La Cancillería de Rusia mediante un comunicado emitido en la mañana de este viernes descartó cualquier tipo de apoyo militar a Nicaragua en caso de presentarse un hipotético conflicto bélico con Colombia, a raíz del fallo de la Corte de La Haya por el litigio de las aguas territoriales aledañas a San Andres y Providencia.
“Podemos asegurar con certeza que la interpretación de declaraciones de cualquiera de los oficiales de la Marina rusa como manifestación de una supuesta disposición de los buques militares rusos de apoyar a una de las partes en caso de un hipotético no corresponde a la situación real, ni a la actitud de la dirigencia política y militar de Rusia”, señala el comunicado en uno de sus apartes.
Este punto descarta tajantemente las declaraciones de los capitanes de la marina rusa Vladimir Ruban y Keksey Osyannika quienes en agosto pasado habían asegurado que apoyarían al gobierno de Daniel Ortega en caso de que no se acatara el fallo de La Haya. Estas afirmaciones salieron a flote el pasado martes cuando la Cancillería colombiana las recordó para contextualizar la nota de protesta por el ingreso sin permiso de dos aviones rusos al país.
Del mismo modo el comunicado del gobierno ruso señala el respeto del Kremlin por el Derecho Internacional y la solución dialogada de los conflictos entre países, “Nos sostenemos firmemente en que nuestra cooperación con los Estados de la América Latina, inclusive en la esfera técnico – militar, no está dirigida en contra de ningún pañis y no apunta a alterar el equilibrio político y militar de la región” añade la misiva.
Con estas palabras del gobierno de Vladimir Putin espera dar por zanjado el tema del apoyo militar a Nicaragua, hipótesis que trascendió con la violación del espacio aéreo colombiano por dos aviones militares Tupolev 160 el pasado primero de noviembre que cubrían el trayecto de Venezuela a Nicaragua.
Esta violación de la soberanía colombiana hizo crecer la hipótesis sobre el supuesto interés del gobierno de Vladimir Putin en el proyecto del canal interoceánico que el presidente Daniel Ortega quiere construir.
Con la respuesta de los rusos el tema pasará a un segundo plano hasta que se materialice el cuestionado megaproyecto que por el momento está en veremos y que está en manos de un magnate chino de dudosas facultades para llevar a cabo dicha construcción.