POSCONFLICTO

“Si me mataran quiero desautorizar a cualquiera a que tome un arma para asesinar a otra persona”: Timochenko

En entrevista con María Jimena Duzán, Rodrigo Londoño habló sobre Iván Márquez y Romaña, asegura que han querido atentar contra su vida. Además, pidió perdón a la familia del líder conservador Álvaro Gómez.

SEMANA
18 de octubre de 2020
Timochenko Rodrigo Londoño
“Los que volvieron a la guerra le están sirviendo en bandeja de plata a quienes quieren que este proceso fracase”, dijo el senador Rodrigo Londoño. | Foto: Guillermo Torres / SEMANA

María Jimena Duzán: ¿Por qué salieron a decir que ustedes mataron a Álvaro Gómez? ¿Por qué ahora, cómo fue ese proceso? ¿Qué le han parecido las reacciones de haber empezado a contar las versiones de lo que pasó en la guerra?

Rodrigo Londoño: Es un tema que hubiéramos querido tratar ante el país y el mundo de una manera distinta. Quiero aprovechar para pedir disculpas a los familiares de las personas que cayeron en el conflicto, fruto de nuestro accionar. No queríamos que fuera a través de un escueto comunicado en la JEP, queríamos hablar con las familias que eran las más interesadas y las instituciones y ahí sí iniciar el proceso al cual nos comprometimos ante la JEP y la Comisión de la Verdad. La decisión fue tomada en La Habana, cuando estampamos la firma en Cartagena y en el Teatro Colón después de haber renegociado el acuerdo, estábamos comprometiéndonos en que íbamos a contar toda la verdad del conflicto.

M.J.D.: ¿Desde La Habana tenían la intención de confesar el crimen de Álvaro Gómez? ¿Esto fue así, hablaron de eso?

R. L.: El nombre no lo citamos así propiamente, sabíamos que íbamos a asumir todas esas cosas, siempre hemos partido de que aquí no podemos ponernos con medias aguas: o lo hacemos o no lo hacemos. Teníamos claro que había que buscar el momento, generar las condiciones, porque son hechos sumamente fuertes que necesitábamos que se supieran asimilar, en especial por la juventud que ni siquiera sabe quién era Álvaro Gómez, y que aquellos que sí saben de las implicaciones de estos hechos no fueran a incidir negativamente, para se pudiera entender que estábamos era construyendo las bases de la reconciliación en Colombia a partir de contar lo que sucedió en el conflicto, no por justificarlo ni validarlo, sino por contar la verdad.

M.J.D.: ¿En qué momento deciden hacerlo de manera distinta? ¿Qué fue lo que lo precipitó, las declaraciones de Piedad Córdoba o la famosa carta de Romaña que yo publiqué en la columna?

R. L.: Desafortunadamente la información se fue filtrando sin contextualizarla, se fue generando una situación de hecho que nos obligó a acelerarlo. Lo planteamos ante la JEP, les dijimos que no queríamos que se filtrara, queremos hacerlo a partir de crear condiciones para que las familias enteren primero de todo con la Comisión de la Verdad, pero dijeron: ‘Imposible esto ya se filtró y hay que darlo a conocer a la opinión pública’. Por eso reitero mis disculpas a las familias y a las instituciones a las que pertenecían estos señores.

M.J.D.: ¿Por qué Piedad Córdoba dijo de una manera tan dura y agresiva contra ustedes que no habían cumplido, que sabía muchas cosas y que entre esas estaba que era responsables de la muerte de Álvaro Gómez?

R. L.: Con toda sinceridad le digo que no sé y me he puesto a pensarlo, siempre he tenido una opinión de que es una mujer muy valiente y que contribuyó mucho en la época dura de la confrontación en la que nadie nos saludaba ni siquiera de lejos. Ella ayudó mucho en la búsqueda de la salida política, del intercambio humanitario. A ella no la conocía, sólo he tratado con ella dos veces, una cuando me hizo la entrevista para el programa especial de Telesur -la saludé por primera vez-, y la segunda en medio de la campaña electoral pasada, yo la mandé a llamar a mi vivienda para darle el reconocimiento de manera personal por la contribución el esfuerzo por ayudar a la búsqueda de la salida política. De lo que haya dicho también tengo esa inquietud, no sé qué la llevó a hacerlo, imagino que supo de las versiones que estaban haciendo circular aquella otra gente, de pronto se enteró, sabemos que había un gran aliado de ella de mucho respeto.

M.J.D.: ¿Quién es el aliado? ¿Cree que eso fue lo que pasó?

R. L.: Ernesto Samper. Ya que ella dé sus explicaciones, yo no me atrevo hablar por ella, hemos recibido en las redes su columna, fue bastante diciente.

M.J.D.: En la columna lo que yo descubrí, entre comillas, es que no solamente era lo que hacía Piedad Córdoba, sino coincidencialmente y de manera simultánea ustedes recibieron una carta firmada por Romaña en febrero de este año, ¿qué decía esa carta?

R. L.: Sinceramente la carta la vengo a conocer hace pocos minutos que sé que está en redes. El texto completo no lo tengo en la cabeza, pero sé que nos amenaza con que van a dar a conocer el tema de Álvaro Gómez, porque parece que tal vez los otros casos no los mencionaron, porque parece que no lo conocían. Nosotros hemos recibido del principio razones de amenazas, cartas e incluso atentados. Para mí está claro que ellos intentaron asesinarme, de eso no tengo yo ninguna duda.

M.J.D.: ¿Quiénes son ellos?

R. L.: Romaña representa toda aquella gente de segunda que dice que levanta las banderas de lo que fueron las Farc, cosa que todas maneras en la práctica los desdice mucho. Por qué no se quedaron aquí en la JEP, para decirle sus verdades si esa era toda su intención quédense aquí asumiendo esa responsabilidad que tenemos ante Colombia y el mundo. Así que desde allá están lanzando dardos sin la obligación de probar nada, cosa que de todas maneras es sumamente peligrosa si no se sabe manejar.

M.J.D.: En la carta dicen que ustedes no están cumpliendo nada, sino que lo que están haciendo es vivir bien, que no han contado todo lo que hicieron como en el caso de Álvaro Gómez. ¿Usted no la conocía desde antes?

R. L.: No, incluso le digo que la opinión de muchos de mis compañeros es que no hablemos de ese tema. Esa carta es la que está ahí, en el orden del día, pero ellos vienen publicando muchas cosas desde hace rato, a cuántos nos han acusado de ser de la CIA, de que dimos la información para que asesinaran al Mono (Jojoy), incluso me han acusado de ser el que dio la información para que asesinaron Alfonso Cano. Es una gente enceguecida por el odio, de qué contenido político pueden hablar con sus acciones. Tenga la plena seguridad de que esa carta no la escribió Romaña, se la escribieron.

M.J.D.: Hace unos meses se supo de un intento de asesinato contra usted, ¿está convencido de que ellos intentaron matarlo?

R. L.: Sí, a mí siempre me ha llamado la atención que ellos en su proclama hablaron de que iban a continuar la guerra, pero que era una guerra donde no iban a matar policías, soldados, pero que le iban a dar duro a la guerrilla colombiana y al primero que intentan asesinar es a mí. Tengo la certeza de que así lo intentaron hacer y que afortunadamente se les frustró.

M.J.D.: ¿Qué pensaban de estas dos tesis que se enfrentaban tan profundamente en la Fiscalía, una que el responsable del asesinato de Álvaro Gómez era el expresidente Samper y Horacio serpa; y la otra que estos últimos decían que los responsables eran un grupo de militares que habían decidido acabado con la vida Álvaro Gómez, porque se había negado a formar parte de un complot para derribar el expresidente Samper que ya tenía en ese momento el problema del proceso 8000?

R. L.: Ese tema está por ahí en los correos que intercambiamos entre nosotros. El conocimiento de que se había realizado ese hecho es a través de un parte que da Jorge Briseño, el Mono Jojoy -comandante del Bloque Oriental- informa a todos los del Secretariado. Al otro día Marulanda nos orienta, y nos dice que a raíz de las contradicciones que este hecho está generando en la clase dirigente, de cómo se están matando entre ellos, acusando y señalando, que nos quedáramos en silencio que eso no servía más bien para esas contradicciones contribuyeran a nuestro objetivo final.

M.J.D.: ¿Usted qué le diría a Mauricio Gómez si lo llega a ver? Él insiste en que no están diciendo la verdad.

R. L.: No tiene ninguna lógica, qué intereses podemos perseguir, qué podemos ganar asumiendo esa responsabilidad. Todo lo contrario, en todas las discusiones nuestras hemos pensado en buscar el momento, porque sabíamos el impacto que tiene, porque Álvaro Gómez no fue cualquier personaje en la historia política del país y en la búsqueda de la paz de las últimas etapas. Asumir eso es de mucha seriedad y lo hicimos porque fue así. Lo que nos muestra esto es el tipo de Justicia que desafortunadamente hemos tenido en Colombia.

M.J.D.: Romaña y Márquez enviaron un comunicado asumiendo la autoría el asesinato de Álvaro Gómez, ¿le sorprendió?

R. L.: Para eso una sola palabra: cinismo. No tiene ninguna otra presentación.

M.J.D.: ¿Tiene temor de que terminen enfrascados en una guerra?

R. L.: Nosotros no estamos declarando guerra a nadie ni vamos a entrar en guerra absolutamente con nadie. Salimos de la guerra y porque la vivimos sabemos que no queremos volver a ella, en este momento lo que se impone es la lucha política, es una situación política muy difícil en este país y necesitamos aunar esfuerzos de todos aquellos que se creen en la reconciliación.

M.J.D.: En la carta ellos dicen que ustedes han decidido señalarlos para que ellos mueran, ¿eso qué asidero tiene?

R. L.: Es lo que menos pueden probar, ellos tomaron una decisión a la hora de la verdad respetable y nosotros estamos defendiendo el proceso y para eso no tenemos que señalar absolutamente a nadie, sino que vamos a asumir la responsabilidad de todos los hechos, incluso en los que ellos pueden estar comprometidos. Hay más cosas que seguiremos contando a la Comisión de la Verdad y a la JEP.

M.J.D.: En el caso de Chucho Bejarano, que fue un funcionario muy importante en los 90, cuando se hicieron los acercamientos con las Farc, que estuvo en Casa Verde, fue parte del equipo negociador, esa muerte ha dolido mucho la comunidad de la Universidad Nacional, así como la de Álvaro Gómez en la Universidad Sergio Arboleda. ¿Cuál explicación lógica puede tener la decisión de esa muerte?

R. L.: Nosotros estábamos pensando tender puentes con las dos universidades antes de que estos casos se dieran a conocer públicamente, desafortunadamente no lo pudimos hacer. Tengo información del impacto que ha tenido el recinto universitario, entre los profesores y la Universidad Nacional. Ponerme a explicar la lógica en cada uno de los casos es entrar a defender lo indefendible, nosotros nos comprometimos a decir la verdad, empezar a justificar cada uno de los casos no es el papel ahora.

M.J.D.: No justificar sino explicar, ¿Por qué Chucho Bejarano?

R. L.: Eso es muy duro, yo tengo en estos años una larga experiencia intercambiar con las víctimas, y he ido aprendiendo, antes el error era tratar de justificar los hechos, enfrentarse a las madres de los soldados que cayeron en medio de la confrontación, a los soldados, por eso trato de no volverme a equivocar tratando de justificar. Lo que sucedió lo tenemos que tener en en cuenta para que no vuelva a pasar.

M.J.D.: Cuando publicaron la carta a la JEP la reacción del presidente Duque fue no creerles, porque dijo que ustedes estaban evitando la cárcel, ¿realmente lo que estaban haciendo era escudarse en el sistema de la JEP para evitar la cárcel con un crimen execrable? ¿Qué le dice usted al presidente Duque?

R. L.: Que está equivocado, nosotros lo asumimos, nos comprometimos, no le estamos haciendo ningún favor a nadie. Además, el problema no es que nos vayamos o no para la cárcel, porque estamos en un proyecto político y al reconocer estos hechos sabemos que se afecta el capital político por el que nosotros estamos trabajando, en función de cumplir con la verdadera reconciliación en Colombia. Nosotros tenemos una parte de la verdad y con los acuerdos la idea es construir la verdad total.

M.J.D.: ¿Qué sentimiento pasó por usted cuando usted dijo: hay que hacerlo?

R. L.: Sinceramente uno a veces dice: bueno, valió la pena lo que hicimos, yo estaba convencido de que lo estábamos haciendo bien, que estábamos luchando por construir una Colombia más justa e igualitaria. Este proceso, la forma en que lo construimos, nos ha hecho interiorizar que estábamos sumamente equivocados y que por eso es que le decimos hoy a las juventudes: este no es el camino. Yo sé que cualquier cosa puede pasar, estamos en un momento muy complejo, si a mí me llegaste a pasar algo quiero desautorizar a cualquiera a que tome una arma para asesinar a otra persona tomando mi nombre.

M.J.D.: ¿Cree que algo le puede llegar a pasar?

R. L.: Estamos ante ese riesgo, la situación del país no es la mejor, para construir la paz necesitamos ambientarla y este Gobierno no ha querido. Se han generado condiciones para que la guerra continúe.

M.J.D.: ¿Aumenta el temor de que lo maten ahora que tiene un hijo pequeño?

R. L.: Es una experiencia única, el sentimiento lo lleva uno a reflexionar cuánto daño hicimos nosotros, cuántos hijos dejamos sin sus padres, cuántos padres sin sus hijos. Eso me ayuda convencerme de que este es el camino, hay que darlo todo, así sea incluso la vida.