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Rodolfo, el austero: su campaña no cuenta con más de 35 empleados
Siendo coherente con su forma de ver al Estado, su campaña no cuenta con más de 35 colaboradores en nómina. El resto son voluntarios que decidieron apoyar al ingeniero en su aspiración presidencial.
La estructura de la campaña de Rodolfo Hernández empieza con la gerente. Socorro Oliveros, esposa del candidato presidencial, está encargada de las finanzas y la administración. Los recursos que se necesiten deberán pasar por su meticuloso filtro, ya que también está en contra del gasto excesivo.
Óscar Jahir Hernández, abogado santandereano, es el director político de la campaña. Es un cargo extraño dentro de una candidatura que no busca relacionarse con ningún partido o entablar alianzas con otras fuerzas. Por esto, la labor de uno de los hombres más cercanos al ingeniero es buscar apoyos de la ciudadanía.
“Llevar la política a los territorios. Yo he recorrido desde La Guajira y lo más bajo que he llegado es Santander de Quilichao. ¿Qué era lo que yo hacía? Llegar al parque y hablar con la gente. Si había un concejal o un exalcalde, le contaba el rollo. Tratar de traerlos, pero sin plata, sin compromisos y sin promesas”, contó el director político.
Después de su primer despegue en las encuestas, comenzaron a llegar políticos de más altura y el ingeniero los atendía por sí solo.
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“Siempre que los puede manejar los maneja él, pero cuando hay mucha logística y tema politiquero me lo manda a mí”, agregó.
Hernández tiene un equipo territorial integrado por cuatro personas. El resto de los coordinadores territoriales son voluntarios que no reciben pago por sus labores.
El ingeniero tiene dos asistentes: Ceidis Chávez y Claudia Acero. La primera tiene un rol más administrativo y trabaja desde hace varios años en la constructora del ingeniero. Por su parte, Acero es una nueva adición al equipo, encargada de temas de agenda, logística y, en algunas ocasiones, atención a prensa.
El estratega de la campaña es Ángel Beccassino, un experimentado consultor de líderes de izquierda que trabajó con Gustavo Petro en 2018. También trabajó en la reelección de Juan Manuel Santos, con un resultado satisfactorio. Con Hernández se conocían de antes, ya que el argentino trabajó para la constructora del ingeniero.
El consultor también trabaja junto con su hija Luciana Beccassino, quien se conecta con las personas más jóvenes del equipo. Es socióloga y psicóloga y ayudó especialmente en la campaña digital del ingeniero; su especialidad son las comunicaciones estratégicas.
Luisa Fernanda Olejúa, publicista de profesión, es la jefe de prensa de la campaña. Ella es la que despliega la estrategia trazada por Beccassino y quien dirige al jovial equipo de comunicaciones, integrado por 13 personas. Ninguno de ellos supera los 29 años y están en contacto estrecho con Luciana.
Susana Reyes, de la compañía de Hernández, está asumiendo el rol de recursos humanos. También existe un equipo de contabilidad de cuatro profesionales, bajo el mando de Socorro. Además, incluyen dentro de su equipo al jardinero que cuida la sede de Bucaramanga, al escolta del ingeniero y a la recepcionista que recibe a quienes llegan.
La Liga de Gobernantes Anticorrupción, el movimiento político de Hernández en Santander, logró dos curules en la Cámara de Representantes a nombre de Juan Manuel Cortés y Érika Sánchez Pinto. Ellos también trabajan para impulsar la candidatura del ingeniero, pero deben poner sus propios recursos. Según fuentes internas, el más comprometido con la causa es Cortés, quien ha invertido una buena cantidad de dinero en la campaña.
Carlos Lemus, el empleado de confianza de Socorro, también está involucrado. Su tarea es suplir las necesidades de todos para que se aligere la carga sobre Hernández. Como otros trabajadores, su rol en la campaña es voluntario y no recibe salario.
Según Óscar Jahir, trabajar para Hernández siempre se ha enmarcado por la cordialidad y el respeto mutuo. Incluso, por su fe en la causa, al principio trabajó sin paga.
“En 2019, cuando llegué a trabajar con el ingeniero, duré 18 meses sin cobrarle sueldo. Me lo puso porque él quiso. Cuando llegó la campaña y había que recoger firmas para la Cámara, tuvo que sacar un presupuesto y me pagó. No lo cobré, la decisión fue de él”, dijo el director político de Hernández.
Sin embargo, a diferencia de otros candidatos, se trata de un candidato testarudo que es difícil de convencer en algunas recomendaciones de su equipo. Desde el principio, su director político insistió en la importancia de visitar territorios, mientras el ingeniero seguía firme en hacer campaña desde su oficina.
“Él se ganó la alcaldía de Bucaramanga sin salir de la oficina. Solo recorrió dos o tres barrios. No recorrió las calles, sino fue, se paró, habló con una gente y no más. Y ganó. El chip de él era que todo se gana por teléfono. Llevo una lucha constante diciéndole vamos, pero no lo pude sacar mucho. Cuando llega Beccassino, le dice que vaya a despertar emociones en el territorio. A hacer contenido para redes sociales”, sostuvo Óscar Jahir.
A pesar de esto, su forma de ser genuina y su credibilidad fue la materia primera que lo llevó a la segunda vuelta presidencial. Esto fue un atributo que el estratega Beccassino logró reconocer.
“La franqueza, la sinceridad que tiene. Eso se traduce en credibilidad y la credibilidad en confianza. Lo más importante es que de esa certeza y franqueza comunica alegría. Comunica y contacta. Hace conexión con el país con alegría. No es trágico, esa alegría conecta profundamente con este país”, explicó Beccassino, en conversación con SEMANA.