Entre el 2010 y el 2012, se talaron anualmente 1.332 hectáreas de bosque nativo en Casanare. | Foto: Juan Carlos Sierra

MEDIO AMBIENTE

¿Qué tan responsables son las petroleras de la tragedia ambiental?

Los habitantes de Casanare responsabilizan a las petroleras por la pérdida de agua. Ellas responden que no tienen culpas.

25 de marzo de 2014

Nadie recuerda una tragedia ambiental de semejantes dimensiones. Casanare enfrenta una dura sequía que ha acabado con alrededor de 20.000 animales, especialmente en el municipio de Paz de Ariporo, según cifras de la gobernación del departamento. Aunque la situación empezó hace cuatro meses, la noticia se conoció el pasado viernes y desde entonces se buscan responsables.

Algunos de ellos señalan que la explotación petrolera es una de las causantes de los daños del agua en la región. De eso hay un antecedente. En mayo del 2013, cuando Casanare estaba en una sequía similar, habitantes de San Luis y Trinidad, municipios al norte del departamento y relativamente cercanos a Paz de Ariporo, denunciaron para el medio local Prensa Llanera que la explotación del crudo contaminaba el agua y que las explosiones dentro de la tierra para buscar petróleo crean grietas por las que se va el agua represada en los pozos, la misma que beben los animales.

Sobre esta última sequía, el exministro de Ambiente Manuel Rodríguez opinó que es evidente que la explotación del crudo afecta el agua y que lo que hay que pensar es si acabar o no con esa actividad extractiva.

En medio de ese tira y afloje, los petroleros que operan en Casanare, especialmente las siete empresas en Paz de Ariporo (Pacific Rubiales, Ecopetrol, Geo Park, Cepcolsa, Petrominerales, New Granad y Parex), le ofrecieron a la gobernación 530 millones de pesos, entre dinero y maquinaria, para aliviar la situación.

Según ellos, en vez de hacerle mal al departamento, lo benefician. “No estamos generando los problemas de falta de agua. Lo que hemos hecho es solidarizarnos con la región y ofrecer la ayuda que nos pidieron”, explicó para Semana.com, Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo, que congrega a las empresas que explotan el crudo en Casanare excepto a Ecopetrol.

Ante los cuestionamientos de los habitantes de la región y de expertos en cambios climáticos, Martínez responde que no hay evidencias de que los movimientos de tierra que utilizan para buscar petróleo afecten o disminuyan el agua y explica que en Paz de Ariporo prima la exploración y no la explotación del crudo.

Otro de los dardos hacia las petroleras en la Orinoquía lo lanzó hace un año el diputado de Casanare Ramiro Rivera, quien sindicó a esas empresas de descuidar su responsabilidad social en las regiones donde operan. Martínez argumenta que “siempre habrá opiniones al respecto” y que ellos tienen una inversión social anual de 500.000 millones de pesos en todo el país y una de casi 33.000 millones en ese departamento.

Además, él asegura que por cada hectárea intervenida, los petroleros en el país reforestan tres hectáreas y que en sus actividades sólo utilizan un 0,35 % del agua que consume Colombia.


Semana.com consultó con expertos de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) en Casanare y ellos aseguraron que aunque los petroleros no consumen mucha agua sí la profundizan e impiden su uso. Según la SCI, el suelo está dividido por estratos. Los más superficiales pueden estar a 20 metros, de donde se recuperan en seis meses, mientras que otros más profundos alcanzan 500 metros o más y tardan en surgir de nuevo 200 años.

Como el hidrocarburo es tan denso, las petroleras hacen pozos de reinyección de agua al lado de donde están extrayendo el crudo de manera que el agua empuje el petróleo y lo saque. El problema es que esta agua se obtiene de las capas superficiales y queda atrapada en las más profundas, lo que hace que los animales y los humanos pierdan el líquido.

“Las prácticas de deforestación son del sector agrícola y del ganadero. El Ideam tiene claro que hay un problema de usos de suelo pero no por parte de las petroleras”, señaló Martínez.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) no ha expresado quién es el responsable de la sequía de Casanare, como lo explicó para Semana.com su director, Ómar Franco. “En efecto sí hay un problema de usos de suelo, pero no me corresponde decir quién tiene o no la culpa”, aclaró.

Franco explicó que lo que sí es cierto es que la deforestación tiene un impacto directo en la sequía de Casanare. El Ideam registró que ha habido un aumento preocupante en la cantidad de bosques nativos que se están talando para dar paso a actividades agropecuarias.

Entre 1990 y el 2000, la tasa anual de deforestación en Casanare fue de 520 hectáreas de bosque, pero entre el 2010 y el 2012 se talaron 1.332 hectáreas cada año en ese departamento. Esa es una de las evidencias mayores de la sequía que ha causado que en lo que va de marzo sólo hayan caído dos milímetros cúbicos de agua lluvia cuando el promedio para este mes es de 80 milímetros cúbicos.

Pero para el tema de las petroleras, el Ideam asegura que son otras las autoridades nacionales para juzgarlo. A pesar de los constantes señalamientos de la población, la gobernación tampoco se aventura a señalar a los petroleros de ser responsables de una de las sequías más duras que han vivido en los últimos años y dice esperar los estudios científicos pertinentes.

Hasta que no haya una voz del alto gobierno, las empresas petroleras continuarán sus labores cotidianas en una de las zonas del país con más petróleo, como es la Orinoquía, y seguirán firmes en su posición que los recursos girados son colaboraciones. “Le corresponde a las autoridades ver qué hacen con eso y nosotros como petroleros miraremos si nos vinculamos o no cuando necesiten nuestra ayuda. Estamos dispuestos a colaborar”, concluyó Martínez.