ANTETITULO
De la Calle y Jaramillo: "Hay que proteger los hechos de paz"
Transformar algunas zonas de Colombia históricamente afectadas por la violencia y el abandono del Estado es la estrategia del Gobierno para cerrar la brecha que las separa del resto del país y así construir una verdadera paz.
Los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, Pdet, son el proceso de planeación participativa más grande que se ha dado en el mundo. Más de 200.000 colombianos, entre ellos hombres y mujeres líderes provenientes de 11.000 veredas que hacen parte de los 170 municipios más afectados por la violencia y la pobreza, propusieron su visión de territorio para dejar atrás el abandono y la ilegalidad.
Hablamos de más de la tercera parte del territorio nacional, donde habitan más de 6 millones de personas. Allí se encuentran el 94 por ciento de los cultivos ilícitos del país, el analfabetismo triplica al del resto del país, nueve de cada diez personas son pobres, tres de cuatro no cuentan con servicio estable de agua y muchas hasta ahora están alumbrando por primera vez sus viviendas. Si estos municipios y sus veredas no se transforman, el resto del país difícilmente podrá estabilizarse. Por eso, los Pdet son un asunto de todos los colombianos.
Este instrumento está pensado a 10 y 15 años, y armoniza la voluntad de campesinos, comunidades afrodescendientes, indígenas y demás actores que viven y lideran procesos en estos territorios, con las inversiones que se dispongan desde el sector público a nivel nacional y regional, la academia, el sector privado y la cooperación internacional. ¿El objetivo? Devolverles la confianza a las comunidades y fortalecer sus capacidades proporcionando servicios de agua, luz y vías, entre otros, para así integrarlas al desarrollo del resto del país.
Y ya se han dado los primeros resultados. A las 6,6 millones de personas que viven allí les anunciamos más de 1,2 billones de pesos en inversión, provenientes de los Ocad Paz, medio billón proveniente de empresas que decidieron apostarles a estas regiones con sus impuestos de renta mediante el mecanismo Obras por Impuestos, y la entrega de más de 500 obras construidas por las mismas comunidades en tan solo un año del gobierno del presidente Iván Duque. Esa es la verdadera paz.