Bogotá
“¿Será que yo no pude hacer algo más para salvarle la vida?”: amigo de Javier Ordóñez
Esa es la pregunta que se hace día y noche durante el último año el testigo estrella del caso de Javier Ordóñez. Aunque es consciente de que hizo lo imposible para salvar a su mejor amigo, los recuerdos lo atormentan.
A la 01:15 de la mañana, el tiempo parece detenerse. “Andrés”, el amigo que acompañaba a Javier Ordóñez la madrugada del 9 de septiembre de 2020 y quien grabó el video que estremeció a Colombia y el mundo, dice que según las investigaciones Ordóñez murió a esa hora aproximadamente. En la filmación que hizo en medio de su angustia se ve a policías descargando su pistola eléctrica una y otra vez contra el abogado, pero en su memoria están grabadas las imágenes más impactantes que él presenció, pues luego de las agresiones en la calle, golpeaban brutalmente a su amigo en el CAI de Villa Luz, en el occidente de Bogotá.
“Yo no sabía qué hora era con exactitud, pero luego de rogar que no lo golpearan más, yo sentí cuando Javier dio un suspiro muy fuerte, yo creo que fue ese momento en el que se me murió”, recuerda Andrés, quien asegura que también recibió golpes por tratar de impedir el abuso.
Vive a cuatro cuadras del CAI de la Policía donde ocurrió todo. Y lleva un año tratando de esquivar pasar por el frente. Indica que desde el ventanal grande del CAI se alcanza a ver el espacio donde los metieron a golpearlos sin piedad. ”Yo veo por la ventana ese hueco y no dejo de pensar: “¿será que yo no pude hacer algo más para salvarle la vida?”, pero luego reconoce que por la sevicia que tenían las autoridades, era imposible luchar más.
De hecho, si no fuera porque tuvo la valentía de grabar, quizás el caso hubiera quedado impune. En ese video se evidenció el abuso policial.
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“Ya, por favor, no más”, se ve suplicar a Javier Ordóñez mientras dos policías lo presionan contra el suelo. La cámara se apaga y continúa un calvario incierto que termina con su muerte. Era un desconocido, pero hoy es el rostro de las protestas contra la violencia policial en Colombia. Dejó huérfanos a dos niños de 12 y 14 años, una novia destrozada y sueños truncados.
Un año después las secuelas son evidentes en la vida de Andrés, quien le contó a SEMANA que cada vez que escucha una sirena, su cuerpo se paraliza. No puede seguir caminando y gira su cabeza para mirar si se trata de una ambulancia o de una patrulla, si es la primera, continúa sin problema, pero si ve a policías, se queda impávido mientras esa lo adelanta. “Me toca protegerme de la Policía, eso es absurdo”, pero asegura que a pesar de que la Fiscalía le recomendó irse del país unos meses por su seguridad, no lo hizo.
En el último año siguió recibiendo amenazas y citaciones extrañas, las cuales se incrementaron dos semanas antes de la condena del patrullero Juan Camilo Lloreda a 20 años de prisión, luego de firmar un preacuerdo con la Fiscalía y recibir una rebaja hasta del 50 % de la pena como beneficio por colaborar con la justicia tras varios meses de investigación y donde se recopilaron más de 90 testimonios, varias horas de videos y otras pruebas que demuestran la responsabilidad del policía en el crimen.
“Es una condena muy ridícula por semejante acto tan brutal de matar a alguien a puños, patadas y choques eléctricos. Se notaba la sevicia según las investigaciones, lo golpearon a dos metros y 10 centímetros de llegar a su casa, ¿por qué no lo dejaron entrar y ya?”, cuestiona Andrés.
“Se observaron muchos traumas en la región craneal, en la región de la cabeza y cara, se observaron elementos que nos indican que hubo un politraumatismo. Es decir, que hubo lesiones en diferentes regiones del cuerpo, sobre todo el cuello”, dijo en Semana Noticias Rubén Darío Angulo, médico forense.
La cita que se dieron hace un año los amigos de Javier fue quizás la última noche en la que Andrés tuvo una vida social normal, Lleva 365 días sin salir a departir con su grupo de amigos a la calle o establecimientos públicos. “A ellos les da miedo salir conmigo, por las amenazas que tengo, y a mí me da miedo que alguien nos ataque”, por lo que manifestó que trata de salir lo menos posible.
Por su parte, la familia de Ordóñez también decidió darle un giro a sus planes. La mamá del abogado de 43 años, quien tenía pensado venirse a Colombia a vivir con Javier en diciembre de 2020 tras recibir su pensión en España, no soportó tanto dolor y luego de una crisis nerviosa y de salud, su otro hijo decidió llevársela a vivir a Argentina.
Sus dos hijos aún no comprenden “¿por qué los policías son tan malos?”. Les temen. Este jueves a las dos de la tarde se realizará frente al CAI una conmemoración por la muerte de Ordóñez y para pedir celeridad en el proceso contra el otro patrullero involucrado.
Van a ir las personas más cercanas a la familia, con flores blancas, fotografías, velas. Lo que pide Andrés es que todo se haga en paz, no quiere más violencia ni enfrentamientos.