Salud y bienestar escolar están asociados con mejores puntajes en las pruebas de Estado, según estudio

El Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana y Escalando Salud y Bienestar (Escalando) analizaron la relación que existe entre el Índice Welbin (sobre salud y bienestar) y el puntaje promedio en las pruebas Saber 11 del 2020, con el fin de indagar cómo las condiciones de los colegios y sus estrategias en pro de la salud y el bienestar podrían afectar el aprendizaje y desempeño académico.

Lo anterior cobra gran relevancia en el contexto de la reapertura segura de colegios en el marco de la pandemia y los rezagos que han quedado en términos de aprendizaje por el cierre de clases presenciales del año pasado.

Antes de 2020, no existían herramientas que dieran a conocer el grado en que una institución educativa en Colombia adopta e implementa prácticas, y tiene las condiciones necesarias para la promoción de la salud y el bienestar de sus comunidades educativas, “hasta que Escalando diseñó el índice y realizó el primer Estudio Nacional de Salud y Bienestar Escolar, con información de instituciones educativas (IE) nacionales de preescolar, básica y media”, explica el documento.

Dicho estudio incluyó información de 915 instituciones educativas, las cuales se ubicaban en 28 departamentos y 263 municipios del país.

De igual manera, tampoco se había analizado la relación que hay entre dichas prácticas y condiciones en pro de la salud y bienestar escolar con el desempeño académico de los estudiantes. A partir de los resultados del estudio de Escalando, el LEE consultó la base de datos de las Pruebas Saber 11 del 2020, y logró cruzar la información para 649 de las 915 instituciones educativas.

Con ello, se evidenció que obtener un punto adicional en el Índice Welbin está asociado con 0,6 puntos adicionales en el puntaje global de las pruebas Saber 11.

En el informe se destaca que el promedio del índice a nivel nacional para la muestra de colegios fue de 47,67 (sobre 100 puntos posibles), lo cual implica que, en promedio, esos colegios tienen un cumplimiento de 47,7 % sobre los estándares de promoción de la salud y el bienestar escolar.

Así mismo, se evidencia que tanto los colegios urbanos como los privados obtienen puntajes más altos que los colegios rurales y oficiales, respectivamente, no solo en el puntaje total, sino también en cada dimensión evaluada (políticas, entornos, educación para la salud, servicios para salud y nutrición, alianzas).

“Los colegios urbanos obtuvieron 18 puntos más en el Índice, en comparación con los colegios rurales, mientras que los colegios privados superaron a los oficiales en 34 puntos”, explican los investigadores.

El informe, además, hace llamados de atención y recomendaciones a los hacedores de política pública sobre la importancia de proveer ambientes seguros en términos físicos, psicológicos y emocionales en los colegios para favorecer los procesos de aprendizaje de los estudiantes, así como para promover su salud física y mental.

“Teniendo en cuenta que, en muchos casos, los colegios ofrecen un espacio más seguro y sano que los mismos hogares de los estudiantes que viven en situación de vulnerabilidad y entornos violentos”, afirmó la codirectora del LEE, Luz Karime Abadía.

Además, “los ecosistemas escolares que cuentan con políticas, entornos, programas de formación y alianzas para el cuidado de la salud, se convierten en plataformas para que todas las niñas, niños y adolescentes, puedan potenciar sus capacidades y desempeño”, añadió el director ejecutivo de Escalando, Daniel Tobón.

Algunos llamados de atención

La dimensión que más requiere atención está relacionada con el establecimiento de políticas, estrategias o planes de promoción de la salud y el bienestar de las comunidades educativas.

“Se deben generar alianzas con la autoridad local de salud y los servicios de salud, con familias, productores locales de alimentos y actores encargados de velar por la seguridad de la comunidad educativa, según el contexto”, indicaron los investigadores.

De igual manera, se debe revisar y mejorar los ecosistemas escolares, específicamente las condiciones y prácticas para promover la salud (física y psicosocial), el bienestar y la seguridad de los estudiantes; así como poner especial atención en los colegios rurales y oficiales, en donde la falta de condiciones y prácticas de cuidado de la salud y el bienestar “puede estar contribuyendo a la permanencia e incremento de las brechas sociales del país”.