Bogotá
Robo en el D1 de Belmira, norte de Bogotá: impactante video muestra a banda de mujeres que supuestamente hurta el local
SEMANA habló con Ricardo Perea, un bogotano que presenció un intento de robo al almacén y decidió llamar a la Policía. Dice que la ciudad no puede seguir con miedo.
Ricardo Perea, un bogotano que fue en la noche de este martes 20 de febrero a mercar al D1, terminó grabando una situación tan insólita como miedosa. El hombre estaba en la fila, a punto de pagar, cuando de repente un grupo de mujeres intentó salir en combo del supermercado. Los videos fueron compartidos por la reconocida tuitera Doña Pily.
De inmediato, una de las trabajadoras las intercepta y cierra la puerta. Otra les dice que ella sabe quiénes son ellas y que las tiene grabadas. “Ustedes son las mismas del video”, les grita desde la caja. Para las empleadas del D1, no hay ninguna duda: el supuesto combo de amigas son realmente un grupo que entró a sacar las cosas del supermercado recientemente.
Miren bien la cara de estas 🐀🐀 venezolanas que estaban robando hoy en el D1 de la 140, y no es la primera vez que lo hacen.
— DoñaPily (@dona_pily2) February 21, 2024
Las trabajadoras muy valientes los reconocieron, los encerraron y el señor que graba, llamó a la policía .
Estaban llenando sus maletas con las cosas del… pic.twitter.com/yzBxwrFbgm
Lo que había sucedido, según cuentan quienes estaban en el lugar, es que las cuatro mujeres, lideradas por una que lleva puesta, a las 6:00 de la tarde, una gorra azul para protegerse del sol, habían caminado por los pasillos del sitio llenando sus grandes carteras y maletas de todos los productos del lugar.
Cuando la trabajadora de D1 las puso en alerta, se devolvieron a los pasillos y empezaron a botar las cosas detrás de las estanterías.
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El nivel de violencia verbal de las mujeres señaladas fue alta. De inmediato, comenzaron a insultar a las trabajadoras y a amenazarlas con romper los vidrios. Mientras tanto, cerca de 40 personas que había en el sitio veían la escena aterradas.
En medio de los hechos, Perea llamó a la Policía. “Estamos jodidos, no más. Esperen a que lleguen”, dijo. Cuando las autoridades llegaron, las trabajadoras les mostraron los videos del robo pasado para demostrar que se trataba de personas que querían llevarse las cosas del almacén.
Perea asegura que, tras las pesquisas en el lugar, las autoridades dejaron en libertad a los hombres que las acompañaban y se llevaron a las mujeres. “Me fui detrás y me di cuenta cómo al rato las soltaron”.
El hombre reflexiona sobre lo que pasó con tristeza. “Las viejas gritaban ‘que nos lleven’. Sabían que en 20 minutos estaban afuera”, dijo. “No tenemos cárceles para meter tanta gente”, agregó.
También asegura que la impotencia que se siente en un hecho así es enorme. “En todas partes hay celadores con un palo. El celador está más asustado que la gente. En el D1, había muchas señoras y se sentía el miedo. Bogotá vive con miedo”, narra.
La inseguridad azota a Bogotá
Los hechos suceden en una seguidilla de hechos violentos que tienen muy asustados a los bogotanos. En la mañana del miércoles, una balacera en el Parque de la 93 estremeció a la capital. Con el paso del tiempo, se supo que el empresario víctima del ataque es Hernán Roberto Franco Charry, hermano del exdirector de la Dian Óscar Franco Charry, quien estuvo al frente de esa entidad durante el gobierno de Álvaro Uribe, y renunció al cargo en el 2009.
También se conoció que no fue un hurto, sino un ataque sicarial, en unos hechos que aún se investigan. El empresario estaba a punto de revelar los resultados de una auditoria.
SEMANA mostró en su portada más reciente cómo la ciudad está presa del miedo por hechos de violencia. En solo seis semanas, los delincuentes han robado con armas de fuego o traumáticas en por lo menos diez establecimientos comerciales. En la capital abunda el miedo. Los testimonios de las víctimas son aterradores y los dueños y administradores de los negocios se sienten desprotegidos. Aquí reina la impunidad. Solo hay investigaciones en curso y, hasta ahora, ni una sola captura.
Salir a comer en familia o en pareja o compartir unas cervezas con amigos se volvió una ‘operación peligro’ en la ciudad. Así ha quedado en evidencia este año, con al menos diez casos mediáticos de hurtos masivos en sitios como la panadería Masa, el restaurante Abasto, la hamburguesería Pecado Capital, Primates Pub & Grill, además de varias cervecerías y otros establecimientos. Eso, sin contar con los que no son denunciados en los medios o las redes sociales.
De acuerdo con el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Daniel Gualdrón, este año se han presentado diez casos de robo armado a establecimientos comerciales. El oficial explicó cuál es el modus operandi: “Los delincuentes hacen el perfilamiento en moto, dan dos o tres vueltas y, si no ven policías, entran a los locales y se llevan lo que alcancen a robar en dos o tres minutos”.
El general Gualdrón le dijo a SEMANA que hay varias hipótesis de quiénes están detrás de esos hurtos. “Tenemos una delincuencia común que se está organizando en dos o tres grupos, vamos a tener unos avances en las investigaciones próximamente. Hay que dejar claro que esos grupos no tienen nada que ver con las estructuras criminales relacionadas con la extorsión. Son delincuentes que se están dedicando al hurto de esos establecimientos y están obteniendo ganancias por los teléfonos celulares, relojes de marca, cadenas o bolsos”.
Las autoridades ya tendrían identificados los grupos delincuenciales que están generando zozobra. En todo caso, a pesar de que los últimos hechos han sido mediáticos, el general Gualdrón enfatizó que esta modalidad de robo “no es nueva”.
“Históricamente, los establecimientos han sido afectados, por eso hemos fijado unas estrategias de cuadrantes lineales y un plan candado, pero también unas patrullas gourmet dedicadas a aquellos locales que, de alguna u otra forma, han sido perfilados por los delincuentes como de alto nivel para robar en cualquier momento”, dijo el general Gualdrón.
En total, son 40 patrullas gourmet focalizadas en cinco localidades y 17 microterritorios. “Les hemos cambiado los horarios a 23 horas del día para que estén permanentemente en el lugar”, señaló Gualdrón. Sin embargo, la comunidad advierte que es una medida insuficiente frente al alcance de los delincuentes.
El secretario de Seguridad de Bogotá, César Restrepo, señaló que los robos “han servido para ajustar los dispositivos y las dinámicas de lucha contra el crimen y también para identificar unas falencias que tiene la ciudad, que superan la capacidad de la Fuerza Pública y en las cuales hay que generar complementos entre el sector privado y la Alcaldía”.
“Sin embargo, si tomamos el universo total de establecimientos frente al número de negocios que han sido víctimas de los delincuentes, no resulta ser una epidemia, como parece ser. Eso sí, y que quede muy claro, no estamos disminuyendo la gravedad de los hechos, porque son graves y estamos trabajando en ellos”, precisó Restrepo.