Rodrigo Londoño, Timochenko, dice que la Farc seguirá en el proceso porque "es un compromiso" pactado.

ENTREVISTA

“Invito a Iván Duque a dialogar”: Timochenko

El dirigente político de la Farc habla sobre lo que sigue para el partido con el cambio de gobierno. Asegura que modificar la participación política y el funcionamiento de la JEP es un ataque directo a la médula del acuerdo.

23 de junio de 2018

SEMANA: ¿Cómo ve los primeros pasos de Iván Duque como presidente electo?

RODRIGO LONDOÑO: Estuve muy pendiente de su discurso y tomé nota. A grandes rasgos, uno ve compromiso. Él insistió en que no volverá trizas los acuerdos como sí lo plantean algunos personajes que lo rodean. Esto es importante porque deja abierto el espacio para diálogo.

SEMANA: ¿Ya han buscado acercamientos?

R.L.: Una vez se informó su elección, sacamos un comunicado para que se abra un espacio de diálogo. No condicionamos nada.

SEMANA: ¿Qué tanto les preocupan los ajustes que quiere incluir el nuevo gobierno?

R. L.: Nosotros partimos de la idea de que hay un acuerdo que se debe cumplir. Nosotros no llegamos a los diálogos con el presidente Juan Manuel Santos rendidos y eso quedó claro con la imagen de miles de excombatientes en 2016 saliendo de las montañas rumbo a las zonas veredales.

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SEMANA: ¿Cómo explican que haya tanto rechazo hacia el acuerdo?

R.L.: No quiero hilar fino, pero ahora, en la salida negociada, después de años de tan dura confrontación, en la que ninguno salió victorioso ni vencido, pareciera que quieren aprovechar las circunstancias para infligirnos la derrota que querían.

"Seguimos en el proceso de paz porque es un compromiso con la gente, con la comunidad internacional, y con nosotros mismos"

SEMANA: Pero… ¿hay garantías jurídicas?

R.L.: Sí, se trata de un acuerdo que fue avalado por la comunidad internacional. Fue presentado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e incorporado a la Constitución. El Congreso lo ratificó con mayorías. Hacerle ajustes a su esencia no tendría sentido.

SEMANA: ¿Qué cimienta su confianza en que se respetará el acuerdo?

R.L.: A diferencia de los esfuerzos que hubo con otros presidentes, acá se nos ofrecieron garantías jurídicas. En ninguna parte del mundo un movimiento insurgente firma un acuerdo con la contraparte para ir a la cárcel y no poder participar en política.

SEMANA: ¿Cómo responderán a los esfuerzos que hay por condicionar su debut en el Congreso?

R.L.: Vamos a dar la pelea. Hay un compromiso y lo vamos a defender. Se convocarán todos los sectores que creen en el proceso y quieren construir paz. Es decir, aquellos que no quieren que Colombia vuelva ser lo que era hace diez años.

SEMANA: ¿Por qué es tan importante la política en la reincorporación?

R.L.: No tendría ningún sentido firmar un acuerdo si no podemos movernos en democracia. Vea, hasta el final el presidente Juan Manuel Santos me llamó y me dijo que, al menos, no nos involucráramos en la campaña de 2018. Si yo lo hubiera hecho, habría mandado un mensaje equívoco. Eso es lo que ha permitido enrutar a los excombatientes en la vida civil.

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SEMANA: ¿Qué va a pasar el 20 de julio?

R.L.: Vamos a ocupar las diez curules que tenemos en el Congreso. Allí estaremos sin falta.

SEMANA: ¿Cómo se están preparando para el aterrizaje formal en la arena política?

R.L.: Quienes llegan al Congreso están en un diplomado que apoya la Universidad Nacional, el Rosario y el Senado. Tenemos que aprender a defendernos.

SEMANA: ¿Iván Márquez y Jesús Santrich también?

R.L.: En el primer caso entiendo que su equipo hace parte del diplomado. Mientras que con Jesús Santrich se está estudiando el caso. Pero la idea es no dejar perder esa curul.

SEMANA: ¿Qué tan unidos están?

R.L.: Completamente.

"Iván Duque no puso a cualquier funcionario, sino a la vicepresidenta, y con eso envía un mensaje importante. Hay que esperar cómo evoluciona todo"

SEMANA: Pero a algunos se les ve menos receptivos con todo lo que está pasando…

R.L.: Yo no puedo hablar por Iván Márquez. Él se fue hace rato y no volvió. Eso sí, la posición del partido tras las elecciones se divulgó y fue solicitar diálogo con el nuevo presidente. Él defiende los acuerdos, pero denuncia los incumplimientos, como todos. Si no creyera en esto, no estarían sacando adelante proyectos como el del Paisa en Miravalle.

SEMANA: Marta Lucía Ramírez hará el empalme relacionado con el acuerdo de paz, ¿cómo recibieron la noticia?

R.L.: Aunque muchos lo ven con cuidado, a mí me parece positivo. Iván Duque no puso a cualquier funcionario, sino a la vicepresidenta, y con eso envía un mensaje importante. Hay que esperar cómo evoluciona todo.

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SEMANA: Es decir, ¿ustedes van a seguir adelante?

R.L.: Es que tenemos. Es un compromiso que hicimos con la gente, la comunidad internacional y nosotros mismos. Ahí está plasmada la esencia de nuestro ser político. Nos brindaron la posibilidad de conquistar esa salida, construir la realidad y lo vamos a hacer hasta las últimas consecuencias.

SEMANA: Para muchos, los resultados del plebiscito para la paz y estas elecciones estuvieron marcados por el rechazo a la participación política y la ausencia de cárcel con barrotes. ¿Usted lo ve así?

R.L.: Quitarlos sería dejar sin médula el acuerdo. Sería un mensaje negativo para los 14.000 hombres y mujeres que optaron por el camino de la reconciliación y la paz. Los resultados del plebiscito fueron desafortunados, pero no podemos olvidar que se recogieron inquietudes y se hicieron ajustes. Nosotros, por ejemplo, dimos la pelea por un componente del 10 por ciento de magistrados extranjeros. Por petición de los líderes del No, eso al final se quitó.

"En uno de mis viajes yo les decía: uno llega aquí desde Bogotá con muchas angustias. Pero luego los ve saliendo adelante sin el apoyo del Estado, con optimismo y entusiasmo. Eso lo llena a uno de valor para seguir trabajando"

SEMANA: ¿Qué tanto se golpeó la confianza de los excombatientes con la captura de Jesús Santrich?

R.L.: Es el episodio que más nos ha afectado. Incluso, más que los incumplimientos. Se atacó a un hombre que jugó un papel protagónico en la búsqueda de la paz. Lo vimos como un golpe a las Farc y su proyección política. Quieren deslegitimarnos ante la comunidad internacional que ha estado pendiente del proceso con un tema tan delicado como el narcotráfico.

Foto: Guillermo Torres / SEMANA 

SEMANA: Pero, aunque se habla de entrampamiento, él cayó…

R.L.: Eso está apenas por demostrarse.

SEMANA: ¿Qué ambiente se respira en las zonas?

R.L.: En uno de mis viajes yo les decía: uno llega aquí desde Bogotá con muchas angustias. Pero luego los ve saliendo adelante sin el apoyo del Estado, con optimismo y entusiasmo. Eso lo llena a uno de valor para seguir trabajando. Por ejemplo, las casas donde viven los excombatientes, aunque no están construidas con los mejores materiales, están organizadas con jardines. Si uno está desmoralizado, no barre la casa.

SEMANA: ¿Tienen un cálculo de cuántos han reincidido?

R.L.: Son desertores, gente con vacíos políticos e ideológicos que no fueron capaces de aguantar esta situación. Y es que los proyectos productivos con el gobierno todavía no arrancan. En Putumayo tenemos una situación difícil. La mafia les está ofreciendo a los mandos medios hasta 8 millones y a los excombatientes 3 para reclutarlos. Se han ido unos 50 compañeros que estamos tratando de recuperar.

SEMANA: ¿Sienten que al final se quedaron sin interlocutor en el gobierno?

R.L.: Siempre hubo trabas a la hora de hacer política. Este es un Estado muy inoperante que enreda el funcionamiento de las cosas. Hemos sido víctimas de eso y la falta de voluntad de algunos funcionarios. Pero no quiero dar nombres. Ahora, es muy importante que se mantenga la institucionalidad fruto del acuerdo: Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación (CSIVI) y el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR).

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SEMANA: ¿El gobierno cometió errores en el manejo de la situación después del plebiscito?

R.L.: Esa experiencia sirve para la nueva administración. Faltó hacer pedagogía, y cuando se intentó, se limitó.

SEMANA: Y ¿ustedes?

R.L.: No hemos hecho lo suficiente para desplegar la gente para que entren más en contacto con las comunidades. Quizás faltó más entusiasmo, decisión y capacidad.

SEMANA: ¿Qué papel van a jugar en el Congreso?

R.L.: El que nos corresponde: la defensa del proceso. Ahí tenemos que seguir luchando por la implementación del acuerdo.

SEMANA: ¿Hay entendimiento con los otros sectores de oposición?

R.L.: Con muchos de ellos venimos hablando desde La Habana. Ellos están muy comprometidos con la paz y ya se están tendiendo puentes. Eso sí, es algo que apenas estamos aprendiendo. Todo esto es nuevo, como las peleas por las curules o las oficinas.

SEMANA: ¿Cómo está la relación con Petro?

R.L.: Normal. No hay interlocución con él exactamente. Eso solo ocurrió hace unos años cuando fue a La Habana. Desde entonces, hablamos con personas cercanas a él. No más.

SEMANA: ¿Qué mensaje le envía a Iván Duque?

R.L.: Lo quiero invitar a dialogar. No se puede apresurar a mandar mensajes equívocos a los 14.000 hombres y mujeres que decidieron abrazar este proyecto. Las consecuencias serían terribles. A Iván Duque como ser humano, como colombiano y como jefe de Estado le pido que piense con mucho cuidado las decisiones que va a tomar. Que tenga en cuenta a los 8 millones de personas que votaron por el candidato que tuvo como bandera la paz. Ese escenario que se abrió para la izquierda, en buena medida, fue posible gracias al acuerdo, y aunque no se puede medir en cifras, es una realidad que no se puede desconocer.