Confirmada la primera masacre de 2023: cuatro personas fueron asesinadas en el Cesar. Los sicarios llegaron disparando a ‘El Pentágono’

En el 2023, la violencia no da tregua en el país. Luego de las festividades de Navidad y Año Nuevo, no son buenas las noticias en materia de seguridad.

Indepaz informó de manera oficial que en el primer día de este año ya ocurrió una masacre. Según la organización, el hecho delictivo se perpetró en el departamento del Cesar, exactamente en la vía que comunica a Ocaña con el municipio de Río de Oro.

Según el comunicado de Indepaz, personas armadas llegaron al lugar conocido como El Pentágono. Allí le dispararon al propietario del local y a un hombre que se encontraba en una de las mesas del mismo. Las esposas de las víctimas también sufrieron lesiones con arma blanca. Las dos fallecieron debido a las graves heridas que les ocasionaron los asesinos, a pesar de haber recibido atención médica prioritaria.

Las víctimas mortales por arma de fuego fueron identificadas como Rodrigo Meza de 57 años de edad y Edward Vacca. Las mujeres heridas y asesinadas con arma blanca eran Marlen Villamizar Rozo y Mildre Ortíz Pérez.

La triste cifra de líderes sociales asesinados en el país

Indepaz y la Defensoría del Pueblo revelaron alarmantes cifras de los ataques y asesinatos de líderes sociales en Colombia. Teniendo como último registro el pasado mes de noviembre de 2022, se reportaron 171 líderes asesinados, 58 de los cuales han ocurrido desde que Gustavo Petro asumió la Presidencia.

De acuerdo con Indepaz, esta es la cifra más alta que se había registrado desde 2021, con 161 casos.

El perfil de los líderes sociales asesinados durante 2022 es calcado. La mayoría son personas de escasos recursos económicos, habitantes de zonas rurales donde ejercen labores como presidentes de juntas de acción comunal, representantes de organizaciones sociales, coordinadores de proyectos sociales o miembros de cabildos indígenas, así como de comunidades afrodescendientes.

Por ejemplo, Carlos Andrés Posada, a quien asesinaron el pasado 14 de noviembre en la vereda Mandarinos, zona rural de Ituango, se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal y, aunque salió desplazado por amenazas de muerte, en julio de 2021 regresó con cuatro mil personas, todas víctimas del conflicto armado, a quienes lideraba en el proceso de retorno a sus territorios.

También adelantaba proyectos productivos y de infraestructura para su comunidad, pero todo eso quedó paralizado cuando el 14 de noviembre hombres armados entraron hasta la sala de su casa y lo atacaron con ametralladoras a quemarropa. La muerte de Carlos Andrés originó un nuevo desplazamiento en ese municipio antioqueño. Y tal parece que en esta escalada violenta, los líderes sociales no están a salvo ni en sus casas.

A Francisco Sarco Pipicay y Carlito Urágama Cano, miembros de la guardia indígena de la comunidad emberá Playa Bonita de Quibdó, Chocó, los asesinaron el 11 de noviembre también en la sala de su casa. Los comuneros compartían vivienda. Los hombres armados llegaron en la madrugada, balearon la puerta, entraron, hicieron arrodillar a Francisco y Carlito, luego les dispararon en frente de sus familiares. En las indagaciones preliminares de las autoridades reposa en el acta que “nadie vio, ni escuchó nada”.

Contrario a lo que se creía, los asesinatos durante el gobierno del presidente Gustavo Petro no han sido el centro del discurso del mandatario, ni de sus ministros. Poco se ha hablado del tema, más allá del planteamiento de una paz total que cobije a diferentes actores de la violencia en Colombia. No obstante, mientras empieza a caminar con firmeza esa iniciativa de paz, aquellos que se acogieron al proceso de la Habana siguen siendo asesinados también.