que Zambrano estaba en el ojo de la justicia el 5 de julio de 2017, cuando a sus instalaciones llegaron agentes de la Fiscalía que se llevaron soportes de la contratación y las facturas. El diseño del puente siguió adelante y un mes después, Consultores Unidos radicó los diseños de la obra ante la interventoría, que les respondió con una serie de reparos.

En diciembre pasado, mientras en la Fiscalía se alistaba la decisión de imputar a Roberto Prieto por los delitos de tráfico de influencias, interés indebido en la celebración de contratos, enriquecimiento ilícito y falsedad en documento público, Consultores Unidos presentó de nuevo los estudios finalizados a la interventoría, que fijan la construcción del puente en alrededor de 130.000 millones de pesos. Esos recursos, según Luis Fernando Andrade, entonces director de la ANI y hoy en detención domiciliaria por el escándalo de Odebrecht, no están asegurados.

A Consultores Unidos, al final, los diseños le salieron más caros de lo previsto. De hecho, la firma espera que YUMA le pague el excedente que invirtieron. El consorcio, por su cuenta, está en diligencias con la ANI para concretar esos montos. Entretanto, el futuro de la obra es incierto. En medio del escándalo no se sabe si el puente Plato, el proyecto que hoy tiene al gerente de campaña del presidente respondiendo ante la justicia, será construido o se quedará en el papel.