Nación
Salen a la luz nuevos detalles del hombre cuya cabeza fue encontrada en un río después de desaparecer en Bogotá
Se conocieron nuevos detalles del caso que ha generado conmoción y por el que se exige justicia.
La cabeza de Miguel Alejandro Santamaría, de 38 años, fue encontrada en las últimas horas en el río Tobia, ubicado cerca del municipio de Villeta, en Cundinamarca. Muy cerca de allí, los demás restos también han ido apareciendo; de esta manera, se acabó con la angustia que tenía la familia y que empezó el pasado 25 de agosto, día en el que se perdió su rastro.
El hombre vivía en el barrio Puerto Rico, ubicado en la localidad de Rafael Uribe, en Bogotá. Ese domingo salió del lugar para ir a recoger a su hijo y llevarlo a un partido de fútbol, una actividad muy normal para ellos. Sin embargo, con el paso de las horas todo cambió, Santamaría debía ir hasta la localidad de San Cristóbal, pero nunca llegó, lo que encendió la alarma de su familia.
De acuerdo con la versión de sus allegados, antes de reunirse con su hijo supuestamente habría decidido ir hasta el Parque de los Hippies, en la localidad de Chapinero, para cumplir una cita, para lo cual salió desde muy temprano de su casa.
“Salió a las 5 a. m. y a las 6 a. m. no se sabía el paradero de él porque no contestaba el teléfono. A la 1 p. m. se apagó su teléfono y no volvieron a entrarle mensajes”, aseguró Darío Dusan, padrastro de la víctima, en diálogo con el canal City Tv.
Según su testimonio, Santamaría al parecer se dirigió a este punto de la capital para reclamar un dinero, aunque no saben con exactitud de qué se trataba, por lo que todo —hasta el momento— es una verdadera incógnita.
“Se desplaza a buscar una plata, no sabemos si era prestada o de algún trabajo que le debían. Y tenía que regresar a donde viven sus hijos”, manifestó.
Desafortunadamente, el hombre nunca llegó a la casa de sus hijos y su rastro se perdió por completo.
Ante lo sucedido y con el desespero de encontrarlo, sus familiares empezaron a realizar una gran búsqueda, se dirigieron a hospitales y Unidades de Reacción Inmediata (URI), pero nunca encontraron ningún rastro, lo que les aumentó la preocupación. Fueron más de 10 días de no saber con certeza qué le había pasado.
Todo cambió el pasado 5 de septiembre, aunque no recibieron las noticias que estaban esperando. Ese día les confirmaron que su cabeza fue encontrada en el río Tobia, la tristeza fue completa, su vida cambió por completo, especialmente la de sus hijos que hoy se quedaron sin su papá. Ahora, solo pueden recordarlo.
“Era callado. Él simplemente hacía su labor, trabajaba, respondía por sus hijos que eran su vida”, contó el padrastro.
Tras esta devastadora noticia, el pasado 6 de septiembre en horas de la noche realizaron una velatón en su nombre, lo recordaron con amor y exigieron a la Policía una investigación rápida para poder esclarecer qué fue lo que le ocurrió y por qué su cabeza terminó en ese sitio.