Judicial
Salvatore Mancuso reveló que los cuerpos de un centenar de víctimas del paramilitarismo fueron arrojados a Venezuela
El excomandante paramilitar, en su segundo día de declaraciones ante la JEP, también revivió en su declaración el horror de los hornos crematorios que fueron creados para no dejar rastros de sus victimas.
En su segundo día de declaración ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez detalló los operativos que se adelantaron de la mano con la fuerza pública en la zona del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander.
En su crudo relato, Mancuso -quien comandó durante varios años el Bloque Catatumbo- narró las incursiones que se realizaron en zona fronteriza, las masacres que se ejecutaron como estrategia de guerra, los desplazamientos forzados que generaron, las fosas comunes que se construyeron y las órdenes que recibieron para arrojar los cuerpos de sus víctimas a Venezuela.
Por orden del máximo comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño Gil, se fijó que durante las incursiones se tenían que dejar “tirados” los cuerpos sin vida de las víctimas, esto como una estrategia de guerra para sembrar miedo en la población civil y enviarle un mensaje directo a los grupos guerrilleros, con quien sostenían una guerra a muerte.
“Pero eso llegó al extremo de que nos llevábamos por delante poblaciones que se desplazaban. Producto de este temor y este terror que infligíamos con nuestras acciones (...). Así que fue parte del teatro de operaciones poner en escena un teatro de terror, un teatro que impactara, que el enemigo viera si estoy aquí o continúe aquí”.
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Fueron estos mismos comandantes quienes tuvieron la idea de arrojar los cuerpos sin vida en la frontera con Venezuela. En sus crudas palabras, para “cambiarlos de jurisdicción”. Tras la pregunta de la magistrada, el excomandante paramilitar indicó que las víctimas superarían las 200. “Les solicito de manera muy respetuosa, su señoría, que me permitan al lado de ustedes ir personalmente con ustedes, para que pueda identificar dónde quedan esos lugares, recuperar esos despojos y repatriar, para mitigar un poco el dolor a la familia.
“Varios miembros del las Autodefensas fueron hasta territorio venezolano y arrojaron cuerpos (...), por eso uno de mis compromisos es lograr recuperar esos cuerpos. Esas desapariciones ocurrieron entre el año 2000 y 2001. En ese año, el mismo Carlos Castaño les emitió una orden para que cambiaran todas sus operaciones en todo el territorio nacional. Fue en ese momento en que se empezaron a instaurar los infames hornos crematorios con el fin de no dejar ningún tipo de evidencia sobre las víctimas.
“Un mensaje que recibe el comandante (Carlos) Castaño, porque así nos lo transmite, y es que ha habido una reunión de altos mandos militares (Ejército y Policía), hay preocupación por las presiones que ha venido recibiendo el Gobierno nacional por la cantidad de muertos que están dejando”, aclaró. Las presiones aumentaron tras una reunión que celebraron los comandantes del Ejército y de Policía.
“Esas presiones se hacen mucho más fuertes cuando se hace la transición de Pastrana a Uribe, en el 2002. Antes de las elecciones de Uribe se nos pide que no se hagan masacres, que los objetivos debían ser menos de tres para que no se consideraran masacres, para que tampoco afectáramos en los ascensos a los oficiales que estaban en el área porque se nos decía que si había muchos muertos esto afectaría todo y tendrían anotaciones en su hoja de vida”, precisó.
En su declaración, el excomandante paramilitar se comprometió a entregar, en una audiencia reservada, los nombres y cargos de los oficiales que participaron en las acciones anteriormente mencionadas.