Pandemia
Se están muriendo: la tragedia de los no vacunados en Colombia
Las cifras de Colombia y otros países son consistentes. Quienes no han recibido la inmunización contra la covid-19 tienen un riesgo hasta diez veces más alto de hospitalización y muerte.
Por tercera semana consecutiva, aumentaron los casos y fallecimientos por covid en Colombia, y solo en los últimos ocho días, según el epidemiólogo Jaime Ordóñez, el porcentaje de nuevos infectados subió casi 33 por ciento. Eso presagia lo que todos más temen: una nueva ola. Y, ante esa amenaza, la población en mayor riesgo será la de los no vacunados, especialmente quienes se encuentran en edades vulnerables (más de 50 años) o tienen comorbilidades.
De hecho, muchos llaman a este pico la ola de los no vacunados, pues serán ellos los más susceptibles al virus. Además, podrían ser un vector de contagio en la sociedad al transmitirlo a otros ya inmunizados. Que los no vacunados morirán más se sabe por muchos estudios hechos en diferentes partes del mundo. En Estados Unidos, donde el pico propiciado por la variante delta ya se presentó, las curvas de sobrevivencia entre vacunados y no vacunados hablan por sí solas.
Solo en Texas, según un reporte realizado por el departamento estatal de salud con datos de enero 15 a octubre 1, los no inmunizados tenían más riesgo de infección, hospitalización y muerte que aquellos que recibieron la vacuna.
En ese periodo hubo un total de 29.000 muertes asociadas con covid, y más de 85 por ciento correspondía a individuos que no recibieron el pinchazo en el brazo. Casi 7 por ciento de las muertes ocurrieron entre gente parcialmente vacunada (una sola dosis), y 8 por ciento, entre vacunados con esquemas completos. En otras palabras, en Texas los no vacunados tuvieron un riesgo 40 veces mayor de morir que quienes habían completado su esquema.
En otro estudio, realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos, los inmunizados tuvieron cinco veces menos riesgo de infectarse de covid-19, diez veces menos posibilidades de enfermarse y once veces menos oportunidades de terminar en un hospital y morir. Todo lo contrario sucedió con los no vacunados, que tuvieron once veces más oportunidades de fallecer por dicha enfermedad.
Estas cifras varían dependiendo de la metodología y las poblaciones estudiadas, pero reflejan la dura realidad en ese país, donde ha habido más inequidad en el acceso a las vacunas dependiendo del estado.
Algunos han promovido el acceso universal, aunque otros ni siquiera han hecho búsquedas activas, lo que ha llevado a una cobertura más baja de vacunación en adultos mayores y personas en riesgo. Además, hay una gran resistencia de ciertos estados a vacunarse por ideologías y partidismos.
Encima de todo, el movimiento antivacunas ha creado caos y desinformación. Aun así, las gráficas muestran curvas de supervivencia similares allí como lo han hecho diversos estudios en otras partes del mundo. “No es que no se infecten los vacunados, claro que se infectan, pero la probabilidad es abismalmente distinta sobre todo en complicaciones y muerte”, señala Julián Fernández, director de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud.
Cabe recordar que las vacunas contra la covid-19 no son perfectas. Pero, como lo dice la epidemióloga Maylen Rojas, ninguna de las vacunas con que hoy cuenta la humanidad para protegerse de ciertos patógenos lo son. Eso sumado a variables como la edad, el sexo y las comorbilidades hacen que su efectividad varíe según el individuo. Esto no significa que las vacunas no sirven, sino que, por ejemplo, “son más efectivas para adultos que para adultos mayores.
En personas entre 60 y 69 años, la efectividad para prevenir muerte es del 87,6 por ciento, pero desciende para las personas de 80 y más a 61,2 por ciento”, dice Rojas. Un trabajo realizado por investigadores del Ministerio de Salud con base en información del Plan Nacional de Vacunación encontró tendencias similares a las de Estados Unidos.
La vacunación contra covid-19 redujo el riesgo de hospitalización sin muerte posterior en 61,3 por ciento, y disminuyó el riesgo de muerte después de hospitalización en 79,8 por ciento; además, aminoró el riesgo de muerte sin hospitalización previa en 72,8 por ciento.
Otro hallazgo importante fue que la efectividad de las vacunas, tanto para hospitalización como para muerte por covid-19, disminuyó a medida que aumentó la edad de los adultos. De ahí la importancia del refuerzo en los mayores de 60 años después de seis meses de la segunda dosis.
Con todo, “a nivel internacional y nacional hay evidencia consistente y rigurosa de que los vacunados reducen varias veces su riesgo cuando se los compara con los no vacunados”, sostiene Fernández.
El ministerio no tiene las cifras o porcentajes de las personas no vacunadas que hay actualmente entre los hospitalizados y fallecidos recientes. Aunque este dato mostraría la disparidad entre ambos grupos, según Fernández dicho indicador no es bueno por varias razones. Una es que hay variables (edad y comorbilidades) que afectan la protección de una persona y que dejan vulnerable a un individuo aun si está vacunado.
Además, esa cifra tampoco es diciente en un momento en que la cobertura de la vacunación es alta, como sucede ahora en Colombia. Comparado con Estados Unidos, en el país tenemos mediciones más altas de vacunación para los grupos de riesgo, con 95 por ciento de los mayores de 80 años cubiertos.
“Claramente, si vacuné a todos los de ese grupo de riesgo, resulta razonable que mueran algunos de esos vacunados durante los picos”, afirma Fernández. Pero, si se muestran los datos así, daría la idea falsa de que las vacunas son ineficaces. La otra razón es que resulta más difícil detectar diferencias cuando la transmisión es baja, como sucede ahora en el país (ver gráficas).
No obstante, en las ucis sí se ve la diferencia. Según Juan Gabriel Cendales, director de la Fundación Cardioinfantil, “a pesar de no tener cifras grandes que permitan hacer análisis estadísticos significativos, lo que vemos es que hay mayoría de pacientes no vacunados que vacunados en cuidado intensivo”.
Expertos de la Asociación Colombiana de Medicina Interna (Acmi) sostienen que desde mayo hasta hoy el personal de salud tiene un riesgo cuatro veces menor de infección y once veces menor de enfermedad grave. Sin embargo, a medida que avanza la cobertura de inmunización habrá más vacunados entre los enfermos y fallecidos.
“Aunque parezca contraintuitivo, este fenómeno se da por la cobertura. Si tengo al 95 por ciento de los mayores de 80 vacunados, la mayoría de quienes enfermen o mueran de covid serán vacunados”, explica Fernández. Pero quienes no están vacunados siempre estarán en mayor riesgo ante la covid por una sencilla razón: “Son susceptibles al virus, porque no tienen protección inmunológica”, dice Rojas.
Gracias a la vacunación, ya el país está viendo menos hospitalizados y fallecidos en general entre el grupo de inmunizados. En este momento, el Ministerio de Salud vacunó con esquema completo al 45 por ciento de la población. Por eso esta ola será diferente a las demás.
Según los cálculos de Ordóñez, Colombia alcanzaría 25.525 casos nuevos semanalmente, o sea, un promedio diario de 3.646. Será una ola que, aun cuando no resultará tan grave como la anterior, sin duda afectará a las personas que no han recibido la inmunización. Como diría Pambelé, es mejor estar vacunado que no vacunado.