Sacerdote
Sacerdote | Foto: Getty Images

Tolima

Sacerdote fue condenado a 21 años de cárcel por abuso sexual en Tolima

El párroco deberá estar recluido en un centro carcelario del departamento.

19 de agosto de 2022

Un religioso aceptó haber cometido delitos sexuales contra dos menores de edad mientras se desempañaba como párroco en el corregimiento Tres Esquinas del municipio de Cunday, ubicado en el suroeste del departamento de Tolima. En las últimas horas, un juzgado penal del circuito de Melgar le profirió una condena por su conducta.

Los hechos fueron protagonizados por el sacerdote Wilmar Quezada Pinto en 2019 y se prolongaron por varios meses, según el relato de las víctimas. Fue el 15 de febrero de este año cuando la madre de las niñas instauró una denuncia ante las autoridades y los alertó por la situación que estaban padeciendo las menores de edad.

Ella tomó la decisión de presentar las acusaciones luego de que su hija mayor hallara en el computador del religioso imágenes con contenido pornográfico en el que observó a sus hermanas. Los investigadores pudieron establecer que el registro lo realizó Quezada Pinto en las instalaciones de la casa cural, donde las obligó a posar frente a la cámara.

Además, la Fiscalía General de la Nación pudo comprobar que el párroco también las sometió a vejámenes sexuales durante dos años. Eso quedó divulgado en el material probatorio que se recolectó: en la diligencia de allanamiento se encontraron las imágenes en los celulares y computadores que advirtió la familiar de las víctimas.

Ante los elementos recopilados, un juez ordenó su captura el pasado 19 de febrero en un operativo que causó escándalo en los pasillos de la Iglesia católica. La detención se justificó en los delitos de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado, actos sexuales con menor de 14 años y pornografía con menor de 18 años.

Él llegó a un acuerdo con el ente de acusación, por lo que no podrá salir a las calles durante 21 años. El sitio de reclusión es el punto de la polémica. Como Wilmar Quezada Pinto es indígena, la defensa solicitó pagar la condena en un resguardo del municipio de Coyaim. Sin embargo, se negó la petición porque no se estaría dando una sanción ejemplar.

Paralelamente, se conoció que un juez envió a la cárcel a un religioso de 43 años que abusó sexualmente de un menor de edad mientras estaba matriculado en un internado del municipio de la Estrella, población del sur del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Así lo señaló la Fiscalía General de la Nación en medio de un proceso penal que inició en 2020 luego de la denuncia de la familia.

El material probatorio da cuenta de que el seminarista, oriundo de Guatemala, cometió los delitos entre julio y agosto de ese mismo año, época en que el mundo estaba confinado por la alta presión que hubo en los sistemas de salud por cuenta de la pandemia de covid-19. Ante la soledad del momento, violentó a un niño de 12 años.

“Las evidencias recaudadas dan cuenta de que Gutiérrez Galicia aprovechó su condición de seminarista y formador para ingresar al dormitorio de la víctima y cometer actos contra la formación e integridad sexual del menor de edad”, reveló el director de la Fiscalía en Antioquia, Ricardo Romero Moreno.

Luego de evaluar las pruebas que aportó el ente de acusación, un juez penal del circuito de Itagüí condenó al religioso a nueve años y dos meses de prisión al ciudadano guatemalteco que, de momento, no se ha dado claridad si cumplirá su pena en los centros carcelarios de Colombia o su país de origen.

Lo establecido es que podrá refutar los argumentos que llevaron al juzgado a tomar la decisión, dado que la medida es de primera instancia, él podrá hacer uso de los recursos disponibles en la ley.

Con base en las estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en la capital de Antioquia se han atentado cerca de 480 denuncias por presuntos delitos sexuales, cifra que relaciona el primer semestre de 2022. Entre las víctimas hay adultos mayores y menores de edad, donde las mujeres son las más afectadas.