Se inició crucial reunión entre Marta Lucía Ramírez y el embajador de EE. UU. en Colombia por crisis migratoria

Se inició la extraordinaria reunión entre la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez con el embajador de Estados Unidos en Colombia Philip Goldberg para atender la crisis migratoria de haitianos en el país, panorama que se ha agudizado recientemente en varias regiones del territorio nacional.

En ese encuentro, que cuenta con la participación de funcionarios de alto nivel del departamento de Seguridad de Norteamérica y el director de Migración Colombia, se buscarán medidas que se puedan adoptar para ponerle frente a las dificultades sociales por las que atraviesan los ciudadanos del país caribeño. Además de atacar la trata de personas y lavado de activos en el continente.

De acuerdo con datos oficiales, se ha identificado un incremento de 2210 % en migración irregular durante 2021. “Requerimos medidas concertadas y ambiciosas para atender esta situación, con visión de solidaridad, humanidad, corresponsabilidad y seguridad”, expresó el Gobierno nacional por medio de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.

Hace varios días, frente a la crisis migratoria de haitianos que persiste en el país y la cual parece que se está profundizando cada día, el presidente de la República, Iván Duque, aseguró que ya no es un tema solamente que compete a Colombia o a Panamá, al ser países de tránsito, e insistió que ese caso social en particular “es mucho más grande”.

“Colombia más que un corredor ha tenido una cooperación en muchas de estas materias con Panamá, pero aquí háblelos la situación como se está presentando, yo creo que esto ya no es un tema solamente de Colombia o de Panamá”, indicó el presidente Duque.

En esa ocasión, el mandatario colombiano fue más allá explicando ese fenómeno de la migración: “La situación que se está viviendo con los migrantes haitianos es mucho más grande, porque estamos hablando de un país que viene de un desastre natural como lo es un terremoto, viene también de los efectos de la pandemia, tiene un aparato económico bastante afectado y altos niveles de desempleo”.

Por otro lado, Carlos Camargo, defensor del Pueblo de Colombia, y Eduardo Leblanc González, defensor del Pueblo de Panamá, enviaron una carta a las cancillerías de ambos países refiriéndose a la crisis migratoria que se ha acrecentado durante los últimos días. En la misiva resaltan que el drama que viven las miles de personas que intentan cruzar de un país a otro, en su camino hacia Norteamérica, está “llegando a niveles de lo inhumano”. Puntualmente, se refirieron al naufragio en Urabá y sus sobrevivientes.

El documento firmado por ambos funcionarios públicos, va dirigida a Erika Mouynes, canciller panameña, y a Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta y canciller de Colombia. En esta, ambos resaltan el naufragio de un navío ilegal el pasado 10 de octubre en horas de la noche en el Golfo de Urabá, en el que se transportaban migrantes haitianos y venezolanos, las dos nacionalidades que representan el mayor flujo migratorio que pasa por Colombia.

Los ciudadanos migrantes han expresado que temen por su seguridad, ya que dieron información a las autoridades sobre los traficantes ilegales responsables de la embarcación, según resalta la misiva. “Durante más de 18 horas a la deriva, 21 personas lograron sobrevivir pero vieron como morían en sus brazos algunos de sus familiares. Al momento hay tres cadáveres y seis personas desaparecidas. Las huellas de las horas del naufragio están en sus cuerpos: quemaduras, irritaciones y cortes, además de las cicatrices emocionales. La mayoría perdió su dinero, sus bienes y sus pasaportes, y permanecen en Acandí con el acompañamiento humanitario”, ilustra el documento.

Por lo anteriormente mencionado, Camargo y su homólogo les solicitan a las cancilleres, por medio del documento, que se construya una vía humanitaria exprés entre Colombia y Panamá para las 21 personas sobrevivientes. Así, pretenden que puedan llegar por vía marítima al puerto de Panamá, para continuar su viaje hacia el norte sin dificultades y los problemas que implica atravesar el llamado Tapón del Darién. De lo contrario, podrían quedar expuestos a las organizaciones criminales de traficantes migrantes que no tienen otro objetivo más que “sacarle provecho económico a este drama humano”.