DIPLOMACIA
El hombre que tiene la llave para que Colombia acceda a Trump
La llegada del magnate a la Casa Blanca revivió políticamente a Rudolph Giuliani. El ex alcalde de Nueva York, que ha mantenido vínculos con el país, es la puerta de entrada al nuevo gobierno republicano.
La manifiesta preferencia de Juan Manuel Santos por la candidatura de Hillary Clinton durante la campaña lo dejó en una posición incómoda en el tablero de la política internacional. La inesperada victoria de Donald Trump le inyectó una segunda dosis de incertidumbre al proceso de paz con las FARC por el que el presidente colombiano se ha jugado su mandato, pero ya empezó a tocar con sigilo la puerta del Partido Republicano.
El ascenso del magnate cayó como un baldado de agua fría en las altas esferas del Gobierno. La estrecha relación que Santos construyó con el demócrata Barack Obama, y que auspició el ferviente apoyo de ese país al proceso de paz, con enviado especial a bordo, vuelve a comenzar desde ceros.
Un hombre en la baraja de personalidades que posiblemente conformarán el gabinete de gobierno de Trump tiene la llave para abrir la puerta al entrante gobierno republicano. Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York de 72 años que defendió a capa y espada la candidatura del entonces improbable aspirante presidencial, habló este viernes con Santos, antes incluso de que trascendiera la primera conversación del mandatario colombiano con el presidente electo.
El primer parte fue de tranquilidad. Pocos detalles entregó la Presidencia sobre el acercamiento que hubo con Giulliani, al que las cábalas ubican como próximo secretario de Justicia. Pero, en lo que han coincidido fuentes del Gobierno, es que augura que se mantendrá el apoyo en temas de paz. Un buen presagio en momentos de mucha incertidumbre.
El interés de Trump en replegar a la mayor potencia planetaria, en abandonar las políticas liberales para regresar al aislacionismo, lo que se traduce en el proteccionismo de la economía nacional, inquieta a muchos. ¿La razón?, que se embolaten los US$450 millones que prometió gestionar el gobierno norteamericano ante el Congreso -para el presupuesto del 2017- con el propósito de financiar el posconflicto en Colombia.
Los fondos destinados a financiar la ejecución de los acuerdos de La Habana ya se enfrentaban a la incertidumbre que provocó la victoria del No en el plebiscito del 2 de octubre, y ahora tiene el desafío redoblado de maniobrar ante el fenómeno Trump.
Dado que el magnate ganó con el mundo en contra, abandonado incluso por la plana mayor de su partido, premiará la lealtad por encima de todo. Y tener en la primera línea a una persona que tenga buenos recuerdos de Colombia, como Giulliani, puede ayudar.
La resurreción del "alcalde de Estados Unidos"
Giuliani aterrizó en la campaña republicana el pasado 7 de abril. Ese día, a través del periódico New York Post, el hombre que había conseguido ganarse un puesto en la historia el 11 de septiembre del 2001, hacía público su voto y su incondicional apoyo por un candidato por el que aparentemente nadie daba un peso.
"Apoyo a Trump y votaré por él", afirmó en ese entonces. Y su respaldo promete ser correspondido. La política que impuso durante su administración de "stop-and-frisk" (paradas de rutina aleatorias) ha recibido halagos del presidente electo, y la noche de la elección estaba en el primer anillo.
El triunfo de Trump rescata a Giuliani y lo devuelve a la arena política norteamericana, pero en Colombia siempre le tendieron la mano, incluso cuando no estaba de moda. La suya es una historia de ascensos y caídas.
La alcaldía de Giulliani estaba en declive cuando ocurrieron los atentados del 11-S. El alcalde neoyorquino se volvió entonces un líder nacional, admirado por su calma y su habilidad para coordinar los rescates y la reconstrucción. Devolvió la confianza y marcó con su frase: "Mañana Nueva York seguirá aquí y vamos a ser más fuertes; tenemos que ser un ejemplo para el país y el mundo de que el terrorismo no nos puede parar". Allí surgió el apodo de ‘el alcalde de Estados Unidos‘.
La estatura de Giulliani al dejar la alcaldía era de tal dimensión que los observadores apuntaban a que las elecciones del 2008 se definirían entre Hillary Clinton y él. Pero Obama despojó a la exprimera dama de la candidatura demócrata, mientras que los gruesos errores de estrategia del ex alcalde durante las primarias republicanas le impidieron disputar la presidencia.
La conexión colombiana
Cayó en el olvido político en su país, pero se hizo un visitante frecuente de tierras colombianas, donde cultivó relaciones y se acercó a diversos sectores, entre ellos los de Santos y el del expresidente Álvaro Uribe. Asesoró empresas, como experto en temas de seguridad y como orador motivacional.
Uno de las visitas más recordadas fue en agosto del 2011 a Bogotá. En ese entonces, Gina Parody era candidata a la alcaldía, y para la elaboración de su programa de seguridad, contó con la asesoría Giuliani.
En la más reciente, acompañó a Aníbal Gaviria y los altos mandos de la Policía Nacional de Medellín. Giuliani estuvo presente en el acto de lanzamiento del plan piloto de ataque a puntos calientes del crimen en la capital de Antioquia.
Sus políticas de seguridad trascendieron fronteras. Dos teorías: "la ventana rota" y "tolerancia cero" llevaron a que el crimen en Nueva York se redujera un 56 % y el homicidio un 66 %. “Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente, esos mismos espacios son progresivamente ocupados por los delincuentes”, ha expresado sobre sus políticas.
El Congreso Colombiano también le abrió las puertas en el 2012. Allí lo invitaron para que compartiera con los miembros del Capitolio la estrategia que impulsó en la gran manzana.
Para Colombia, Giuliani ha sido un aliado. Quizá como un acto de correspondencia, se convierta en el personaje encargado de abrirle las puertas al presidente Santos.
"Hablé con presidente electo @realDonaldTrump. Acordamos fortalecer la relación especial y estratégica entre Colombia y los Estados Unidos", dijo el mandatario contadas horas después de que se conoció su charla con Giuliani. Si esa promesa se concreta, está claro quién será el puente.