SEGURIDAD

Así se disparó la extorsión por redes sociales en la cuarentena

Las extorsiones por medio de las redes sociales aumentaron 76 por ciento en la cuarentena. Los criminales aprovechan el encierro y que muchas actividades, incluido el sexo, se trasladaron a internet para sacar información y chantajear a sus víctimas.

15 de agosto de 2020
El Gaula de la Policía ha capturado a 1.047 personas por este delito en lo que va del año. El domiciliario de la historia condujo al extorsionista.

A Viviana, una estudiante universitaria de 23 años, la empezó a amenazar un desconocido en mayo. El hombre usó un perfil falso en el que se hacía llamar Juan Pérez, y le dijo que tenía sus fotos íntimas, las que había robado luego de hackear sus cuentas. Le exigió que le mandara videos sexuales suyos si no quería que él le enviara las fotos a sus familiares y conocidos. Como ella se negó, le pidió 5 millones de pesos a cambio. La universitaria, desesperada, juntó el dinero que tenía para pagar el próximo semestre y vendió un anillo de oro.

Acordaron una cita en el norte de Bogotá para la entrega, pero antes, ella le avisó al Gaula de la Policía. Los agentes la acompañaron para capturar al delincuente, sin embargo, apareció un motociclista de una reconocida plataforma de domicilios. El mensajero no sabía lo que sucedía, y les mostró a los policías que, según la aplicación, tenía que entregar el paquete que recogiera en Cajicá. El operativo se trasladó allá, adonde llegó un hombre a recibir el domicilio en una camioneta de alta gama, al que capturaron. Viviana lo reconoció. La había hackeado y extorsionado un compañero de la universidad.

Los casos de extorsión por redes sociales están disparados. Como la cuarentena aisló a las personas y la virtualidad se volvió el escenario de muchas actividades, los delincuentes encontraron allí un espacio para explotar. Entre el 25 de marzo, cuando comenzó el aislamiento, y el 11 de agosto el Gaula ha registrado 914 casos de extorsión por internet, lo que marca un incremento del 76 por ciento frente al mismo periodo del año pasado. Este delito creció en internet, pero disminuyó en la presencialidad. En lo que va del año, van 3.723 casos de extorsión en todas sus modalidades, frente a los 5.197 registrados en 2019 hasta estas mismas fechas.

“A pesar de que la extorsión tiene una reducción importante en épocas de la pandemia, es preocupante cómo la utilización de las redes sociales ha aumentado en este tipo de hechos”, dice el general Fernando Murillo, director del Gaula de la Policía, quien ha capturado a 1.047 extorsionistas en 2020.

El alto oficial explica que las niñas entre los 13 y 17 años suelen ser víctimas de estas extorsiones virtuales. Las contactan por redes y les ofrecen falsos trabajos como modelos. Así les piden fotos íntimas con las que luego las chantajean. A quienes trabajan como modelos en las sexcams también los extorsionan diciéndoles que si no pagan, les contarán a sus familiares y difundirán sus videos sexuales.

Así mismo, el Gaula detectó la modalidad de la falsa encomienda. Por las redes los delincuentes contactan a su víctima y suplantan a alguno de sus familiares que vive fuera del país. De esta manera, le piden que reciba una encomienda. Días después, a la víctima le entra una llamada en la que un supuesto empleado de la empresa de envíos le dice que debe pagar impuestos por la llegada de ese producto al país. También los extorsionan diciendo que son funcionarios de la Dian y que encontraron sustancias ilegales en el envío. Les piden dinero para evitar problemas judiciales. Muchas de estas llamadas extorsivas provienen de cárceles como la de Cómbita, Picaleña o La Picota.

El Gaula recomienda que, en estos momentos en que las relaciones familiares, el trabajo y hasta la sexualidad se volcaron a internet, las personas asuman precauciones máximas en la virtualidad. Entre esas, no aceptar solicitudes de amistad de desconocidos, fortalecer las contraseñas de sus redes, establecer protocolos de privacidad más rigurosos en sus cuentas y, sobre todo, denunciar cuando los extorsionan.