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Si Óscar Iván Zuluaga es culpable por recibir plata de Odebrecht para su campaña, ¿qué pasa con Juan Manuel Santos y su reelección? Los indicios son muy graves
Óscar Iván Zuluaga sabía que a su campaña entraron dineros de Odebrecht en 2014, pero le sorprendían las revelaciones que se iban conociendo sobre lo que ocurría con la de su contendor.
En medio de la enorme angustia por lo que vivía, a Óscar Iván Zuluaga un hecho le daba unas veces alivio y otras indignación: que a Juan Manuel Santos no le pasara nada. Era un tema recurrente en las conversaciones grabadas con Daniel García Arizabaleta, que hoy constituyen la mayor prueba en su contra. En estos audios, el ya derrotado candidato deja claro que sabía que Odebrecht le había pagado a su publicista, el gurú brasileño Duda Mendonça, la suma de 1,6 millones de dólares.
Aun con esta verdad a cuestas, a Zuluaga le parecía que lo que había pasado en sus toldas era poco frente a lo sucedido en la campaña del candidato ganador. “Berraco lo que le están descubriendo a Santos con todo eso, qué mierdero tan grande para ellos. No sé qué van a hacer”, le dice en una de las primeras conversaciones a García Arizabaleta.
Y después de comentar algunas noticias de la prensa de la época sobre la campaña que los derrotó, dice con desilusión: “Y allá no, y allá no pasa nada. Del lado de Santos no pasa nada”.
Para su interlocutor, no se trata de nada inusual. Ellos habían ganado. “El Gobierno maneja y protege todo. Y yo no sé, pues hoy… Claro que tienen un problema muy berraco con eso de sobornos”, le dice García Arizabaleta.
Zuluaga insiste en hacer la comparación. Más adelante en la conversación asegura: “yo soy un hombre de principios y yo no voy a eludir responsabilidades cuando me toque, pero voy a dar la batalla, y la daré hasta el último momento diciendo que no tuvimos nada que ver en eso… Esto es de la campaña de Santos que pactaron con empresas colombianas, que abrieron operaciones en Panamá”.
Zuluaga se refería a la confirmación que hizo el gerente de la campaña de Santos, Roberto Prieto, sobre que se había presentado “una operación irregular” que consistió en la compra de 2,5 millones de afiches para la campaña de 2010. Prieto, ya acorralado por los hechos, aseguró en una entrevista en 2017 que él sabía que la multinacional los había pagado y que la suma ascendía a los 400.000 dólares. “Yo ordené los afiches y me dijeron que (el dinero) salió de Odebrecht. Les envié la factura”, dijo a Blu Radio en su momento. El pago se habría dado con intermediación de una compañía registrada en Panamá llamada Impressa Group Corp., que había aparecido en los llamados Panama Papers.
García Arizabaleta, en medio de la conversación, le sigue el cuento a Zuluaga sobre este episodio y apenas contesta. “Qué locura esto. Dios nos ilumine”.
Zuluaga, pesimista y dolido por lo que está pasando, le explica a García Arizabaleta que ellos solo tienen que no dejarse hundir. “Que digan lo que se les dé la gana, ya estuvo, me acabaron o nos acabaron, nos volvieron mierda, nos dijeron de todo”, se lamenta. Y agrega: “Yo no sé como usted ha visto cómo se recibió la salida mía. Yo, pues, creo que fue un punto de dignidad que le pone a Santos y a la otra campaña, y que nosotros actuamos de una manera diferente. No sé si ha tenido el efecto, obviamente, en el tiempo va dilatando mi aspiración”.
Y luego, en otra parte de la conversación, abre su corazón y cuenta lo que es su verdadero gran dolor: su hijo. “Dedicado a este problema y protegiendo a David. Es que David está en el trámite del asilo, jueputa. Si esto revienta en cabeza de él, chao”, agrega. García Arizabaleta muestra simpatía por esa angustia y le contesta. “Eso es mortal para él”. Y ahí Óscar Iván vuelve a mostrar su rabia porque en la campaña de Santos no pasa nada. “Está lo de Santos, me quieren joder a mí, con qué argumentos no joden a Santos”.
Otro día, García Arizabaleta y Zuluaga se vuelven a encontrar y hablan de un nuevo capítulo: las investigaciones que comienzan a abrirse en el Consejo Nacional Electoral. Zuluaga le dice que él no piensa asistir a dar declaraciones hasta tanto no sepa qué tiene la Fiscalía en su contra. Antes de entrar en el asunto, hablan de nuevo de Juan Manuel Santos. Ambos comentan una portada de SEMANA sobre esa campaña y sienten alivio. “Están más enredados, están más dedicados al doctor Santos. No, pues, es que con todo lo de Prieto”, dice Zuluaga.
El excandidato da una explicación técnica de lo que diferencia ante este organismo la campaña de Santos de la suya. “¿Sabe cuál es el problema de Santos? Los tres avales, el Partido Liberal, Cambio Radical y La U. O sea que si le dan la responsabilidad se joden los avales de ellos tres. Lo mío son movimientos ciudadanos, que hay una posición que se puede defender porque se da antes del partido. El partido se da el 23 de julio, y el aval del partido viene de la votación de cambios, en cambio el otro son los tres”, agrega.
En medio de esa conversación, Zuluaga le pide a García Arizabaleta que vaya adonde el padre Arturo Uría, quien trajo Emaús al país. Le dice que él ha sido su consejero y que le vendría bien acercarse. “Tanta maldad, todo lo que nos han hecho, desde el robo de la elección y todo esto de Santos, y ahora Odebrecht, una empresa que quería utilizarnos para propósitos diferentes. Entonces, no se puede inmolar, ni por el putas”, le advierte a García Arizabaleta.
Sin duda, Zuluaga tendrá que responder ante la justicia, al igual que su hijo David, por haber recibido dineros de Odebrecht en su campaña de 2014. La gran duda es qué sucederá con la campaña de reelección de Juan Manuel Santos. Hay muchos indicios, especialmente en las interceptaciones de la Fiscalía a su gerente, Roberto Prieto, que demuestran que también trataron de manejar las versiones de los brasileños, que destruyeron documentación de la campaña, en la cual hubo cosas muy turbias. El mismo Prieto aceptó que Odebrecht hizo aportes a la campaña de Santos en 2010. Tampoco se pueden olvidar los contratos con Odebrecht que tienen enredados al exdirector de la ANI Luis Fernando Andrade y a la exministra de Transporte Cecilia Álvarez. La visita de Eleuberto Martorelli a la Casa de Nariño, unos días antes de que Santos anunciara que iría por la reelección, también está por investigar.
Otros enigmas por explorar son Esteban Moreno y Andrés Sanmiguel, quienes habrían manejado más de 3.000 millones de pesos de Odebrecht, que supuestamente habrían ido a parar a la campaña de Santos en 2014. Al país no se le olvidará la frase de Prieto: “hay que salvar al presidente (...). Acabo de sacarlo del peor bollo de su vida”. Si Santos es culpable, que también pague.