E L E C C I O N E S

Si por allá llueve…

Cada día resulta más curiosa la similitud entre las elecciones presidenciales de Estados Unidos y las de la Gobernación del Atlántico.

8 de enero de 2001

El dilema para el gobernador del Atlántico Rodolfo Espinosa Meola no podía ser más grande: ¿A quién invitaría a la inauguración de la Cumbre de Gobernadores? ¿A Alex Char o a Ventura Díaz? Ambos se han declarado ganadores pero ninguno de los dos tiene aun en su poder la credencial como nuevo mandatario del departamento. Ante esta disyuntiva Espinosa optó por una solución salomónica: invitó a los dos. Por eso en ambos sobres se lee: “Señor gobernador…”.

Así fue como Alex Char, hijo del senador Fuad Char, y el periodista Ventura Díaz Mejía se encontraron en el salón principal del Hotel El Prado de Barranquilla el pasado 21 de noviembre durante la inauguración de esa Cumbre. Es más, estuvieron a punto de ser vecinos de sillas pero el gobernador del Cauca, César Negrete, llegó tarde y se acomodó entre los dos. De no ser así nadie sabe qué hubiera pasado.

Y es que desde el 29 de octubre las relaciones entre los dos ex candidatos llegaron a su peor momento debido a que todavía no se sabe quién ganó la Gobernación del Atlántico. Las cosas han venido pasando de castaño a oscuro y en estos momentos cada uno acusa a su contendor de haber incurrido en actos ilícitos para obtener el triunfo. Hay quienes sostienen que de no ser porque el Junior, el bienamado equipo de la ciudad, está disputando la final del fútbol colombiano, la situación sería insostenible. El fútbol, el carnaval y la política son —en ese orden— las tres cosas que más apasionan a los barranquilleros.

El asunto, en medio de la incertidumbre que produce el hecho de no saber quién regirá los destinos del departamento, no deja de tener su lado divertido. Hoy en las calles de Curramba —como también es conocida Barranquilla— todos se saludan en inglés: “Hello”, “good morning”… Y demás expresiones estadounidenses, todo porque “acá estamos igualitos a la Florida … sin quién nos mande, my brother”, dice Eduardo ‘El Tito’ Puche, un currambero bullicioso.



Choque de trenes

Pero, ¿qué es lo que está pasando en Atlántico con su nuevo mandatario? El episodio de las elecciones para gobernación está estrechamente relacionado con una vieja rencilla política entre dos caciques electorales: Fuad Char y José Name Terán. En algunas ocasiones los dos se han asociado para respaldar a candidatos a corporaciones públicas.

Pero desde hace algunos años la amistad personal se convirtió en rivalidad política. De ahí que en esta oportunidad cada uno de ellos tuviera candidato: Char a su hijo Alex y Name al periodista Ventura Díaz.

En esas circunstancias, como era de esperarse con ambos líderes políticos empleados a fondo en una ciudad donde el clientelismo y el dinero mueven miles de votos, el 29 de octubre pasado el total de la votación alcanzó cifras cuantiosas. Hace tres años, por ejemplo, la totalidad de la votación fue de 480.000 votos y en esta ocasión esa cifra fue de 770.000, es decir aumentó cerca de un 49 por ciento.

Como es obvio, los candidatos también obtuvieron un número impresionante de votos. Ventura Díaz, quien hace tres años —cuando también aspiró a la Gobernación— obtuvo tan sólo 32.000 votos, en octubre pasado logró 273.980. La votación total de Alex Char fue de 272.335 votos. Es decir, que entre los dos hay una diferencia de 1.645 votos a favor del primero de ellos.

Si las cosas son así, ¿entonces por qué no se ha declarado ganador a Ventura Díaz? Por las mismas razones por las cuales George W. Bush todavía no ha podido derrotar a Al Gore: porque las elecciones han sido impugnadas por el candidato perdedor. En efecto, Char sostiene que en numerosos casos los registros de los votantes fueron alterados para aumentar el número de votos al otro candidato y que en varios casos los guarismos de las mesas de votación no concuerdan con el formulario de las comisiones escrutadoras. Sostiene, además, que “hubo pueblos donde se permitió la votación de personas con cédulas no aptas para votar allí, ya que estaban excluidas por resoluciones expedidas por el Consejo Nacional Electoral”.

Pero Char va más allá. A manera de sentencia afirma que “si no se aplican los correctivos del caso para impedir tantas trampas en los debates políticos, será difícil en el futuro ver en la política a gente decente y bien intencionada”.



¿Banana Republic?

Las similitudes entre la Florida y Barranquilla van más allá del sol radiante y las altas temperaturas. Mientras que en Palm Beach se impuso la llamada ‘boleta mariposa’, que hizo que quienes querían votar por Al Gore hayan terminado escogiendo a Pat Buchanan, restándole votos al vicepresidente, en Barranquilla se pusieron de moda las ‘mesas brujas’, que desaparecieron en la oscuridad de la noche llevándose consigo miles de votos, y los ‘candidatos canguros’, que a las 6 de la tarde figuraban en el puesto 40 de los aspirantes al Concejo y a las 10 de la noche saltaron al octavo puesto sin que nadie pudiera explicar porqué.

En Barranquilla hubo, además, cajas de votación apiladas en los baños sin haber sido abiertas y hasta urnas incendiadas, como sucedió en el municipio de Manatí, mientras que en la Florida hubo votos que volaron hasta las casas de humildes ancianos de otros estados y papeletas mal perforadas.

Pero hay más similitudes en los dos episodios. En ambos casos hay funcionarios sindicados de parcialidad política. En la Florida ese dudoso honor recayó en la secretaria de Estado Katherine Harris, acusada por los demócratas de favorecer a Bush. En Barranquilla los rayos y las centellas cayeron sobre la humanidad del cura Bernardo Hoyos de quien sostienen que, cuando se enteró que su candidato a la Alcaldía había perdido, habría ordenado retirar todo tipo de asistencia a los funcionarios de la Registraduría. Lo más curioso de todo es que Hoyos estaba aliado con Char en su aspiración a la Gobernación.

Como si todo lo anterior fuera poco, en Atlántico el candidato que hasta el momento va ganando las elecciones está dispuesto a interponer una querella porque —según él— en el municipio de Soledad le hicieron trampa. Los barranquilleros, entre tanto, empiezan a echarle la culpa de lo que ha sucedido, tanto en Barranquilla como en la Florida, al ex concejal Carlos Julio Manzano, quien recientemente se fue de la capital del Atlántico a vivir a la capital del sol. Algunos de sus paisanos sostienen muertos de la risa que “¡no joda!, tuvo que ir Manzano a enseñarle a los gringos cómo es que se hacen las vainas”.

El asunto, en medio del folclor costeño, no deja de ser complicado. De cualquier manera la palabra la tiene la Comisión Escrutadora Departamental, que es la encargada de fallar. Lo que sucede es que tiene que pronunciarse, además, sobre otras 94 impugnaciones. El tiempo, sin embargo, sopla en contra porque el 15 de diciembre se decretan las vacaciones judiciales.

La decisión de la Comisión Escrutadora Departamental, en todo caso, podría ser apelada ante el Consejo Nacional Electoral y, en caso extremo, ante el mismo Consejo de Estado. Todo parece indicar que Atlántico pasará la Navidad y el Año Nuevo sin saber quién es su nuevo gobernador. Lo mismo podría suceder en Estados Unidos que, al igual que en Barranquilla, ha tenido que escoger a sus gobernantes en los tribunales por el empate en las urnas.