Nación
La Casa Blanca hizo pública conversación en la que el presidente Ford, Kissinger y Alfonso López hablan por primera vez de drogas y de entrega del Canal de Panamá
En la reunión, en 1975, se habla de los problemas que enfrentaba la negociación para que los Estados Unidos le devolvieran el canal a Panamá.
El 25 de septiembre de 1975 en Washington, el entonces presidente de Colombia, Alfonso López Michelsen, tuvo una reunión clave para el país con el entonces presidente de Estados Unidos, Gerald Ford. La conversación quedó transcrita en los archivos de la Casa Blanca y fue desclasificada este fin de semana, como es usual en los documentos de ese país que, tras el paso de los años, adquieren carácter público.
La cita duró exactamente una hora, de 11:17 a. m. a 12:17 p. m. Muy pocas personas asistieron. Por Estados Unidos estaban, además del primer mandatario, Henry A. Kissinger, secretario de Estado, y el general Brent Scowcroft, encargado de los asuntos de seguridad nacional.
“Es un verdadero placer conocerle y tenerlo aquí”, le dice el presidente Ford, para darle la bienvenida a López. El presidente colombiano le contesta el saludo y le dice que le agradece por toda la ayuda que ha recibido de los Estados Unidos, pero que ya puede ser el momento de dársela a países más necesitados.
Ford, sorprendido, le cuenta que hay otros países que piden sin necesidad y que eso le genera enormes problemas con el Congreso de su país. “Es un muy fino ejemplo y va a ser muy útil para otros países”, puntualiza Ford. López le contesta con un dato clave para la economía del país del momento: las exportaciones de café crecieron 40 % y se vive una bonanza.
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La conversación pasa a otros temas más espinosos, y ambos comienzan a hablar del narcotráfico. “Sobre el problema de las drogas... Es un problema mundial, pero debido a nuestra situación, somos el centro del tráfico. Hice una declaración contundente porque el New York Times nos culpó”, le cuenta López. Y Ford le contesta con un comentario jocoso: “A mí me culpan por todo lo demás”. López le cuenta que para un país pequeño como Colombia esa lucha es difícil, porque la contraparte cuenta con botes, aviones y mucho dinero. Y Ford le dice que Estados Unidos puede darle una mano.
“Nos vendría bien la tecnología y la ayuda económica. Podríamos usar helicópteros para encontrar dónde aterrizan los aviones. Los atrapamos todo el tiempo”, sostiene López. “Dimos 900.000 dólares para eso”, dice.
“Haremos todo lo que podamos. Es un problema terrible para nosotros y queremos hacer todo lo posible. ¿Necesita personal técnico o dinero, ambos o qué?”, agrega López. Ford agrega que “eso es correcto. Hemos descubierto que después de la disminución del consumo de drogas, recientemente ha vuelto a aumentar y con drogas más duras”.
“No podemos controlar la marihuana. Intentamos controlar el tráfico, pero nos concentramos en la cocaína y la heroína”, agrega López.
De inmediato, el presidente colombiano interrumpe esa charla y le propone uno de los temas más álgidos de las relaciones en el momento: “Ahora discutamos Panamá”, dice. Mira a Kissinger y hace un apunte con risa: “su tema favorito”. Le cuenta que el presidente Martín Torrijos lo visitó hace poco y Kissinger le dice que él también se reunió con él hace un año.
López le responde a Kissinger que lamenta mucho que hayan atacado la embajada de Estados Unidos en Panamá y Kissinger le contesta sin titubear: “Están cometiendo un error. Estamos intentando que quede hecho, pero tenemos que decir ciertas cosas. El país vive un momento muy emotivo y no podemos hacerlo hasta que terminen las elecciones. Entonces podremos firmar en 1977″, asegura.
El presidente colombiano le dice claramente lo que quiere Panamá sobre el canal: “quieren tener una jurisdicción total”. Y Kissinger le explica que eso no sería el problema, pero que es necesario esperar a que se cumpla un periodo de transición. López le contesta con una pregunta muy directa: “¿Ustedes necesitan las 14 bases?”.
“Podemos maniobrar para poder ceder más, pero si tenemos que hacerlo todo ahora y con publicidad, el Congreso lo detendrá. Debemos tener tiempo. Enviamos un equipo diferente allí y descubrimos que podemos renunciar a muchas cosas. Podemos ir cediendo poco a poco para que en un periodo de tiempo obtengan lo que necesitan. Pero necesitamos maniobrar. La Cámara acaba de votar nuevamente para quitarnos nuestra capacidad de negociar”, sostiene Kissinger.
El presidente Gerald Ford entra en la conversación y cuenta que 32 senadores le enviaron una carta en contra del tratado.
La conversación sube de tono y en un momento López les dice: “Quiero dejar claro que no estoy amenazando. No soy portador de ninguna amenaza... No quiero decir que sin un tratado Panamá podría ser otro Vietnam”. El presidente Ford le contesta amablemente que siempre será muy bienvenido en Washington y que no entiende eso como una amenaza.
Luego de ese respiro, los dos siguen hablando de otros asuntos económicos como la inflación. Y la cita se termina y se despiden cordialmente.
*La semana pasada, Henry Kissinger, nobel de Paz y ex secretario de Estados de los Estados Unidos, falleció a los 100 años.