El portazo del partido Farc a Santrich e Iván Márquez

La noticia del regreso a las armas de líderes importantes de la Farc como Iván Márquez y Jesús Santrich no solo fue un golpe para el proceso de paz, sino también para el partido que representaron en algún momento. Reincorporarse a la vida civil en un gobierno que se opuso a lo pactado en La Habana y moverse por los anaqueles de la política colombiana no es una tarea fácil. Este hecho, sin duda, les dificulta el trabajo a los exguerrilleros que le están apostando a la paz. 

Por eso el país entero estaba atento a la reacción que tendrían aquellos que dejaron las armas y que quieren continuar con el proceso. El día que se conoció el famoso video, los voceros del partido aseguraron que no compartían la decisión y que seguirán firmes con la paz. Pero este jueves hicieron un anuncio mucho más contundente al respecto. Aseguraron que su movimiento es un partido “para la paz y para luchar por las transformaciones democráticas (...) en el que no caben las expresiones armadas”. 

Los jefes del partido FARC además le pidieron a la comisión de ética de su colectividad que se les aplique la sanción máxima a los desertores, que es la separación y expulsión definitiva del partido. Las razones son “el abandono del proceso de paz, el rearme, la usurpación del nombre histórico (FARC – EP) y el desconocimiento de sus organismos de dirección, estatutos y código de ética”.

En el comunicado dejaron saber que después de que se conoció el video la Comisión de Ética Nacional y de Disciplina de ese partido convocó a Luciano Marín Arango (Iván Márquez), José Manuel Sierra Sabogal (Aldinever), Seuxis Paucias Hernández Solarte (Jesús Santrich), José Vicente Lesmes (Walter Mendoza), Hernán Darío Velásquez Saldarriaga (Oscar Montero) y Henry Castellanos Garzón (Edison Romaña), y demás acompañantes para escuchar sus descargos, “dadas las gravísimas violaciones a los estatutos, contenidas en su pronunciamiento, convocatoria que no tuvo ninguna respuesta”, por lo cual tomaron la decisión de su expulsión.

Reiteraron que “la gran mayoría del conjunto de la Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia - FARC, superior al 95 por ciento de los ex guerrilleros de las FARC – EP continuamos acogidos al Proceso de Paz en cumplimiento de lo acordado”.

También afirmaron que lo anunciado por Iván Márquez desconocía sus instancias de dirección nacional, sus principios organizativos de dirección colectiva y centralismo democrático, los postulados disciplinarios establecidos en el estatuto, en el Código de Ética, y en fin, todos los lineamientos políticos y principios en materia disciplinaria, aprobados en el Congreso Constitutivo del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común - FARC.

Además manifestaron su molestia con los disidentes por usar su nombre histórico de FARC – EP para incumplir lo pactado.  “Es una afrenta a nuestro prestigio, construido durante muchos años de enconada lucha, con grandes sacrificios y sangre ofrendada por la paz de nuestro pueblo”, se lee en el comunicado. El senador Carlos Antonio Lozada ya había dicho que el nombre del partido FARC tendrá que ser reemplazado para evitar confusiones. Esto se hará en enero del próximo año cuando vuelvan a realizar la Asamblea. 

Con estas expulsiones el partido Farc busca enviar un mensaje primero para los que hacen parte de su partido, pero también a la ciudadanía. En el primer caso, los congresistas de la Farc han asegurado que si bien es cierto que el gobierno les ha incumplido, no por eso ellos van a faltar a su palabra y por eso invitan a todos los militantes a mantenerse en el proceso, a pesar de las dificultades. La mayoría de los que dejaron las armas se mantienen aún en el proceso de reincorporación a la vida civil, pero también es un hecho que ante el incumplimiento del gobierno, muchos exguerrilleros se ven tentados a volver al monte, como lo han hecho 2.300 hombres, según cifras oficiales. 

Con la expulsión de personajes como Iván Márquez, Jesús Sántrich o Romaña el partido Farc también trata de mostrar por un lado su compromiso con el proceso de paz y por otro de llegar a los que dudan de su voluntad para cumplir lo pactado. 

No está claro aún qué pasaría si los disidentes se arrepintieran de su decisión de regresar a las armas y buscaran refugio en el partido Farc. “Me queda muy difícil pronunciarme sobre ese escenario”, dijo el senador Carlos Antonio Lozada, pero lo que es un hecho es que quien regrese a las armas no tendrá cabida entre aquellos que siguen firmes con los acuerdos de La Habana, concluyó Lozada.