“Tenemos que creer de verdad en que el país somos todos”

SEMANA: ¿A quiénes busca beneficiar este proyecto? ¿A quiénes está dirigido? Y, para un futuro, ¿cómo se puede participar?

Cristina Plazas Michelsen: La Segunda Macrorrueda para la Reconciliación es un espacio para que más de 120 emprendedores, que vienen de diversas regiones del país, se conecten con grandes empresarios para cerrar negocios que les den a sus proyectos productivos y sociales toda la fuerza que necesitan para convertirse en empresas prósperas, para promover el desarrollo de las regiones y para contribuir con ello en la consolidación de la Colombia que todos queremos.
Este año la Macrorrueda tendrá unos 6.000 beneficiarios indirectos que empezarán a transformar sus condiciones de vida a partir de los negocios y alianzas que hagan estos 120 emprendedores que hemos elegido para esta segunda edición. Además, este será un espacio para probarle al país que todos tenemos algo que aportarle a la reconciliación.

SEMANA: Para las personas que no conocen cómo funciona la Macrorrueda, ¿cuál es el sistema? ¿Qué ocurre en los dos días del evento?

C.P.M: En la Macrorrueda nuestros emprendedores presentan sus pequeños proyectos a los empresarios, en citas que hemos programado con anticipación para cerrar los negocios que les van a permitir pensar en grande. También tendremos una agenda con más de 30 panelistas que compartirán sus experiencias de liderazgo y procesos de transformación social con más de 1.200 asistentes. En esta jornada, que se llevará a cabo el 27 de noviembre, primer día del evento, pueden participar todas las personas que compartan el sueño de construir país. Solo tienen que inscribirse, ingresando a http://macrorrueda.reconciliacioncolombia.com/web/registro/espectador

SEMANA: ¿Por qué los proyectos de bienestar social no pueden estar alejados de la viabilidad económica?

C.P.M: Es un hecho. Si de verdad queremos tener iniciativas que produzcan impacto social y desarrollo en las comunidades, necesariamente tenemos que pensar en apoyar su viabilidad económica y sostenibilidad. De nada sirve que un grupo de mujeres campesinas en Toca (Boyacá) hayan tenido la valentía de unirse para poner todo su empeño en la tarea de cultivar la mejor papa del país, si no tienen cómo transportarla hasta el lugar óptimo para venderla, si nadie conoce su iniciativa o si no cuentan con los suficientes clientes para comercializarla. Tenemos que creer de verdad en que el país somos todos y convertir esa convicción en hechos, en acciones tangibles que nos ayuden a consolidar la verdadera paz.

Puede leer: Así será la II Macrorrueda para la Reconciliación

SEMANA: ¿Cuál es la importancia que tiene un evento como este en el posconflicto?

C.P.M: La importancia de la Segunda Macrorrueda para la Reconciliación en este momento crucial del posconflicto está en que este es un espacio de conexiones reales que generan oportunidades reales para miles de familias que lograron superar situaciones muy difíciles, derivadas no solo de los horrores del conflicto armado, sino también del abandono estatal y de la indiferencia de un país que aún no sabe cómo hacer aportes concretos a la paz.

SEMANA: ¿Cómo ha sido su experiencia a la cabeza de una organización como Reconciliación Colombia?

C.P.M: Para mí es un privilegio ocupar un cargo que me permite liderar a un grupo de colombianos que comparte conmigo la convicción de que sí es posible cambiar el mundo. Líderes de la empresa privada y de organizaciones de todos los sectores que han entendido cómo la verdadera paz se construye desde sí mismos. Colombianos que creen en el inmenso valor de tender puentes entre lo que cada uno es y lo que otros necesitan para llegar a lo que quieren ser.

SEMANA: ¿Cuál esperan que sea el resultado de esta segunda Macrorrueda?

C.P.M: Nuestra expectativa este año es que podamos cerrar negocios y alianzas por más de 9.500 millones de pesos, para que todos nuestros emprendedores puedan llevar a sus familias y a sus comunidades oportunidades reales para el crecimiento de sus pequeñas empresas, la generación de empleo y el desarrollo de sus comunidades. Oportunidades que, en últimas, son oportunidades de paz.