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Se aproxima la temporada de huracanes y en San Andrés comienzan a prepararse para afrontarla
La directora del Ideam viajó hasta San Andrés y desde allá emitió algunas recomendaciones.
Normalmente la temporada de huracanes en el Caribe comienza el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre. No obstante, según los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), es muy probable que este año se anticipe.
La directora de la entidad, Ghisliane Echeverry Prieto, visitó el archipiélago de San Andrés y entregó detalles del protocolo nacional de alertas por ciclones tropicales 2023.
La funcionaria explicó que, aunque a la fecha no se tienen alertas, ya se están preparando a las comunidades. Por ello, indicó que ya se hizo un primer acercamiento en las hermanas islas de Providencia y Santa Catalina, y posteriormente en la isla de San Andrés con el ánimo de socializar todos los procesos de atención previa a la temporada en mención.
Sostuvo que en dichos protocolos están incluidas las novedades, los medios donde se estarán emitiendo las alertas, y la expedición de boletín informativo único entre la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, el Ideam, Aerocivil, Fuerza Aérea y la Dirección General Marítima.
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En atención a lo anterior, las autoridades recomendaron hacer seguimiento a los canales oficiales de información una vez inicie la temporada de huracanes en el que se pronostica este 2023 con 13 tormentas tropicales, 6 huracanes y 2 huracanes mayores.
Echeverry Prieto agregó también que, se espera que la alerta o temporada de ciclones se adelante en el presente año, por lo que se espera que a mediados del mes de mayo se inicie este cambio climático que se extiende hasta el mes de noviembre, pero que se tiene pronosticado que tenga un pico de alertas permanentes en el mes de septiembre, por lo que se recomienda a la comunidad que esté consultando los canales de información para evitar informaciones falsas, y no generar pánicos.
Frente al tema del fenómeno del niño, la directora del Ideam indico que hay un 80% de probabilidad que se inicie a finales del mes de junio y se extienda para resto del año, pero que es un fenómeno contrario al clima que se presenta en la isla, fenómeno que se pueda consolidar a finales del presente año.
Sobre los huracanes
Los huracanes son las tormentas más grandes y violentas del planeta y cada año en estos meses azotan la zona del Caribe, el Golfo de México y la costa este de Estados Unidos, en algunas ocasiones arrasando con edificios y poblaciones, generando graves afectaciones no solo en las infraestructuras, sino lo más grave: causando pérdidas humanas.
Para que esto suceda se requieren ciertas condiciones específicas, por lo que estos fenómenos se dan principalmente en el Atlántico. El mecanismo más común de formación de huracanes en esta zona del mundo y que provoca más del 60 % de los mismos es una onda tropical.
La onda empieza como una perturbación atmosférica que crea un área de relativa baja presión. Suele generarse en África Oriental a partir de mediados de julio. Si se dan las condiciones adecuadas para mantenerse o desarrollarse, esta área de baja presión empieza a moverse de este a oeste con la ayuda de los vientos alisios.
Realiza su recorrido y cuando llega al océano Atlántico, la onda tropical puede ser la semilla para la formación de un huracán, el cual se genera si se presentan fuentes de energía, como el calor y el viento adecuado
De acuerdo con información de la NASA, la primera condición necesaria para que se lleve a cabo su formación es que las aguas del océano superen los 26°C, pues a partir de esa temperatura se produce una evaporación significativa.
Según esta agencia de Estados Unidos, los ciclones tropicales son como motores gigantes que usan aire cálido y húmedo como combustible. Por eso se forman sólo sobre océanos de agua templada, cerca del Ecuador.
Cuando el aire cálido de la tormenta y de la superficie oceánica se combinan, empiezan a elevarse en forma de remolinos. Esto genera baja presión en la superficie del océano. Los vientos que circulan en direcciones opuestas hacen que la tormenta comience a girar. La elevación del aire cálido hace que la presión disminuya a mayor altitud.
La tormenta gira debido a la rotación de la Tierra y la energía del agua caliente del océano aumenta la velocidad de los vientos. Así es como la tormenta se fortalece y va aumentando la categoría hasta convertirse en huracán.