Cundinamarca
Se hacían pasar por trabajadores para robar y secuestrar a propietarios de fincas en Cundinamarca
De acuerdo con la Fiscalía seccional Cundinamarca, los integrantes de esta organización delictiva actuaban en complicidad con delincuentes ya encarcelados.
Un banda dedicada a robar y a secuestrar a propietarios de fincas en varios municipios de Cundinamarca fue desmantelada por las autoridades que revelaron este domingo el modus operandi que incluía hacerse pasar como trabajadores que realizaban labores de remodelación.
De acuerdo con la Fiscalía, la captura de los integrantes de esta organización delictiva se logró con el con el apoyo de la Policía Nacional.
“Se impactó a la organización delincuencial Los Gerberth II, con la captura de siete de sus presuntos integrantes, que venían afectado la seguridad ciudadana de los municipios de Nilo, Ricaurte, Girardot, Fusagasugá y Soacha, (Cundinamarca)”, señaló el ente acusador en un comunicado.
Los procesados investigados por presuntamente realizar secuestros exprés, también se dedicarían a cometer hurtos con la utilización de armas blancas y armas de fuego.
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Los hechos materia de investigación ocurrieron el 8 y 29 de octubre de 2020, el 7 y 25 de noviembre de 2020, y el 13 de diciembre de 2020.
Asimismo, se evidenció, de acuerdo con las indagaciones, que los procesados frente a las víctimas contactaban a alias el Patrón o Boligoma, quienes se encuentran recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá) y la Tramacúa en Valledupar, respectivamente, para coordinar los actos extorsivos.
Se pudo determinar, según los elementos probatorios, que desde los centros carcelarios se presentaban como comandantes de algún grupo guerrillero, y le informaban a los secuestrados que debían entregarles los teléfonos de sus familiares para negociar la liberación.
Los hechos investigados indican que cumplían diferentes roles dentro del grupo delincuencial, desde el reclutamiento de personas para ejecutar los secuestros, personal de vigilancia para cuidar a los retenidos, hasta personas que prestaban su cuenta bancaria para recibir el dinero producto de las extorsiones y así lavar el dinero y borrar los rastros de su procedencia.
El ente acusador señaló que debido a la contundencia del material probatorio, el Fiscal 1 Especializado ante el Gaula de Cundinamarca les imputó los delitos de secuestro extorsivo, hurto calificado y agravado, fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, concierto para delinquir en concurso con uso de menores de edad para la comisión de delitos.
“Conformaron un grupo (a través de un sistema de mensajería) con todos los integrantes para impartirles instrucciones y explicarles cual iba ser el modus operandi. Ellos deciden los sitios rurales con casas abandonadas o fincas extensas con broches de ingreso donde puedan citar a las víctimas, una vez llegan al sitio las reducen con armas de fuego”, advirtió el fiscal destacado ante el Gaula en la audiencia de imputación de cargos.
Agregó que, mientras los procesados ejecutaban el secuestro, los menores utilizados para los ilícitos se llevaban los vehículos hurtados para venderlos en Bogotá.
En el desarrollo de la audiencia se pudo establecer que los procesados, al parecer obligaban a las personas afectadas a entregar sus claves de sus tarjetas para vaciar las cuentas de crédito y de ahorros.
Tras la imputación de cargos y la legalización de la captura, el juzgado determinó que a estas personas se les dictara medida de aseguramiento intramularal por lo que fueron trasladadas a las cárceles La Modelo y El Buen Pastor en Bogotá.