| Foto: Carlos Julio Martínez

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Con 26 años de mora llegó el Estatuto de Oposición

La norma fue aprobada con 53 votos contra 2 en el Senado. En adelante los contradictores del gobierno podrán replicar alocuciones presidenciales, tendrán más plata para financiarse y podrán fijar el orden del día en el Congreso, entre otras garantías.

5 de abril de 2017

Durante más de 25 años, desde que entró en vigencia la Constitución de 1991, el Estatudo de la Oposición no ha sido más que letra muerta en la carta política. La ocasión en que el país estuvo más cerca de hacer de esa garantía una realidad concreta fue hace seis años, sin embargo también aquella vez todo terminó en frustración. Ahora, tras la firma del acuerdo de paz con las Farc, parece irreversible que la deliberación política se dará con garantías para quienes se ubiquen en la orilla opuesta al gobierno de turno.   

Febrero de 2011 puede ser recordado como el mes en el que la oposición política, encabezada por Polo Democrático, estuvo más cerca de alcanzar el esquivo objetivo. El Estatuto de Oposición se discutía en ese momento con avances significativos, pero los cuadros del Polo al final se terminaron levantando de la mesa aduciendo que no tenían las garantías electorales, pues –según ellos– una ley, la 190 de 2010, en su artículo 47, cambiaba las reglas de juego y dejaba por fuera del censo electoral a los militantes de ese partido.

En ese momento, el Polo estaba bastante disgustado con el gobierno porque en las elecciones del 2010 los dirigentes le pidieron a los militantes no votar por Santos ni Mockus en señal de rechazo. Justamente esa ley modificaba el censo y solo quedaba conformado por el número de cédulas de las personas que votaron en las elecciones anteriores, más las cédulas expedidas, junto con quienes se inscribieran, reduciéndolo de una manera considerable y dejando por fuera a buena parte de los militantes amarillos quienes acogieron la petición de sus líderes.

Fue noticia hace seis años: Sin acuerdo se levanta diálogo del Gobierno y Polo para Estatuto de Oposición 

Hoy, seis años después de esa “silla vacía”, y cuando el Estatuto está a punto de salir abante en el Congreso, la eliminación de uno de sus artículos en Cámara, el 30 que pretendía crear una procuraduría delegada, y la exclusión de la oposición de las mesas directivas de las comisiones, entregándole el manejo del gasto público a los partidos mayoritarios, como lo criticó Claudia López, tiene al Polo Democrático y a los verdes divididos justamente con el estatuto que les debe entregar las garantías como partidos contradictores del gobierno.  

Este miércoles el Senado aprobó el texto con 53 votos a favor y 2 en contra, sin la presencia del Centro Democrático como principal partido de oposición. Como el articulado es diferente al de la Cámara se irá a conciliación y puede que allí sí entren esos puntos rojos que aún generan divisiones.

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El Polo considera que esa procuraduría delegada para asuntos de la oposición es uno de los pocos mecanismos que tiene el Estatuto para hacer válidos los derechos de la oposición e izquierda colombiana. Así lo dijo el senador Iván Cepeda: “no vale solo con enunciar lo que está establecido a favor de la oposición. Si no hay ningún tipo de mecanismo que vigile cuando algo se viola del Estatuto, este será un saludo a la bandera”.

A pesar de que esa procuraduría quedó eliminada por el mismo ponente de la iniciativa legislativa en Cámara, el representante Humprey Roa, el ponente en el Senado, Roy Barreras, se mantiene en su posición de dejarla viable. Es más, esa coporación la aprobó por eso el Polo tendría un chance en la conciliación.

“Es muy difícil que sean los partidos mayoritarios los que le digan a los minoritarios qué hacer”

Claudia López, senadora de la Alianza Verde, tampoco quedó muy contenta con el Estatuto. Antes de que la plenaria diera vía libre para votar el articulado del proyecto pegó el grito en el cielo porque no había debate para algunas propuestas que ella estaba solicitando. Por ejemplo, que antes de aprobar el presupuesto público de todas las organizaciones públicas, este se haga después de audiencias con la mirada y vigilancia de los ciudadanos para que vean, por ejemplo, qué recursos está solicitando el congresista o si los gremios de su región requieren otros ingresos.

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“Llevamos la bobada de 27 años esperando un Estatuto de la Oposición como para que no se haga un debate riguroso”, dijo López. 

“¡No mienta, senadora: usted no estuvo en el debate anterior!”

Eso hizo que Roy Barreras solicitara la palabra para responderle a la parlamentaria antes de abrir la aplicación para que la plenaria votara el proyecto. Le dijo que lo solicitado estaba en el texto final del Estatuto que se dispone a ser revisado en la conciliación y le pidió que no le mintiera al país ni a sus seguidores

“La senadora Claudia López no asistió a la sesión pasada y por eso no supo ni se dio cuenta que muchas de las propuestas de los senadores sí se incorporaron y sí está en el artículo 22, que lo pueden leer todos, el de las audiencias públicas ciudadanas. Hace de esto un escándalo para hacer populismo incendiario. ¡Lea el artículo 22, usted se equivocó!”, le dijo Roy.

Pero más allá de eso, este Estatuto es una deuda que tienen los gobiernos con los partidos que se declaren formalmente en oposición y que está consagrado en el artículo 112 de la Constitución de 1991, pero en 26 años nadie lo puso en sus prioridades legislativas y no se presentó la ley que lo regularía.

¡Por fin hay Estatuto!

Lo que fue aprobado en el Senado tiene varios beneficios para la oposición e izquierda. Por ejemplo, una vez inicie un gobierno, todas las agrupaciones políticas deberán ir al Consejo Nacional Electoral para manifestar su posición frente a ese gobierno.

La norma establece una partida adicional que vaya al Fondo Nacional de Financiación Política y que equivale al 5 % al monto normal de financiamiento permanente de los partidos y movimientos políticos. Este excedente estará destinado a aquellos grupos declarados en oposición al gobierno.

El acceso a los medios para la oposición también es otro de los puntos que quedó claro en el texto. Cuando el Presidente realice una alocución y esta sea transmitida por los medios de comunicación que usan el espectro electromagnético, la oposición podrá controvertir lo que diga el jefe de Estado con el mismo tiempo y en el mismo horario 48 horas después de ese pronunciamiento. Esto solo será posible tres veces por año.

Otra garantía para los partidos de oposición será que podrán proponer el orden del día de la sesión de la plenera cinco veces por cada período legislativo, incluyendo debates de control político. Y como a veces las plenarias no prosperan por inasistencia de los congresistas, el texto del estatuto deja expreso que “será considerada falta disciplinaria grave del miembro de la respectiva corporación pública, la inasistencia o retiro sin justa causa a las sesiones cuyo orden del día hubiese sido elaborado por la oposición. Igualmente, se le descontarán los salarios y demás emolumentos a devengar durante el día de inasistencia o retiro”.

La izquierda colombiana siempre peleó tener este estatuto, pero ningún partido político apoyó la iniciativa. Por eso muchos sectores lo consideran como un gran paso para generar confianza e igualdad en el Congreso y más ad portas del nacimiento del partido político de las Farc.

Solo resta que se pongan de acuerdo en algunos puntos en la conciliación.