Nación
Si Daniel Quintero pierde la revocatoria, ¿se iría del cargo?
El alcalde de Medellín le dijo a SEMANA que quiere ganar la revocatoria que se avecina en su contra.
En una explosiva entrevista con SEMANA, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, dijo que quiere ganar la revocatoria que se avecina en su contra. Enfiló baterías contra el GEA, Uribe y Fajardo, y le agradeció a Petro por el apoyo.
Respecto al proceso de revocatoria que se lleva en su contra, el mandatario de la capital antioqueña aseguró: “Hemos trabajado por Medellín sin descanso, enfrentando a las mafias que nos robaban el futuro, que destruyeron Hidroituango, que ahogaron en deudas a EPM, y eso, obviamente, ha incomodado a varios sectores que han querido montar una revocatoria llena de odio, llena de revancha, que quiere reeditar la elección pasada, que ganamos de forma democrática; pero nosotros estamos listos para enfrentar esta que será la batalla final, si eso es lo que ellos quieren”.
Sobre si puede ganar, fue enfático en que la elección va a ser muy apretada, pues “se va a ganar o se va a perder por 5.000 votos, pero lo que está claro es que esta es una revocatoria fraudulenta. Lo que hemos visto en los últimos días es una suplantación sistemática de firmas”.
“Hay casos dramáticos, como personas discapacitadas que no pueden ni siquiera firmar y que aparecen firmando, personas con síndrome de Down y otras”, denunció.
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Y acerca de la posibilidad de tener que dejar la Alcaldía antes de tiempo explicó: “Que sea lo que Dios y la gente quieran, pero también estoy seguro de que lo que se viene es la más hermosa campaña de refrendación de la victoria democrática. Vamos a refrendar una alcaldía que está sacando adelante el metro de la 80; que tiene a Hidroituango ya en un avance del 86 %; que recuperó la plata de ese proyecto; que inauguró el Metrocable de Picacho”.
“Es una alcaldía que ha ocupado los primeros lugares en desempeño fiscal, primer lugar en el índice de desempeño institucional, premio de alta gerencia por administración de la pandemia, es un buen gobierno, pero honesto y con carácter. Aquí lo que había era unos carteles, unas mafias, donde se sumaban el GEA, el uribismo, el fajardismo, y todos tenían un acuerdo de hacerse pasito y llegó alguien independiente, puso el dedo en la llaga y eso les ha dolido mucho”, defendió.
Quintero también se refirió al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) –también conocido como el ‘Sindicato Antioqueño’– el cual es un conglomerado económico controlado por Cementos Argos, Suramericana de Inversiones y el Grupo Nacional de Chocolates. Sin embargo, su “arsenal” no se limita a estas compañías, sino que incluye otras 125 empresas más.
El poder económico al que ha llegado este conglomerado no es ajeno a las críticas. De hecho, en la entrevista con SEMANA, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, mencionó la existencia de diferentes mafias en la ciudad, dentro de las cuales citó el GEA, el uribismo y el fajardismo. En ese sentido, sostuvo que todos ellos “tenían un acuerdo de hacerse pasito y llegó alguien independiente, puso el dedo en la llaga y eso les ha dolido mucho”.
Aunque la palabra “mafia” suele ser asociada a actividades delictivas como el narcotráfico o el contrabando, no necesariamente se limita a estas únicas categorías. De hecho, según la RAE, una de sus definiciones es “grupo organizado que trata de defender sus intereses sin demasiados escrúpulos”. Es esta última a partir de la cual el alcalde de Medellín construye sus principales críticas.
“Medellín llegó a ser la ciudad más violenta del mundo. No nos hemos preguntado lo suficiente por qué ocurrió eso. Algunos dicen que por Pablo Escobar y el narcotráfico. No. Hay una degradación del poder y de la política en la ciudad, en la que algunas personas creen que lo pueden hacer todo, como les dé la gana, que pueden pasar por encima del que les dé la gana, que pueden someter incluso al alcalde”, sostuvo Daniel Quintero.
En ese sentido, el alcalde de Medellín precisó porqué lleva a organizaciones como el GEA, el uribismo y el fajardismo al punto de “mafias”: “Ellos son carteles en cierta medida, en el sentido de que se asocian para conseguir sus objetivos y muchos no son objetivos honestos. ¿Dígame cómo se puede considerar honesto que los responsables de Hidroituango no pagaron? Estas empresas y estos políticos se unieron para que esto pasara. Entonces, se comportan como carteles y a los carteles hay que decirles lo que son exactamente”.