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Medición de la ONU confirma que siembra de cultivos ilícitos en Colombia se estancó

De 171.000 hectáreas sembradas en 2017 el país redujo 2.000 en el último año. La próxima semana se conocerán detalles del informe que apunta a un estancamiento de las cifras. ¿Qué está fallando?

2 de agosto de 2019
Cultivos ilícitos en Colombia | Foto: Cortesía Policía Nacional

Tocó techo la cifra de cultivos ilícitos en Colombia. El último informe que entregará las Naciones Unidas diagnostica lo previsto: después de alcanzar la cifra más alta en la historia, la siembra de coca se estancó y el año pasado cerró en 169.000 hectáreas. Por segundo año consecutivo Colombia aparece inundada de la coca que controlan los grupos armados ilegales.

"Veníamos de una tendencia de crecimiento del 30 por ciento por año (...) hoy se quebró ese crecimiento y hubo una reducción leve", aseguró el presidente Iván Duque este viernes durante la presentación del informe. "No recibimos el mensaje con triunfalismos, pero sabemos que vamos por la dirección correcta", agregó. 

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Más allá de la imagen panorámica, hay fotos particulares que se deben tener en cuenta para entender qué es lo que está pasando con el narcotráfico. En principio, como dijo el mandatario hay que decir que no se puede cantar victoria porque el boom de la coca se mantiene y la producción alcanzó también picos históricos. 

En términos reales no se puede decir que hay una cifra de hectáreas realmente erradicadas.

En este momento las Naciones Unidas registra una reducción de 2.000 hectáreas la cual resulta insignificante, incluso, se podrá decir que es un número que está dentro del margen de error. En términos reales no se puede decir que hay una cifra de hectáreas realmente erradicadas.

De acuerdo con Pierre Lapaque, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en Colombia, la cifra es el resultado de la leve reducción que hubo en nueve departamentos. "El país aún esta con el número de cultivos de la serie histórica que inició en 2001", dijo el diplomático después de informar que el número lo mantiene la concentración que hay en Norte de Santander, Bolívar y Cauca. 

De acuerdo con el informe parcial revelado la mañana de este viernes, los cultivos están cada vez más concentrados. Es decir, prácticamente cinco por ciento del territorio del país tiene el mayor número de áreas sembrada. Bajo esa línea Lapaque delineó dos escenarios. Por un lado, el de los territorios con muchas hectáreas por kilómetros cuadrados y que en su mayoría involucran comunidades vulnerables como ocurre en Cauca y el Bajo Cauca Antioqueño. Del otro lado están los cultivos industriales que tienen los grupos delincuenciales. 

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El escenario es alentador si tenemos en cuenta que ocho departamentos tienen menos de 100 hectáreas de coca. Así las cosas, las cifras han caído en al menos ocho departamentos. Sin embargo, los que tienen el mayor número, sigue en ascenso y presentan los episodios más dramáticos de violencia. En su mayoría, acentuada por el mismo fenómeno. 

El panorama completo no se conocerá sino hasta la próxima semana y es clave para entender qué está pasando con el principal combustible de la violencia. No deja de sorprender que pese a los avances tecnológicos de la última década Colombia todavía no se tenga forma de conocer cómo se comporta la siembra en tiempo real, o por lo menos en un periodo no tan largo. El margen de acción que le queda al gobierno al conocer una medición en agosto del 2019 es reducido teniendo en cuenta que la cifra es el consolidado del año anterior. Además, en el pasado esta misma cifra solía ser divulgada cada mes de mayo, lo que permitía tener un mejor control y reenfocar la estrategia.

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De esta manera, el Estado termina dando una de sus batallas más importantes para desmantelar el crimen organizado con cifras viejas y desactualizadas lo cual no permite tener un balance claro de lo que está pasando. Entre más exacta sea la información más posibilidades hay de detectar qué tan eficientes son las estrategias. En el 2018 se erradicaron más de 80.000 hectáreas pero no está claro en cuánto cerró el porcentaje de resiembra. 

En este escenario, el Gobierno tiene la sartén por el mango para reanudar las aspersiones aéreas, una estrategia que, según las reglas que fijó la Corte Constitucional, debería ser la última opción para combatir el fenómeno del narcotráfico en Colombia.