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SEMANA descubre nueva modalidad para engañar a incautos extranjeros: el amor se convierte en el arma predilecta
La pandemia del coronavirus aumentó el número de relaciones sentimentales por internet, sin importar las distancias. Sin embargo, cupido flechó corazones y billeteras.
Thomas* está en Canadá, cada vez que mira su celular y lee una línea de los mensajes de amor que compartió con Dayana*, una manizaleña que fue su novia por casi tres años, no puede contener que una lágrima se escape; aún no identifica si es tristeza, ira, frustración o vergüenza lo que lo invade. Se iban a casar, hablaban de tener hijos, de disfrutar la nacionalidad estadounidense que él les proporcionaría, y heredarían de su madre el sabor latino. Todo quedó en sueños, contempla durante varios minutos una de las fotografías que ella le envió meses atrás apoyada en una camioneta de alta gama que él le regaló. “Yo lo veía como algo tierno, pero mis amigos colombianos hoy se burlan, me dicen: le hicieron conejo al marrano”, dice el hombre de 33 años, que pensó haber encontrado el amor de su vida en Facebook.
Estudios realizados por analistas de medios digitales indican que con la pandemia las personas entendieron que se pueden tener amores sin importar la distancia. Se estima que, en 2020, 270 millones de personas de todo el mundo utilizan aplicaciones de citas, casi el doble de las que lo hicieron cinco años atrás. La agencia de mercadeo MIB Marketing & Business le dijo a SEMANA que los cuatro portales de citas más visitados por los colombianos son Latin American Cupid, de las visitas que recibe, el 14,83 por ciento son de “solteros” que buscan relaciones serias y viven en Colombia y el 25,57 por ciento son provenientes de Estados Unidos. Mejor Amor es la segunda aplicación con más auge, Colombian Cupid ocupa el tercer puesto y Badoo, el cuarto.
Para la sexóloga Flavia Dos Santos, “los extranjeros se ‘encaramelan’ con las latinas porque resultan interesantes las conversaciones y lo exótico”. Explica que el ser humano se enamora de aquello que es diferente, por eso descubrir culturas resulta estimulante para muchos y la curiosidad alimenta las relaciones a distancia. Asegura que se puede tener una relación sin verse todos los meses. La parte digital abrió la posibilidad de entablar una relación de interés real que requiere de creatividad y sensibilidad para que sea exitosa.
Eso también pensaba Thomas, así que seguía las recomendaciones que encontraba en los portales de citas para mantener viva la llama del amor con Dayana, seis años menor que él. Mantener contacto permanente, tratar de que fuera la primera persona en escuchar al levantarse y la última al acostarse. Analistas de tecnología dicen que una pareja a distancia envía 400 mensajes de texto en promedio semanalmente. Entre una charla y otra, Thomas decidió viajar a Colombia luego de dos meses de tener contacto con su enamorada. Para ese entonces, ella trabajaba en una entidad pública; joven y bella naturalmente, sin cirugías estéticas. Cuando regresó a su país, le contó que había perdido el empleo, así que se estaba viendo alcanzada con los gastos. Él decidió apoyarla económicamente, le giraba cada mes la mitad de su salario, 2.000 dólares y así lo hizo sagradamente durante dos años. Él viajaba a Colombia cuatro veces al año.
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Ella le decía que cada vez que la visitara la vería más bella, pero para eso requería arreglarse los labios, los senos, la cola, hacerse la liposucción, y entre uno que otro retoquito, el norteamericano gastó en cirugías más de 30 millones de pesos, que finalmente se reflejaban, según él, en su hermosura. En uno de los viajes le regaló una camioneta negra que le costó 180 millones de pesos. Con el paso de los meses se dio cuenta de que la camioneta tenía un proceso de extinción de dominio, por el antiguo dueño, así que la guardó en el parqueadero para que las autoridades no se la quitaran. Thomas recuerda el día en que ella le contó, muy triste, que no tenía en qué movilizarse, así que decidió darle una sorpresa. Hipotecó su casa en Norteamérica, mientras recibía un dinero extra de un negocio que estaba haciendo, viajó a Colombia y le dio el dinero, cerca de 200 millones de pesos, para la compra de otra camioneta. Ella dijo estar más enamorada que nunca y él se marchó. Hace dos semanas recibió la llamada de una mujer que dijo ser amiga de Dayana y le contó que ellas se dedicaban a estafar extranjeros y que Dayana nunca sería su esposa. Cuando Thomas empezó a interrogar a su pareja, ella lo bloqueó y se mudó de casa, no volvió a saber nada de ella.
Jeison Villamil, coordinador operativo a nivel nacional de Asesores-IP, una agencia de investigadores privados ubicada en Colombia, asegura que al mes atienden, en promedio, 15 casos similares al de Thomas. Muchos llegan pidiendo que les ayuden a identificar si su pareja les está siendo infiel y se llevan la sorpresa de que en realidad los estaban utilizando para sacarles dinero. La mayoría de las víctimas son hombres entre los 50 y 80 años, de Estados Unidos, España, Italia, México y Chile. Las mujeres que les roban sus corazones suelen tener entre 20 y 30 años.
Villamil conoció el caso de un hombre que en seis meses le entregó a una joven más de 500 millones de pesos para comprar una casa. Para las autoridades, esta es una de las modalidades de estafa más difíciles de probar, pues poco se denuncia ante el temor de la burla por caer tan fácilmente.
George* es un ciudadano británico de 86 años que hace ocho meses conoció a Laura*, una joven de 28 años que vive en Medellín, Antioquia. Tenían un romance a distancia y ella manifestaba pasar una situación económica difícil, así que él le mandaba cada semana algunos dólares. Vino en dos oportunidades a Colombia, en la última, Laura lo invitó a la casa de la mamá, supuestamente, para presentarlos porque su progenitora quería agradecerle lo especial que era. Al llegar a la dirección que lo citó, salieron cuatro hombres que lo golpearon y le quitaron sus celulares, lo retuvieron durante 13 días, pegándole con medias rellenas de arena, solo dándole agua para obligarlo a entregar información de sus cuentas bancarias. Villamil y su equipo de investigación ubicaron el punto en el que se encontraba, la pareja del anciano era cómplice del delito. Alertaron a las autoridades y lograron rescatar al extranjero. Él viajó y aún las investigaciones en la Fiscalía no avanzan.
Así como esas, hay muchas historias más. Sin embargo, lo cierto es que no se pueden satanizar las páginas de citas de amor o las redes sociales que facilitan esos acercamientos. La sexóloga Dos Santos asegura que los riesgos en historias de amor fallidas o en las que la conquista termina siendo un delincuente puede pasar también en la presencialidad, “¿cuántas personas que llevan varios años casados se despiertan y se dan cuenta de que estaban durmiendo con el enemigo? Las personas que tienen trastornos de personalidad y mente criminal van a buscar la manera de encontrar a sus víctimas”, dice.
Por eso, piden seguir algunos consejos como tratar de conocer el entorno de la familia, viajar de vez en cuando, que la relación no se torne solo en una transacción económica, por más que parezca una labor altruista o de confianza. En otros lugares del mundo son los colombianos las víctimas, cupido está por todo lado, solo que hay que fijarse en que su flecha llegue al corazón y no al bolsillo.